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Crítica: ‘Rick y Morty’ se contamina de la oscuridad de sus personajes en el estreno de la temporada 5

(Fuente: HBO España)

Esta crítica se ha escrito tras ver el primer episodio de la quinta temporada de ‘Rick y Morty’ y no contiene spoilers.

Menos mal que Rick y Morty es una serie. La malicia con la que Justin Roiland y Dan Harmon, sus creadores, racionan los escasísimos bocados de continuidad que se regalan a los espectadores no luciría tanto en ningún otro soporte. Por descontado, la recién estrenada temporada 5 de la comedia animada mantiene esa estricta pero placentera disciplina de partido.

El primer episodio de la nueva entrega, que en nuestro país emitió anoche TNT y ya puede verse bajo demanda en HBO España, anticipa con el salvajismo esperable otro tsunami del humor grotesco, el maltrato psicológico y las enrevesadas micronovelas sci-fi que han coronado a la parodia de Regreso al futuro como la serie animada más prominente de la actualidad. Profundizar una micra más en la trama del capítulo sería estropear un interminable combo de tirabuzones dramáticos escritos con la mala baba habitual.

Se repitió hasta la saciedad, cuando el final de Juego de tronos, que ya no conoceríamos más «series evento»; y otro tanto con la conclusión de The Big Bang Theory. Pero henos aquí, prestando a esta ficción una atención proporcional al revuelo generado por Adult Swim, la plataforma madre de Rick y Morty en los Estados Unidos, que colgó de improviso el nuevo capítulo en su página web. Hasta el propio Roiland había sugerido en una entrevista que los cortes de la temporada se lanzaran con un mes de diferencia entre ellos. Así de consciente es el equipo que hay detrás de la serie de la expectación que genera su gallina de los huevos de oro.

Y por eso la escriben como la escriben: con la dosis justa de drama de fondo —»Backstory!!!», bramaría el C. W. de Mythic Quest— para mantener a los acérrimos del abuelo inventor y su sufrido nieto irremediablemente enganchados a su trama. Esa consciencia retrospectiva puesta en marcha al armar cada aventura lleva presente desde las primeras entregas de la serie, y sigue siendo lo que la hace destacar, más allá de las filigranas en el relato y los giros imposibles. Así es también en el nuevo episodio, donde se introduce una vieja némesis al tiempo que se menciona el más doloroso de los nombres: Diane.

Pero la accidentada filtración del pasado en el presente de los personajes, casi por goteo, evidencia también otro rasgo suyo: la absoluta indiferencia que los envenena. Un desdén brutal que hace saltar por los aires a posteriori cualquier pretensión de risotada fácil que pudiera haberse colado en el episodio, y que constituye la cara B de la cada vez más completa propuesta de Adult Swim.

Este desapego de lo humano, del optimismo y las ganas de vivir mismas, no es gratuito. Está justificado en cada una de las horribles peripecias que ha encabezado la pareja, traumas que el espectador creería poder olvidar sin más, como si esta fuera otra sitcom de usar y tirar. Pero no lo es; cada episodio macula a unos Rick y Morty exponencialmente más atormentados y enloquecidos. Lo mismo ocurre con la propia mirada de la serie, que regresa divertida, irónica y soez, pero también descreída e indisociable de la oscuridad que tortura a sus protagonistas.

‘Rick y Morty’ se emite en TNT y HBO España.

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