(Fuente: Netflix)
Esta crítica se ha escrito después de ver la primera temporada de ‘Muñeca rusa’. Contiene spoilers después del correspondiente aviso.
Cuando entramos en la historia de Muñeca rusa, parece que estamos ante una comedia negra que solo versiona las premisas de Feliz Día de tu muerte o Atrapado en el tiempo, y no. Muñeca rusa es todo lo que Maniac quiso ser en 2018, y es también la materialización de lo que proponía Bandersnatch, pero con un fondo emocional y existencial que nos pilla desprevenidos.
En ocho episodios de 25 minutos, Muñeca rusa nos sorprende con una propuesta que combina elementos de comedia, drama, thriller, terror y ciencia ficción; todos en su justa medida y añadiéndolos poco a poco al cóctel. Como con una matrioska, vamos quitando capas hasta llegar al corazón de la historia, del conflicto de los personajes, y al sacar la última, queremos volver a armarla (verla) otra vez.
Esta serie es un viaje de autodescubrimiento; de ensayo y error. Ahí, es donde dialoga de forma curiosa con el Bandersnatch de Black Mirror, porque le permite a los personajes revisitar una misma noche tomando diferentes decisiones, para ver si así pueden cambiar su destino. Si aún no la has visto, este es el momento de abandonarnos hasta que lo hayas hecho.
Natasha Lyone y Charlie Barnett son Nadia y Alan. (Fuente: Netflix)
Cuando creemos tener las claves para decodificar la serie, al final del tercer episodio aparece Alan y le dice a Nadia que él está en su misma situación: también ha muerto varias veces. Conocemos entonces su rutina en el día de su bucle, que como el de ella, también se reinicia frente al espejo de un baño.
A partir del momento en el que se conocen, Nadia y Alan se convierten en un equipo con un objetivo común; juntos pueden encontrar la llave que los libere de esa repetición infinita. Afortunadamente, la serie elige no convertirlos en una pareja romántica, su cruzada está en un nivel superior, y durante los siguientes episodios descubrimos los conflictos (traumas) en los que están atrapados: para Nadia, la relación con su madre; para Alan, que había decidido suicidarse.
Las partes en las que se explora la infancia de Nadia y el sentimiento de culpa por la muerte de su madre, son de los momentos más conseguidos de la serie, tanto a nivel emocional como estilístico. Nadia se va desarmando como una muñeca rusa hasta sacar el trozo de espejo roto que la hace desangrar desde el interior y que representa el núcleo del trauma relacionado con su madre.
(Fuente: Netflix)
En el último episodio, el juego de ciencia ficción pone a los personajes que ya han recorrido el camino de aprendizaje en dos líneas temporales distintas, y esto permite ver en contraste con sus yoes del pasado cuánto han evolucionado. Nadia y Alan están dispuestos a cumplir su misión, a ayudar a su compañero de viaje y darle lo que necesita en ese momento en el que está perdido. Tal como dijo Natasha Lyonne (directora del episodio) en Build Series: “Estar atascado en la vida es una metáfora de estar muerto”.
No pueden prometerse que la vida será un cuento a partir de ese momento, como le dijo Buffy a Down, “Lo más difícil de este mundo es vivir en él”, pero pueden contar con que no lo harán solos. Ambientada en una ciudad tan vasta como Nueva York, lo que al final nos muestra Muñeca rusa, es lo importante que es no ignorar a las personas con las que nos cruzamos, porque una mirada de reconocimiento o una palabra en el momento justo puede cambiar la vida de alguien que está pasando un mal momento.
Oatmeal está sano y salvo. (Fuente: Netflix)
NOTAS AL MARGEN
- Es una convención que en este tipo de historias haya un tema musical que marque el inicio de cada nueva iteración. El de Nadia es Gotta Get Up de Harry Nilsson, cuyos versos iniciales se convierten en un recordatorio de que tiene que hacer algo antes de que el mañana vuelva a convertirse en su ayer. El tema con el que idenficamos la rutina de Alan es el tercer movimiento del Concierto para piano Nº 4 de Beethoven, una elección acertada como nos explican en Decider, porque es una pieza elegante y rítmica que define al personaje y a su obsesión con el control y el orden.
- La elección de Gotta Get Up ha sido muy personal para Natasha Lyonne, pues el autor de la canción murió de un infarto después de años de abuso de drogas, y Lyonne tiene una historia personal en este sentido que la llevó a una operación a corazón abierto siendo joven.
‘Muñeca rusa’ está disponible en Netflix.
Lo que sabemos de ‘Muñeca rusa’, la serie de Natasha Lyonne en Netflix
La primera temporada de esta comedia negra, cocreada por Amy Poehler, llegará a la plataforma el 1 de febrerofueradeseries.com