Judith Light y Bette Midler en ‘The Politician’. (Fuente: Netflix)
Esta crítica se ha escrito tras ver los tres primeros episodios de la temporada 2 de ‘The Politician’ y no contiene spoilers.
Mamarrachada para unos, inteligente sátira para otros. The Politician causó una enorme división de opiniones con una temporada debut que, digámoslo así, no estaba hecha para todos los paladares. Su propuesta, llena de colores saturados y situaciones estrambóticas encerraba, en realidad, críticas agudas a la sociedad americana y al sistema electoral, pero también sabía divertirse (divertirnos) de lo lindo a través de un abanico de personajes desquiciados.
Y con esta segunda temporada, la serie parece haberse reconocido a sí misma, ser más consciente de sus virtudes y no tener miedo a tirarse a la piscina. Porque lo que encontramos, al menos al comienzo de la temporada, son unas ganas enormes de divertirse a través de colocar a sus protagonistas en tesituras aún más locas para que ofrezcan algo diferente. Lo que podemos esperar de la premisa de la temporada rápidamente se consume, cambia, se da la vuelta y gira cada poco rato para que el enredo sea cada vez mayor. Los topos, las alianzas, las inseguridades y las puñaladas juegan siempre a favor de la diversión.
Por supuesto, la entrada de Judith Light y Bette Midler es un gran revulsivo que le sienta especialmente bien tanto en lo discursivo como en la puesta en escena; porque Midler haciendo comedia está soberbia, siempre arribísima, pero nunca pasada de vueltas. La guerra entre Payton y Dede es suficientemente interesante para mantenernos pendientes de la pantalla, pero sobre todo porque en ningún momento se guarda nada para después: cada capítulo viene con su propia artillería.
No obstante, The Politician no se acomoda en ser simplemente graciosa o amena y, bajo esa fachada irreverente y payasa, sigue profundizando en temas relevantes que se ponen en valor a través de la comedia (la trama de Gerónimo es tan descacharrante como brillante). Hay mucho ahí debajo sobre lo que reflexionar, desde el poder de la comunicación y la maleabilidad de las masas de votantes hasta la utilización de preocupaciones sociales o minorías para intereses partidistas, pasando por la posición de las mujeres como sujeto u objeto de la política.
Ya sabemos a estas alturas que The Politician no es la serie más popular de Netflix y que tampoco ha tenido a toda la crítica de su lado, pero a quienes nos gustó su primera temporada, quienes comprendimos y entramos en su juego, nos lo vamos a pasar pipa con esta nueva aventura de Payton Hobart y compañía.
La temporada 2 de ‘The Politician’ está disponible en Netflix.
