Esta crítica se ha escrito tras ver la temporada completa de ‘MaPa’ y no contiene spoilers.
¿Alguna vez te has planteado cómo sería tu vida si te quedaras solo? ¿Si muriera tu pareja y enviudaras de la noche a la mañana con un bebé de menos de un año? Yo sí. Y por suerte no lo he vivido, porque solo el pensamiento, sinceramente, da mucho vértigo. Y esta realidad, a la que algunas personas nos hemos enfrentado en nuestras vidas, seguramente muchas más en este último año, es la temática que aborda la serie alemana, MaPa, que se puede ver en la plataforma Filmin.
La primera serie creada por el joven Alexander Lidhn es una dramedia, ese género que tan buenas series nos está dejando en los últimos años, y explora cómo Metin (Max Mauff, Sense 8, Babylon Berlin), un joven berlinés en sus 30 años recién cumplidos, evoluciona con su vida, su pérdida y en cómo recomponerse del varapalo de haber perdido a su chica. A priori, puede ser una serie que por su temática te eche para atrás ya que no quieres más sufrimientos en tu vida, pero en el momento que le das una oportunidad sabes que lo que estás viendo no es una serie de lágrima fácil. MaPa no busca tu dolor (aunque te saldrá) para regocijarse en él ni juega con el sentimentalismo. Vamos, que no es This is Us.
Si tuviera que mencionar una serie con la que compararla, esta sería Mira lo que has hecho, de Berto Romero, aunque es cierto es que el nivel humorístico -será que los germanos son más fríos que nosotros- no es el mismo y verla en alemán no ayuda mucho con los juegos de palabras y chistes. MaPa no hace más que indagar en los lugares comunes y experiencias de las jóvenes parejas reconocidas por todos. Desde el momento de irse a vivir juntos, los miedos de la paternidad y ser padres primerizos, la pérdida de la identidad de tu yo anterior, los sacrificios festivos con amigos y las noches de borrachera o las madres metomentodo que no te dejan respirar y se inmiscuyen en tu vida.
A pesar de que la dramedia no arriesgue mucho en el contenido, sí que lo hace en la forma, ya que todo ello está contado desde una narrativa que intercala las situaciones del pasado, en las cuales la pareja vive una experiencia concreta, en contrapunto con una experiencia similar vivida en la actualidad por el joven viudo. Es una buena manera de forjar el renacer de un padre enrocado con familiares y amigos que siente haberlo perdido todo, sin explicación, y que a medida que avanza la trama va encontrando las respuestas a través de las vivencias del día a día sobre cómo rehacerse. Una especie de recovecos por los que respirar y salir a flote en un mundo que sigue girando y al que te tienes que subir.
Sin embargo, la serie de Lidhn va dejando poco a poco un poso en el espectador, un pequeño toque de atención para el recuerdo. Porque es ahí donde radican el daño y el dolor, en los recuerdos. En esos avisos del teléfono con un vídeo-recuerdo de las últimas vacaciones, la foto de hace un año o dos de tal día o en esa cantidad de fotos que tenemos acumuladas en nuestros móviles. A mí, personalmente, me cuesta mucho borrar las fotos de mis últimos viajes. ¿Por qué? Porque al igual que en el recuerdo vive la tristeza de los que no están, también se encuentra la felicidad de la memoria, de los buenos y felices recuerdos que nos trasladan a ese momento concreto. Y sí, pueden ser dolorosos, pero esos recuerdos cuando se ha perdido a alguien le dan la vida a los que se han quedado.
MaPa tiene una temporada que consta de seis episodios de media hora, perfectos para vérselos en una tarde con la caja de clínex cerca, por si acaso.
‘MaPa’ está disponible en Filmin.