Esta crítica se ha escrito después de ver cinco episodios de ‘Ted Lasso’. No contiene spoilers.
El catálogo de producciones originales de Apple TV+ continúa siendo el más reducido entre toda la vasta competencia del streaming, pero su porcentaje de acierto es digno de estudio. Con Ted Lasso, la última serie que ha estrenado, ha vuelto a dar en el clavo y nos ha pillado a todos -aprovechando que va sobre fútbol- en fuera de juego.
Creada por Jason Sudeikis y Bill Lawrence (Scrubs, Cougar Town), a partir de un personaje desarrollado en 2013 para unos anuncios promocionales de la liga inglesa en NBC, esta serie nos presenta a Ted, el entrenador de un equipo universitario de fútbol americano que es contratado para entrenar a un equipo profesional de la liga inglesa. Obviamente, no sabe nada del fútbol que se juega con los pies y parece una receta perfecta para el desastre.
Leyendo esa premisa podríamos esperar que esta comedia aprovechara los malentendidos y la incompetencia de su protagonista para dejarlo en ridículo, porque esa es una fuente de momentos de humor que está servida en bandeja, pero Ted Lasso no es el bufón de la corte. Es realmente una buena persona, una muy optimista, y eso descoloca a quienes lo rodean en la ficción y a quienes lo vemos a través de la pantalla, porque esperamos que no sea consciente de cómo lo ven los demás o que su actitud sea una fachada para sacar provecho de alguna manera. Pero no, Ted es así, es buena gente, y nos va desarmando poco a poco haciendo que bajemos la coraza del cinismo.
Y tal cómo vamos conociendo mejor al protagonista (el quinto episodio tiene una escena preciosa bajo la lluvia) aprendemos un poco más del resto de personajes, por qué son como son y cómo sus vidas van cambiando gracias al efecto Ted Lasso. Cuando vemos el primer episodio asumimos que será un protagonista irritante del que nos cansaremos pronto, y que los secundarios son estereotipos con patas, pero todos van dejando caer sus capas protectoras y nos van enamorando poco a poco. La evolución de Roy o la amistad que se desarrolla entre Rebecca (Hannah Waddingham) y Keeley (Juno Temple) son algunos de los puntos fuertes de la serie; y todo ocurre gracias a Ted, porque su bondad es contagiosa.
Puede que Ted no sea un gran estratega deportivo, pero es un life coach ideal; es la personificación del lema de Friday Night Lights: “Clear eyes, full hearts, can’t lose”, pero aplicado al día a día. Es una suerte de Leslie Knope y eso hace de su serie un refugio seguro. Ver gente buena capaz de transformar la vida de los demás a punta de empatía y buenas intenciones es algo que nos reconcilia con el mundo real. Es inspirador, aspiracional y un escapismo que estos días necesitamos como el agua. Y tenemos suerte, porque está renovada por una segunda temporada.
Los nuevos episodios de Ted Lasso se estrenan los viernes en Apple TV+.
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La actriz también produce esta adaptación de la novela de Sarah Perry, ambientada en 1893fueradeseries.com