Cobie Smulders, como Dex Parios. (Fuente: ABC)
Esta crítica se ha escrito tras ver la temporada completa de ‘Stumptown’.
La primera temporada de Stumptown ha tenido dos “misterios”, si queremos llamarlos así, que han articulado la trama serializada de sus 18 episodios. O, mejor, más que misterios, deberíamos decir que son los dos traumas del pasado que definen en gran parte la personalidad Dex: uno es el abandono de sus padres mientras ella estaba con los marines en Afganistán; el otro es la muerte, precisamente en Afganistán, de su ex novio, Benny, cuando su vehículo pasó por encima de una mina.
El fantasma del joven Blackbird sobrevuela prácticamente todo lo que Dex hace, y no sólo porque aún tiene secuelas psicológicas de aquel ataque. Se culpa por que él se alistó en los marines sólo para intentar recuperarla, porque Dex considera que no fue lo suficientemente fuerte ante la desaprobación de Sue Lynn Blackbird, que obligó a su hijo a dejarla y a casarse con una mujer de la reserva más de su agrado. Los fantasmas de la guerra persiguen a Dex por todas partes y, cuando se le presenta la oportunidad de desterrar a alguno, la agarra como si le fuera la vida en ello.
Esa solo es una de las facetas de detective clásico del noir con las que se construye al personaje, que se pasa los dos últimos capítulos de la temporada persiguiendo el espíritu de Benny a través de la búsqueda de lo que le ocurrió de verdad en Afganistán. Para Dex, es una pregunta que necesita respuesta, aunque luego descubra que esa respuesta nunca va a ser suficiente. La pérdida de su ex no puede ser sustituida por ningún informe clasificado del Departamento de Defensa.
Sue Lynn y Dex han ido mejorando su relación. (Fuente: ABC)
Que Dex está rota queda meridianamente claro no porque beba sin parar, o porque vaya enredando en sus líos a las personas a su alrededor y, sobre todo, a Grey y Hoffman. Con ver cómo Cobie Smulders camina cargada de hombros es más que suficiente. Ese retrato de su protagonista, de la que se han ido pelando capas poco a poco, es uno de los grandes aciertos de la temporada. Es verdad que, como comentaba mi compañera Valentina Morillo al hablar de su primer episodio, este tipo de detective privada ya lo hemos visto en Jessica Jones, pero eso no le resta valor.
Sí que puede estar un poco más gastado el triángulo entre Dex, Hoffman y Grey, aunque se agradece que Stumptown se haya preocupado por hacer que los dos personajes masculinos tuvieran algo de entidad más allá de su relación con ella. Y eso que siguen siendo un poco arquetípicos: el buen policía que se debate entre las normas o hacer lo correcto y el ex convicto al que la vida criminal siempre le va a perseguir. Cuando no interactúan con Dex, pierden fuelle, que es algo que les ocurre a unos cuantos de los personajes de la serie.
Pero hay otros puntos a su favor, como la manera en que se presentan Sue Lynn y el resto de nativos americanos de la reserva (algo, por cierto, que recuerda a veces a Longmire), y el sentido del humor que está presente en casi todas las instancias, desde las canciones del cassette enganchado en el coche de Dex (queremos que algún día suenen The Proclaimers con I’m gonna be) a muchas frases de la teniente interpretada por Camryn Manheim. Los casos también se han salido de lo habitual hasta cuando el culpable era el más evidente.
(Fuente: ABC)
El cliffhanger final abre la puerta a que tanto Dex como Grey consigan resolver, en parte, esa herida abierta que tienen con sus progenitores. Grey se va a ver metido de lleno en los tejemanejes delictivos de su padre, mientras Dex se encuentra de repente con que su madre, a la que hace décadas que no ve, aparece en la puerta de su casa. Que su hermano Ansel y ella fueran abandonados por sus padres es algo de lo que se ha hablado, pero que no se ha tratado tanto, y está claro que va a ser uno de los aspectos que centre una posible segunda temporada que todavía está en el aire.
Stumptown ha presentado una primera temporada bastante sólida, muy anclada en la tradición del noir, que ha tenido más éxito en la continua exploración de su personaje principal, ya fueran sus traumas variados, su bisexualidad o lo difícil que le resulta ver a su hermano como una persona independiente, en lugar de simplemente como su ancla emocional.
A Dex le cuesta enormemente reconocer lo que le ocurre. Se aferra a “enigmas” que le dan una razón para seguir viviendo, aunque luego no sepa qué hacer cuando se resuelven. Su retrato ha sido uno de los más destacados de la temporada televisiva.
La primera temporada de ‘Stumptown’ está disponible en HBO España.
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