Dakota Fanning, Daniel Brühl y Luke Evans protagonizan ‘The Alienist’.
Un grupo de hombres y mujeres ricamente vestidos llega a una cena lujosa en un salón no menos lujoso. Una delicada yesería estilo rococó discurre a través de una hilera de preciosas salas de un exclusivo restaurante. Sofás en vez de sillas, estantes ornados con desmesura, mesas con manteles finos y menaje de cristal europeo. Manjares de alta calidad para la clase alta. En el exterior, la calle ruge con vitalidad: carruajes tirados por caballos trotan por los empedrados que escoltan farolas de gas, hombres ataviados con bombines y levitas, mujeres con capas que portan paraguas decorados con encajes, niños harapientos mendigando en cada esquina, criados negros, comerciantes italianos…
Un tono grisáceo acompaña ambos marcos. Es un día plomizo en la joven ciudad de Nueva York de 1896. El marco donde se desarrolla The Alienist, que estrena Netflix, la esperadísima adaptación del célebre libro de Caleb Carr.
Algo así como 24 años ha costado que The Alienist llegue a a pantalla. Antes incluso de que se publicara la novela, el productor Scott Rudin compró los derechos por 500.000 dólares, para vendérselos poco después a Paramount Pictures por 750.000 dólares. El proyecto entró de lleno en el proceso de preproducción: Curtis Hanson fue el director escogido y los exteriores se plantearon en Filadelfia. En 1997, y después de haber gastado dos millones en guiones, se estimó un presupuesto de 50 millones. Pero el proceso de producción se paralizó. Paramount adujo que el contenido y la historia en sí, que se planteó como densa y oscura, no destilaría finalmente lo que precisaban de ella.
Hace tres años, Paramount retomó el proyecto para convertirlo en una serie de diez episodios. TNT se unió y anunciaron un presupuesto de cinco millones por episodio. Cary Fukunaga, Eric Roth, Hossein Amini, Gina Gionfriddo, E. Max Frye y John Sayles fueron los guionistas escogidos. La dirección ha corrido a cargo de Jakob Verbruggen, James Hawes, Jamie Payne. David Petrarca y el español Paco Cabezas. Y el elenco… Bueno, del elenco hablaremos más adelante.
Situémonos: Nueva York, 1896. La ciudad que nunca duerme vive uno de sus boom demográficos y sociales. Incipiente, innovadora y a la cabeza del dispar y, en ciertas partes, anacrónico Estados Unidos, el Nueva York de finales del XIX representa la entrada y salida natural del país. La importación y exportación de materias primas y manufacturas: sus puertos de Brooklyn y Jersey superan al ya obsoleto de Filadelfia y los de los estados del Sur. En esta época, se organiza administrativamente tal y como la conocemos hoy en día, y tan sólo unos años atrás se había creado Central Park y construido el puente de Brooklyn. Museos como el de Historia Natural, el Metropolitan, la Biblioteca de Nueva York son de reciente creación. Entre 1888 y 1905, las finanzas de la ciudad aumentaron en un 250%. Pero toda luz arroja una sombra y una moneda siempre tiene dos caras.
La investigación de varios asesinatos es la trama de la miniserie.
Cuando se encuentra a un niño de 13 años destripado, con las cuencas de los ojos vacías y con los genitales extirpados, cunde una pequeña alarma en la Policía de Nueva York. El comisario Teddy Roosevelt (Brian Geraghty) le pide a su amigo, el doctor Lazslo Kreizler (Daniel Brühl), que investigue el asesinato. El doctor, a la sazón, es una especie de psicólogo criminal que trabaja con enfermos mentales, los llamados “alienados” (aquellos que alienan de sí mismos su verdadera naturaleza), descubre en sus primeras pesquisas que el niño asesinado es, en realidad, una prostituta de un famoso burdel de los barrios bajos, donde los jóvenes varones son disfrazados de mujeres para uso y abuso de caballeros adultos.
Kreizler pide ayuda a John Moore (Luke Evans), un dibujante algo diletante y viejo amigo de la infancia, y como apoyo de la Policía neoyorquina, Roosevelt le cede a la primera mujer secretaria del cuerpo, Sara Howard (Dakota Fanning) y a dos prometedores detectives, los hermanos Isaacson (Douglas Smith y Matthew Shear), versados en la incipiente ciencia forense aún casi en pañales por aquel entonces.
Daniel Brühl, Dakota Fanning y Luke Evans en el trailer de ‘The Alienist’
Un ambicioso thriller psicológico de época del canal TNT para la temporada de otoñofueradeseries.com
En connivencia con el poder social y económico está la “otra” Policía, la servil y cínica, la que gira en torno al poder sintiéndose juez y parte del problema (un oficial de policía se refiere a una de las víctimas como “eso”: “¿qué otra cosa llamarías a un degenerado que se viste de niña para el placer de los hombres adultos?”), donde la protección del comercio sexual perpetrado por gentilhombres de la sociedad está mejor que bien vista. Los proxenetas son despiadados, cínicos y mordaces: “sólo tenemos un negocio”. Una Nueva york cuya otra cara discurre por la penuria, el hambre, la pobreza y la necesidad de sobrevivir, día tras día, haciendo lo que sea necesario (impagable Michael Ironside como J.P. Morgan).
The Alienist no es una serie amable, ni bonita; es gris, plomiza, a ratos agobiante, a ratos inquietante. Y es de agradecer, porque el libro de Carr es duro, con pocas concesiones y sin ambages. La serie está muy bien adaptada y ya no es un juicio de quien escribe, si no del mismísimo Carr, que aplaudió públicamente el ingente esfuerzo que se había hecho para su adaptación. Y es que amén del guión que, en líneas generales, es muy solvente con algunas lagunas (hay tramos en los que la narración se enquista, tornándose algo lenta), la atinada elección, y lo que conlleva, de Budapest para desarrollar los exteriores de la serie (sí, pásmense), junto con lo acertado del elenco, hacen que, en mi modesta opinión, The Alienist se aúpe como una de las series del año.
Budapest sirvió para reconstruir la Nueva York de finales del siglo XIX.
El reparto se luce. Así, sin más. Daniel Brühl, que mejora con cada papel que desempeña, está francamente muy bien. A cuestas con un pasado que le atormenta, el alienista se debate entre el amor soterrado y secreto y una especie de pose social que ancla su verdadero yo. Inteligente, obsesivo (su insistencia por entrar en la mente del asesino es deslumbrante) y con un toque de cruzado, Daniel Brühl transmite un poso de veracidad que recuerda al Kreizler de la novela. Luke Evans sale airoso en un rol igual de atormentado por un amor no concluso y entona, como el doctor, una aureola de cruzado que supone el anverso, a veces, y el reverso, en otras, de su amigo y aliado Kreizler.
Dakota Fanning resuelve un papel secundario con garantías. Su situación de única mujer en un mundo gobernado por hombres, y en un trabajo donde la mujer es menospreciada, y la continua toma de partido entre Kreizler y Moore hacen que su rol no sea una mera pose. Y por último, pero no menos importante, atención a los tres criados/ayudantes del doctor Kreizler: Robert Wisdom (Cyrus), Q´Orianka Kilcher (Mary) y Matt Linz (Stevie). Ya sabrán porqué…
¿Por qué hay que verla? Una historia así no puede, ni debe, perderse en el olvido.
Puntos fuertes: La construcción de un mundo de finales del XIX. Una historia antigua, pero recurrente, en un mundo nuevo. Un reparto muy brillante.
Claves de su éxito: Por todo lo relatado.
Nota: “Sólo si me convierto en él, si le corto la garganta al niño, si atravieso el cuerpo indefenso con mi cuchillo y arranco los ojos inocentes de una cara horrorizada, solo entonces comprenderé realmente lo que soy “, Lazslo Kreizler dixit.
‘The Alienist’ está ya disponible en Netflix España.