Crítica: ‘Marvel’s Runaways’ cierra una correcta primera temporada

Chase y Karolina están a punto de mostrar de lo que son capaces. (Fuente: Hulu)

Durante la primera temporada de Marvel’s Runaways, han sido habituales los comentarios de que, si la serie se llamaba runaways (fugados), ¿cuándo iban a escaparse de casa y darse a la fuga los adolescentes protagonistas? Josh Schwartz y Stephanie Savage, los responsables de la adaptación del cómic homónimo, han preferido construir bien el mundo del que sus protagonistas deben huir antes de lanzarlos a la carrera, y ahí han tirado de su experiencia como creadores de series juveniles.

En lugar de quemar trama como si los fueran a cancelar (que es lo que Brian K. Vaughan y Adrian Alphona hicieron en el tebeo porque realmente tenían ese miedo), Runaways se ha dedicado a contarnos cómo es la relación entre los chicos protagonistas, cuáles son sus dilemas más allá de las sospechas que tienen sobre sus padres, y también se ha preocupado de mostrar a los adultos como algo más que meros supervillanos.

En ese aspecto, como ya comentamos al hablar de su primera mitad, ha sido una serie teen más que correcta. Entendía que, antes de colocar a sus personajes en una situación excepcional, teníamos que ver de dónde venían y teníamos que conocerlos y comprenderlos. No todos los episodios han sido igual de interesantes, pero ha sido un prólogo efectivo.

La caracterización de los padres, como decíamos, ha sido uno de los aciertos de la primera temporada. No presentan un frente común; cada matrimonio tiene sus propios problemas y recela de los demás, mientras todos sospechan que Leslie les está ocultando las cosas más importantes. La llegada de Jonah acrecienta las fracturas dentro del Orgullo porque ninguno se fía de él. ¿Quién es realmente? ¿Qué pretende? ¿Por qué quiere extraer un misterioso organismo vivo enterrado en el subsuelo de Los Ángeles? ¿Y por qué está eso ahí?

La revelación de que Jonah los engañó con promesas de una energía renovable, y que el acuerdo al que llegó con ellos al principio los ata como si estuvieran en la mafia, deja un interesante panorama. Todos se han beneficiado de lo que Jonah les ha dado y, por eso, han estado autoconvenciéndose deque lo que hacían en el Orgullo no estaba mal. Eso ya no sirve.

Jonah se dispone a atacar a los jóvenes. (Fuente: Hulu)

En el momento en el que sus hijos se encuentran en serio peligro y se dan cuenta de hasta dónde está dispuesto a llegar Jonah para proteger sus planes, ellos se convierten también en otros runaways. No huyen, pero dan los primeros pasos para rebelarse. Y aunque el retrato de los padres no haya cuajado del mismo modo en todos, hay que destacar a los padres de Molly y Gert y a los de Nico como dos parejas que han ganado bastante con el paso de los episodios.

Los segundos, sobre todo, tenían el aparente suicidio de su hija mayor como algo que los había separado de Nico, que había creado desconfianza y sospechas. Es cierto que es un misterio que no termina de generar el suficiente interés, más allá de ser el detonante de la mala relación inicial entre todos y de darles una muestra del peligro en el que están, pero ayuda a humanizar un poco a Tina.

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Ese personaje es uno de los que ha ido ganando más matices con el paso de los capítulos. Entre los jóvenes ha ocurrido lo mismo; Gert puede ser de los que se ha vuelto más entrañable con su cuelgue por Chase y sus constantes mensajes de justicia social. Y Chase subvierte ligeramente el tipo de personaje que sería con ese aspecto de estrella del deporte, especialmente en su interés porque ese rollo fugaz que tiene con Gert en el baile del instituto se convierta en algo más.