(Fuente: Netflix)
Esta crítica se ha escrito después de ver la primera temporada completa de ‘Sex Education’ y no contiene spoilers.
No sabemos cuál es el secreto de Netflix, pero los responsables de desarrollo de la plataforma han demostrado tener gran ojo a la hora de fichar talento creativo para desarrollar series juveniles. A Stranger Things y Por trece razones les siguieron otras como Todo es una mierda, The End of The F***** World, On My Block o Élite, y ya nos hemos llevado con Sex Education la primera sorpresa de 2019. En lo que se refiere a este tipo de historias en Netflix, quizá deberíamos empezar a dejar de sorprendernos.
Creada por encargo por Laurie Nunn, como nos contaba hace unos días Marina Such, esta serie protagonizada por actores británicos consigue una atmósfera que produce un efecto de familiaridad curioso en el espectador, porque captura la ambientación de los institutos que estamos acostumbrados a ver en las series de este género en Estados Unidos (casilleros, la cafetería, las chaquetas de los deportistas, el baile de fin de curso…), pero usando el tono y el descaro de las series del Reino Unido.
Como en el caso de Derry Girls, Netflix vuelve a demostrarnos que a sus series, como a los libros, no podemos juzgarlos por la portada, porque es probable que, de no haber sido por la presencia de Gillian Anderson, muchos habríamos ignorado Sex Education después de leer su premisa: “Otis, un chico virgen y socialmente torpe, crea junto a una compañera una clínica de terapia sexual clandestina en el instituto después de que su vida familiar salga a la luz en la escuela: su madre es una famosa terapeuta sexual”.
(Fuente: Netflix)
Y, sí, la premisa de la serie es esa, pero simplemente es un punto de partida. Lo que ocurre a partir de entonces es una sorpresa tras otra; todas maravillosas, pero algunas muy dolorosas. Sex Education es una dramedia, y su tono principal es el cómico, sobre todo al plantear las escenas sexuales (hay muchas, tenedlo en cuenta al darle al play en el transporte público), las de terapia, o la mayoría de las interacciones de Jean, el personaje de Gillian Anderson, pero cuando le abre la puerta al drama nunca lo hace a medias tintas.
Sex Education encuentra espacio para hablar con mucha sensibilidad de temas como el aborto, de violencia por orientación sexual o expresión de género, de homofobia internalizada, de la presión por la excelencia y de abandono familiar, pero es principalmente una serie optimista que trata con sumo cariño a sus personajes. Hay algunos hogares conflictivos, pero las que destacan son las representaciones de amor y aceptación.
Cuando la serie está con el modo humor activado es una delicia. Las situaciones y los diálogos cómicos siempre le funcionan con la precisión de un reloj suizo. En estos momentos más ligeros también aprovecha para hacer comentarios socialmente relevantes, sin dejar nunca de ser divertida, porque Sex Education es una serie muy consciente del momento cultural en el que ha llegado a nuestras pantallas. Por ejemplo, la charla a gritos sobre el acoso en el baile de graduación, con una crítica a esos gestos grandilocuentes tan propios de las comedias románticas de las que bebe estéticamente, en contraste con el chico que empieza a leer a Virginia Woolf para conquistar a una chica, y acaba interesándose realmente por el feminismo de la autora. Un buen contrapunto al personaje de Joe Goldberg en YOU.
(Fuente: Netflix)
Otis, Maeve, Eric, Adam y Jackson, con interpretaciones de diez por parte de sus actores, nos presentan diferentes conflictos y formas de enfrentarse a los retos de sus situaciones emocionales y familiares, y la serie encuentra el espacio necesario para que sus personajes se desarrollen y lleguemos a comprenderlos. Sex Education es una serie divertida y entrañable, que ofrece una visión positiva sobre el sexo, tiene una clara intención de generar conversación social en su público objetivo y que usa la empatía como centro emocional. Os la recomiendo sin reservas y acepto reclamaciones si no quedáis satisfechos.
Cuando llegue el momento de hacer listas de lo mejor del año, puede que Sex Education nos quede muy lejos pero, para que esto no ocurra porque se me ha olvidado, ya la he apuntado en mi lista personal junto con su tercer episodio. Si al final no consigue entrar en mi top, porque 2019 nos ha regalado otros diez estrenos mejores que este, bienvenidos sean.
‘Sex Education’ está disponible en Netflix.