Buscar
Buscar

Crítica: ‘The Eddy’ puede reconectar a Damien Chazelle con la humanidad

(Fuente: Lou Faulon/Netflix)

Esta crítica se ha escrito tras ver los dos primeros episodios de ‘The Eddy’ y no contiene spoilers.

Barajo la hipótesis de que existen cuatro copias de Damien Chazelle, uno de los directores con la impronta más compacta del Hollywood contemporáneo. Sus cuatro dobles habrían realizado, respectivamente, Guy and Madeline on a park bench (su verdadera, muy adorable y muy pedante ópera prima), Whiplash, La La Land y First Man, cuatro películas dirigidas con pulsos, paletas y sensibilidades alejadas y que, sin embargo, trazan una línea inteligible hacia el que ha resultado ser su discurso predilecto: que el éxito lo merece todo.

Pensé que los Chazelles sumarían cinco con el estreno de The Eddy, la serie anglo-francófona que Netflix estrena hoy, pero no ha sido así. Si algo debe recuperarse de Guy and Madeline, por encima de un farragoso despliegue autoral que resulta poco masticable fuera de los círculos a los que convenientemente apuntaba en 2009 (“muy moderna, muy mona, pero en peto no vengas”), es su humanidad. Y la serie de Netflix, cuyos dos primeros episodios dirige Chazelle, promete desenvolverse a ese mismo compás.

Los largometrajes de alto calibre del de Rhode Island comparten, como reseñó con una finura insuperable Noel Ceballos, una mirada desquiciada sobre el éxito, y subrayan con más o menos intensidad lo importante de (sic) saber dejar caer a tiempo lo que lo lastra a uno en su propulsión hacia las estrellas. Su tímida primera incursión en el cine, sin embargo, esbozaba ya el cosmopolitismo melancólico que fluctuaría luego en su filmografía mientras mantenía una acertada distancia con el cinismo venidero.

El hecho de que, por razones que no conviene desvelar, el de los protagonistas de The Eddy sea más un proyecto colectivo que el destino manifiesto de un individualista afásico ya coloca esta serie mestiza más cerca del Chazelle humano que cualquiera de sus predecesoras cinematográficas. Su trama, levantada por un siempre potente Jack Thorne (La materia oscura), convierte el jazz, obsesión galopante del realizador, en la sangre que corre por los atribulados trabajadores de un garito del centro de París.

Quizá sea The Eddy la que rompa el círculo. Comparecen enseguida en ella las habituales manías estilísticas del cineasta, resumidas en unos recalcitrantes travellings que, más que seguir, parecen empujar a los personajes hacia delante, siempre adelante; pero son solo pingajos colgados de una postura empirista que más bien remite a una forma jazzística de rodar. The Eddy es hija del cine directo, movimiento que estrenó los flamantes equipos de registro de sonido sobre el terreno de los 60 recorriendo locales de ensayo y salas de conciertos; y se relaciona, si no tanto con la no-ficción, sí con una aplastante búsqueda de realismo. En ese desarme formal y psicológico del director puede estar su muy poco anhelada redención.

‘The Eddy’ está disponible completa bajo demanda en Netflix.

Crítica: ‘Hollywood’ reescribe la historia para hablar del presente
Ryan Murphy y su equipo dedican esta ucronía a la importancia de la representación de las minorías en la industria del…fueradeseries.com

Further reading

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando, está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. Pulse el enlace para más información. ACEPTAR

Aviso de cookies