Esta crítica está escrita tras ver todas sus temporadas y contiene spoilers.
Tres temporadas en siete años y, aún así, la esperábamos revisionándola por si se decidía a volver. Así de maravillosa es Miranda. ¿Por qué traemos hoy a Miranda? En primer lugar, porque siempre es bueno recordarla y, en segundo, por la copia americana que nos llega de la mano de Mayim Bialik : ‘Call Me Kat’ que ya ha llegado a España.
Para los que no habéis visto Miranda, casi os recomendaría ver primero Call me Kat porque cuando las compares, aunque ambas son extremadamente parecidas incluso en algunos gags, os puedo asegurar que como Miranda no hay ninguna.
Esta comedia, escrita por la protagonista, se estrenó en la BBC en 2009 y la terminamos en 2015 quedándonos como siempre con ganas de más y es que Miranda no es una comedia al uso. Si no la has visto y al leer que es comedia estás esperando una sitcom tradicional, te vas a llevar un chasco. Es una comedia recreada en forma de obra de teatro, que despiden de nosotros al finalizar cada capítulo, con unos personajes maravillosos de los que nos quedamos enamorados desde que los conocimos y con frases que ya son un clásico.
Miranda en una treintañera que se niega a crecer mentalmente (esa mujer es altísima) y que monta una tienda artículos de broma porque en su vida la única meta que tiene es ser feliz y pasarlo bien.
Patosa como ella sola, está enamoradísima de nuestro conocido Lucifer (Tom Ellis) y las situaciones para poder conquistarlo son adorablemente avergonzantes. Están hechos el uno para el otro y, el que no lo vea, es que no quiere mirar más allá de lo guapísimo que es Gary y lo especial que es Miranda. La conquista de Gary nos lleva a situaciones divertidas y dulces que nos sacan la sonrisa constantemente hasta que Miranda rompe la cuarta pared se dirige a cámara y entonces estallamos en carcajadas. Esto es algo constante en esta serie que la hace aún mejor de lo que ya es.
Como personajes esenciales en la vida de Miranda, además de Gary, está su mejor amiga Stevie. Con ella trabaja en la tienda, cantan continuamente, y siempre repite su nombre al menos tres veces para llamar su atención. Stevie, Stevie, Stevie… y ella siempre está para entender a Miranda. Una amistad de las que se admira y se respeta por lo divina que es, ya que las personalidades de ambas son totalmente opuestas. De ahí el encanto y que funcione perfectamente.
La otra persona que es clave en la vida de Miranda es su madre. Le da la vida mártir, de hecho, de las primeras escenas de Miranda es la madre intentando venderla por la calle con un megáfono para que alguien se case con ella. Esa es su obsesión. Una madre muy pija que no comprende la vida de su única hija y, aunque lo único que quiere es que sea feliz, el único sentido que ella le encuentra a esa felicidad es que se case de una vez y tenga hijos. Como Miranda nunca quiere hacer lo que su madre le dice, la madre corta toda conversación de raíz sin dejarle alternativa bajo la frase «Such Fun» y, con esas dos palabras se larga y lo arregla todo. DIVINA.
Miranda es una comedia con un reparto estupendo pero que se nos hizo extremadamente corta. Nuevos amores, celos, antiguas amigas, nuevos retos, cambios de look, karaokes, frutas con caras y una casa pequeña en la que no para de entrar gente estupenda. La echamos de menos.
Miranda Hart es una cómica maravillosa que nos ha traído momentos muy especiales, por eso, no es de extrañar que haya llegado su copia ‘Call me Kat’.
La querida Blossom o Amy en The Big Bang Theory, ahora tiene su propia comedia de situación en la que nos trae a una Miranda americana que deja su carrera como matemática y decide abrir una cafetería en la que mientras tomas algo disfrutas de la compañía de gatos rescatados que puedes adoptar. Igual de patosa que su predecesora, también tiene su amor de toda la vida y, como Miranda, encuentra nuevas relaciones; su mejor amiga es muy espabilada como Stevie y la madre también la trae por la calle de la amargura.
Grabada también con público y hablando a la cámara para hacernos cómplices, las semejanzas son brutales, incluso en el piso y en las locuras que se le ocurren. Esto es un «a falta de pan buenas son tortas» y estamos encantados con ella ya que la auténtica no tiene pinta de regresar.
Miranda y Call me Kat son dos comedias adorables y diferentes que, durante un rato, hacen que te olvides de todo lo demás.
Call me Kat está disponible en HBO Max