Fotograma de ‘Shameless’ 9×01 ‘Are You There Shim? It’s Me, Ian’. (Fuente: Movistar)
En el primer episodio de su novena temporada, Shameless mantiene el tono y el estilo al que nos tiene acostumbrados, aunque algunas dinámicas entre personajes han cambiado (ya no recuerdo la última vez que Fiona y V compartieron escena) y cada vez cuesta más encontrar excusas para ver a la familia reunida, porque los hermanos han crecido y todos tienen su propia vida. Hasta Liam va por libre, y me alegro por él, porque, al menos por ahora, y en contra de cualquier predicción, dado el entorno desatendido en el que ha crecido y las influencias que recibe, parece que tiene lo que hace falta para escapar de la maldición Gallagher. Ojalá tenga suerte.
Con lo que siempre podemos contar, es con la comedia absurda de Frank y con el asco que da. El episodio empieza con él tirado sobre su propio vómito y pasándose la esponja de lavar los platos por tres zonas de su cuerpo para responder a una cita sexual con una de las madres de la escuela de Liam. Una de las decenas que ha estado atendiendo periódicamente. Mi asombro e incredulidad no tenían límites y solo podía pensar en cuánto apesta su sola presencia.
(Fuente: Movistar)
Pero, como decíamos, siempre podemos contar con que su personaje funcione como alivio cómico, y todo el asunto de la epidemia de enfermedades de transmisión sexual entre los padres y madres de la escuela tuvo una resolución divertida.
Divertida parecía también la trama de Carl en el ejército. El cabo Gallagher está al mando de su sección de cadetes y aspira a un ascenso como cadete teniente. Es uno de los candidatos, y tiene todo lo que hace falta a nivel personal, si soluciona lo de la acampada de Kassidi fuera del alambrado. Y Dave, a quien había llamado eslabón débil, se encarga de solucionarlo.
“No se preocupe, señor. Nadie encontrará el cuerpo”. (Fuente: Movistar)
Alejado del crimen se mantiene Lip. De la pasada temporada pudimos agradecer que no tuviera una recaída. Temimos lo peor porque se mantuvo rodeado de personas y situaciones que lo pusieron a prueba constantemente, parecía imposible que no cayera en la tentación, pero lo consiguió. Con corte de pelo nuevo y cuidando a la abandonada Xan, Lip sigue tirando. Y lo decimos así porque, aunque nos alegramos de que esté estable, no olvidamos que nos habían mostrado que su futuro podía haber sido brillante y ahora el triunfo es que se mantenga sobrio mientras trabaja en el taller.
(Fuente: Movistar)
La trama de Debbie fue lo mejor del episodio. Después de las terribles decisiones que ha tomado su personaje en los últimos dos años, en esta nueva entrega volvemos a estar de su lado. Y se lo ha ganado; su lucha contra la desigualdad de género en el entorno laboral, y que continuará con la lucha contra el sexismo, me hizo levantar el puño a lo Meryl Streep y gritarle Go, girl! a la pantalla. Llevar pañales para que las necesidades fisiológicas no nos impidan conseguir nuestros objetivos es de genios, y de gente que sabe lo que quiere, ya nos lo dijo Cristina Yang en Anatomía de Grey.
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Lo que no parece traer buenos augurios es la situación de Ian. La octava temporada cerró con la duda de si había dejado la medicación y, si por casualidad no lo había hecho, la cárcel no parece el sistema que se va a encargar de que continúe su tratamiento; ya sabemos el coste que tiene la sanidad en aquel país y la gestión privada de las cárceles solo se preocupa por reducir sus presupuestos. Tal como sucedió con sus acciones de Gay Jesus, aquí también tiene buenas intenciones, pero su discurso es cada vez más errático y la soledad no es buena compañía.
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Esto nos lleva a Fiona. Su relación con Ford parece ir bien (aun con algunas incertidumbres) y continúa con la intención de que su inversión inmobiliaria funcione, pero, tal como veníamos viendo los espectadores, se ha encontrado con que ha desaparecido el sentimiento de familia que los había unido desde niños. Para ella, la decisión de pedir un préstamo para pagar la fianza de Ian era algo incuestionable; es lo que había que hacer, pero todos a su alrededor, no lo veían tan claro, incluso el pequeño Liam tenía algo que decir al respecto. Estaba decidida, pero puede que la última conversación con Ian le haya hecho ver la situación con otra perspectiva. Haga lo que haga al respecto, una necesidad de unirlos a todos por algo más que por un techo puede que sea una de sus motivaciones esta temporada.
(Fuente: Movistar)
Como espectadores de Shameless hemos aprendido a disfrutar de sus locos momentos de comedia, pero también a resignarnos, porque, en el fondo, la historia de los Gallagher siempre está enmarcada por la tragedia. La serie nos demuestra una y otra vez una realidad ignorada por la ficción: para conseguir el sueño americano no basta, como dicen algunos, con tener constancia y desear las cosas con mucha fuerza. Las oportunidades, o la ausencia de ellas, están determinadas por las condiciones socioeconómicas y culturales de la ciudad, el barrio y el hogar en el que nacen, y ya conocemos el historial de esta familia. No deberíamos contar con un final feliz, pero ya que sabemos que esta temporada nos despedimos de Emmy Rossum, me gustaría pensar que que es posible Fiona lo tenga.
Los nuevos episodios de la novena temporada de ‘Shameless’ están disponibles los lunes en Movistar+.