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Crítica: ‘Solo asesinatos en el edificio’ llega para mejorar nuestros días con comedia y true-crime

Fuente: Disney+

Esta crítica se ha escrito tras ver los cuatro primeros episodios de ‘Solo asesinatos en el edificio’ y no contiene spoilers.

Un edificio neoyorquino de principios del siglo XX, de esos enormes con rellanos de muchas puertas donde aparentemente los ocupantes no tienen relación entre sí, y cuatro protagonistas son los focos centrales de lo nuevo que trae Disney+ titulado Solo asesinatos en el edificio y que viene para entretenernos de lo lindo. Tres vecinos llamados a no caerse simpáticos descubren, casi por casualidad, estar enganchados a lo mismo: los podcasts de crímenes. De ellos no nace acercarse los unos a los otros, pero todo cambiará cuando se crucen en el ascensor con una cuarta persona: un vecino que pronto aparecerá supuestamente suicidado. Pero si algo han aprendido estos tres personajes es que siempre hay una historia tras una muerte inesperada y, como es de esperar, harán todo lo que esté en sus manos para descubrir al asesino.

Selena Gómez, Steve Martin y Martin Short son los encargados de dar vida a Mabel Mora, Charles-Haden Savage y Oliver Putnam y de permitirnos disfrutar con un grupo en perfecta sintonía que presenta a un montón de secundarios que se van descubriendo poco a poco y que redondean una historia cuasi teatral. La serie, aunque no parezca tener grandes pretensiones, es un ejercicio de estrategias poco comunes. No se espera un romance entre nuestros tres personajes, no tienen una relación igual entre todos, no tienen una historia personal que tenga el mismo peso para el desarrollo de la serie, y le sienta muy bien.

Mabel será la encargada de esconder cosas, pues tras ella hay una historia que hará que la víctima no sea tan anodina e irrelevante como pudiera parecer en un inicio. Por su parte, Oliver es una vieja gloria sobre la que pesa un gran fracaso y la ruina económica, mientras que Charles, en cambio, es todo seguridad: no necesita a la gente, no tiene problemas y se puede permitir ser un impertinente. Esta aparente descompensación en la que cada actor viene a desarrollar puntos distintos de la serie es lo que permite que, con solamente tres personas, haya un mundo por descubrir.

(Fuente: Disney+)

Y. además. entre ellos funcionan muy bien. La pareja mayor experimentada juega a reproducir el binomio ordenado-desordenado que había, por ejemplo, en La extraña pareja, dando como resultado unos diálogos entretenidos y ágiles. Mabel, en cambio, funciona al margen de ellos aunque permanentemente contactada; su cabeza echa mano de otros tópicos (internet y las redes sociales están mucho más presentes en ella) y de una forma más independiente, aunque acabe por recurrir a la pareja de viejos con la que encaja perfectamente a pesar de la apariencia inicial.

Si a esto le sumamos secundarios con experiencia y algún huevo de pascua, un ascensor en el que forzar las relaciones, los enredos habituales de los edificios con muchos vecinos y la pasión de estos tres por vivir en sus propias carnes el true-crime, el resultado es una comedia muy divertida, con episodios de 30 minutos que vuelan y suficientemente atemporal como para que pueda aguantar bien el tiempo. Está muy bien interpretada y calibrada, es bonita, un vicio para los amantes de la arquitectura urbana estadounidense y, sobre todo, mejora un poco nuestra tarde.

‘Solo asesinatos en el edificio’ se emite los martes en Disney+.

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