Holt McCallany y Jonathan Groff son los dos principales protagonistas de ‘Mindhunter’. (Cortesía de Netflix)
Hasta que llegó Hannibal, parecía que el subgénero policiaco de los asesinos en serie ya estaba sobreexplotado y no podía sacarse nada de provecho de él. Los psicópatas muy inteligentes y refinados que mataban de las maneras más creativas y repulsivas posibles habían tocado techo con Dexter, y parecía también que el cine comercial de los 90 los había agotado. La adaptación de Bryan Fuller de las historias de Thomas Harris, sin embargo, encontró el modo de presentarnos de nuevo al doctor Hannibal “el Caníbal” Lecter a través de una estética cuidadísima, de una atmósfera de pesadilla constante, y de un retrato en paralelo de Lecter y Will Graham absorbente.
Mindhunter no es Hannibal, pero su reinvención del subgénero la sitúa a su estela. En este caso, la serie, que sigue a dos agentes del FBI dando los primeros pasos para crear perfiles psicológicos de asesinos secuenciales, como los llamaban a finales de los 70, opta por la austeridad y el enfoque intelectual. Siendo David Fincher uno de sus productores, y director de cuatro episodios, han sido inevitables las comparaciones con Zodiac, pero realmente están bien traídas.
Porque aquí lo que importa son las consecuencias que las entrevistas a diferentes asesinos en serie tienen sobre los agentes Bill Tench y Holden Ford. Apenas se ve ningún cadáver; las acciones de dichos asesinos se representan porque ellos mismos se las cuentan a los agentes, y de una manera tan gráfica, que su horror queda perfectamente patente.
Y ese horror acaba impregando tanto a Tench como, sobre todo, a Ford, que es el personaje alrededor del que gira toda la historia. Jonathan Groff lo interpreta como alguien deseoso de innovar, de probar cosas nuevas, alguien con un entusiasmo que consigue labrarse su pequeña parcela dentro de una máquina burocrática tan reticente a los cambios como el FBI.
La evolución de Holden Ford a lo largo de la temporada es uno de los aspectos más destacados de Mindhunter. Se zambulle con demasiada alegría en el estudio de estos asesinos en serie, se entusiasma demasiado ante la posibilidad de aplicar en casos reales lo que están aprendiendo en las entrevistas y, sobre todo, acaba creyéndose demasiado su propia publicidad. Llega un momento en el que casi se olvida que las víctimas de esos psicópatas no son teóricas, sino reales, y que está trabajando con personas, no con símbolos en una investigación académica.
Todo lo que sabemos de ‘Mindhunter’, la serie de David Fincher
Netflix estrena esta producción sobre los primeros perfiles de asesinos en seriefueradeseries.com
Tench y Ford entrevistan a Monte Rissell, asesino de cinco mujeres. (Fuente: Netflix)
La psicología de sus tres protagonistas es tan importante como las de los psicópatas a los que entrevistan y, en ese aspecto, Mindhunter es una serie bastante intelectual, en el sentido de que lo más importante son los intercambios de ideas entre sus personajes. Holden conoce a su novia Debbie hablando sobre las teorías sociológicas de Emile Durkheim, y las escenas más vibrantes de todos los episodios son los interrogatorios y las entrevistas.
En ellas, Ford y Tench establecen un baile, una especie de cortejo con el sujeto en el que tienen que extraerle información haciéndole creer que empatizan con él, que lo entienden, aunque eso los lleve a adentrarse en algunos territorios bastante oscuros de su propia personalidad. Y aunque escandalicen a quienes los escuchan. Hay bastantes discusiones sobre ética y moralidad en la serie, y sobre si se puede ser objetivo dejándose llevar por las propias convicciones morales.
Esto no quiere decir que Mindhunter no sea adictiva. Sí que lo es. Engancha ver la excitación de sus protagonistas al darse cuenta de que están entrando en terreno inexplorado, de que son pioneros en el estudio de la psicología de esos asesinos. Engancha ir conociéndolos poco a poco, desde la excesiva confianza en sí mismo de Ford a la veteranía cansada de Tench o lo que oculta la cuidada presentación externa de Carr.
Anna Torv es la doctora Wendy Carr. (Foto: Netflix)
Sus avances se muestran en un estilo muy claramente reconocible de Fincher, incluso cuando los episodios los dirigen otros directores provenientes del cine como Asif Kapadia (Amy) o Tobias Lindholm (La caza). Hay también algunos toques de humor por aquí y por allá, y una revelación en la interpretación de Cameron Britton de Ed Kemper, asesino de universitarias y de su propia madre, un tipo que se presenta como alguien elocuente, educado, con el que resulta muy fácil entablar una conversación. Y que representa también el peligro de que Ford y Tench se dejen absorber por los monstruos a los que están estudiando.
Además, Mindhunter logra eludir el mal de las series de Netflix de parecer que se quedan sin historia que contar a mitad de la temporada al hacer que Ford y Tench participen en la investigación de un par de casos reales, o al dedicar un episodio a mostrarnos quién es la doctora Carr, o a centrar otros alrededor de las entrevistas a determinados asesinos en serie.
Al final, su enfoque más cerebral (que no frío) y en el por qué alguien se obsesionaría en estudiar a esos hombres es lo que la hace destacar.
Notas al margen
- Los tres protagonistas principales son actores bien conocidos por los espectadores. A Jonathan Groff lo hemos visto en Glee o en Looking, además de en el gran fenómeno de Broadway que ha sido Hamilton; Holt McCallany es todo un veterano que ha trabajado dos veces con Fincher y que fue el protagonista de la malograda Lights out, y Anna Torv se hizo conocida, precisamente, dando vida a una agente del FBI en Fringe.
- El libro en el que se basa la serie es Mindhunter: Inside the FBI’s elite serial crime unit, de John E. Douglas y Mark Olshaker. Douglas es la base para el personaje de Ford, mientras Tench está inspirado en su compañero, Robert Ressler.
Mindhunter: Inside the FBI’s Elite Serial Crime unit
Mindhunter: Inside the FBI’s Elite Serial Crime unit: Amazon.es: John Douglas, Mark Olshaker: Libros en idiomas…www.amazon.es
- Los asesinos en serie reales que aparecen en la primera temporada son Ed Kemper, Monte Ralph Rissell, Jerry Brudos, Richard Speck, Darrel Gene Devier y el asesino BTK, del que vemos pequeños momentos al principio de algunos episodios.
Las notas de Fuera de Series:
En Fuera de Series puntuamos nuestros análisis en una triple escala de 1 a 5, inspirada en la que usa Little White Lies, en función de lo deseosos que estábamos de ver la serie (“Antes”), lo que nos ha parecido viéndola (“Durante”) y las ganas de ver más y de comentarla con más gente tras hacerlo (“Después”)
Antes: 3,5
Tengo que confesar que yo soy fan de las películas de David Fincher y que ‘Zodiac’ es una de mis favoritas, por lo que los trailers de ‘Mindhunter’ despertaban enormemente mi curiosidad por la serie.
Durante: 4
No es una serie diseñada en realidad para el maratón, pero así es como yo la vi finalmente, en un largo atracón de sus diez capítulos en un fin de semana. Siempre te quedas con ganas de saber más de Ford y Tench, de ver hasta dónde les va a llevar su estudio, y es muy entretenido ver juntos a Groff y McCallany.
Después: 4
La temporada acaba siendo un visionado muy satisfactorio, y deja con ganas de ver si la segunda entrega se centrará en la aplicación práctica más generalizada del sistema que Ford, Tench y Carr están diseñando.
La primera temporada de ‘Mindhunter’ está disponible en Netflix.