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Crítica: ‘The Handmaid’s Tale’ 2×01 — ’June’ y 2×02 — ’Unwomen’

Alexis Bledel en el episodio 2×02 de The Handmaid’s Tale. (Fuente: HBO España)

La segunda temporada de The Handmaid’s Tale recupera la historia donde la dejó, con June en la furgoneta. En aquel momento, ni ella ni nosotros sabíamos a donde la conduciría. Ese viaje podía representar su rescate del infierno, o ser simplemente un día más en Gilead, y la serie resuelve el interrogante en una secuencia en la que transcurren siete minutos hasta que se produce el primer diálogo.

Las Criadas son reclutadas, les ponen bozales y las conducen, o arrastran, en medio del miedo y una confusión generalizada por unos pasillos que seguramente habían visto mil veces en televisión. Cuando por fin llegan a un espacio abierto e iluminado, la cámara nos ubica en el estadio Fenway Park, sede de los Boston Red Sox, el estadio más antiguo de la liga profesional de béisbol de los Estados Unidos.

A nosotros se nos puede escapar la relevancia del lugar, pero pensad, por ejemplo que reconocierais en ese momento el estadio Santiago Bernabeu. Es la primera llamada de atención que nos hace la serie para recordarnos que hasta hace poco Gilead había sido el Estados Unidos de nuestro presente, y que todos los lugares icónicos han sido reconvertidos al servicio de los horrores de la nueva dictadura.

Fuente: HBO España

Los primeros minutos de la serie son crudos y crueles; difíciles de mirar, e imposibles de dejar de ver. La cámara nos obliga a hacerlo cerrando sus planos en los rostros horrorizados de las Criadas consumidas por el miedo. Pero, lo más duro de la situación es que, a pesar del miedo que sentían, la horca podía ser en realidad una vía de escape. Para ellas, no hay espacio para sentir la frustración y la rabia que podemos sentir nosotros en el sofá.

Como dice Tía Lydia, “que esto os sirva de lección”. Obviamente, no iban a matarlas; las necesitan para procrear. La tortura física, emocional y psicológica a las que las tienen sometidas está diseñada para anularlas, las quieren muertas en vida. En Gilead, el don de la vida es relativo si eres mujer. Y Lydia nos recuerda que la libertad también está relativizada en esa sociedad.

Fuente: HBO España

“Hay más de una forma de ser libres, decía Tía Lydia. Puedes gozar de algunas libertades, pero también puedes liberarte de ciertas cosas. En los tiempos de la anarquía, se os concedían ciertas libertades. Ahora se os concede vivir libres de según qué cosas. No lo menospreciéis”. 
-El cuento de la criada. Editorial Salamandra. (p. 53)

Libertad de y libertad para. Puedo citar fácilmente el libro porque fue uno de los párrafos que marqué cuando lo leí. Nos muestra las ideas retorcidas con las que Gilead adoctrina a sus mujeres. Según ella, las Criadas deben estar agradecidas porque el sistema las ha liberado de, por ejemplo, el acoso que sufrían como mujeres en la calle.

Ahora, no tienen libertad para hablar, leer, elegir con quien estar, qué hacer, qué ropa vestir o quien ser, pero están protegidas, porque han sido liberadas del miedo de ir solas por la calle de noche. Aunque las violen religiosamente, pero ese es un deber divino. Blessed be the fruit.

Fuente: HBO España

El duelo interpretativo entre Elisabeth Moss y Ann Dowd en el comedor del Centro Rojo finaliza con una bofetada emocional. Ese momento que nos produjo tanta satisfacción en el episodio final de la temporada pasada, cuando June se opuso, seguida por sus compañeras, a apedrear a Janine, queda reducido por Tía Lydia a un pequeño acto de rebeldía que se sintió capaz de cometer sólo porque estaba embarazada y sabía que no corría ningún riesgo. Pero las demás sí, y así se lo hace saber, ver y sufrir.

Ese punto de vista es un puñetazo en el estómago. June pensó realmente que podía cambiar las cosas. Los flashbacks de June y Emily nos muestran retazos de cómo Estados Unidos se fue convirtiendo en Gilead. Sí, hubo un acto terrorista que derivó en una toma de poder, pero el proceso ya había empezado imponiendo nuevas normas, situación a la que se adaptaron porque confiaron en que sus libertades estaban garantizadas.

June y Emily fueron testigos de las señales de lo que estaba por venir, pero no creyeron que fueran una amenaza real. Empiezas aceptando que tu esposo tenga que firmar la receta para tus anticonceptivos, que alguien cuestione si eres buena madre porque trabajas, que es mejor esconder quien eres en un armario para evitar problemas, o que el Poder Judicial no sepa qué es una violación y, antes de que te des cuenta, la vida tal como la conocías se esfuma para siempre.

Fuente: HBO España

Escenas y detalles que tenemos que comentar

  • La visita al ginecólogo. La cortina blanca mostrada como una guillotina que corta a June en dos y separa su persona de lo único que realmente le importa a Gilead, su útero. “Enhorabuena, Señora Waterford, va a ser madre”.
  • La simbología, muy directa pero igualmente efectiva, del final del primer episodio, con las ropas de Criada ardiendo y June reclamando su verdadero nombre.
  • Aunque quemes las ropas que te asignaron, te desgarres la piel al arrancar las marcas con las que te controlan y consigas huir, es difícil liberarte de Gilead. El miedo, los traumas y la necesidad de permanecer escondida hacen que la libertad vuelva a ser relativa.
  • Ver las oficinas de un periódico, como símbolo de la libertad de prensa, arrasadas y mancilladas por la ejecución de sus trabajadores.
  • Las Colonias. La serie juega con las imágenes y dinámicas que asociamos a los terrores de los campos de concentración nazi. Elige tu propio horror, qué prefieres, ¿ser Criada y que te violen sistemáticamente en nombre de un dios o que te condenen a morir trabajando en una zona de residuos tóxicos mientras te pudres lentamente?.

Fuente: HBO España

  • Los caballos con máscara antigás. Porque en Gilead todas las vidas son más valiosas que las de las mujeres. Los caballos me dan miedo y The Handmaid’s Tale ha enriquecido mis pesadillas.
  • La secuencia del aeropuerto es descorazonadora. Te levantas creyendo que tienes derechos y ves como los tiran a la basura como un papel sucio. La escena se siente, además, muy realista y responde a la pregunta de por qué se quedaron en Estados Unidos y no se fueron antes. Decidieron hacerlo en masa cuando ya era demasiado tarde.

Fuente: HBO España

  • La trama de Emily con el personaje de Marisa Tomei. La interpretación de Alexis Bledel no da pistas de cuál va a ser la resolución, sus interacciones con esa Esposa, parecían las mismas que con el resto. ¿Podéis juzgarla? Yo no.
  • El DVD de Friends. Si la serie quería que viéramos claramente que el pasado de Gilead es nuestro presente, no podía haber recurrido a algo más universal. El montaje de sonido es perturbador y hace que las risas del público empiecen unos segundos antes de que pasemos a June viendo uno de los episodios. La escena en sí, además de reconocible, es muy pertinente. Corresponde al episodio 11 de la cuarta temporada, en la que Mónica le descubre a Chandler el mundo del placer sexual femenino.

Fuente: HBO España

Notas al margen:

  • Las sogas estuvieron presentes en varios momentos de ambos episodios como elemento recurrente. Desde el principio en el estadio hasta el plano final del segundo episodio, pasando por la ejecución del profesor compañero de Emily, el redoble de campanas y la exposición del cadáver del personaje de Marisa Tomei.
  • Espero que en esta temporada tengamos flashback de Tía Lydia. Es un personaje muy complejo y será muy interesante ver quién era para entender quién es ahora
  • En este artículo de Vulture nos cuentan cómo se diseñaron las Colonias.
  • En este otro de Indiewire, Bruce Miller explica cómo consiguieron la autorización para rodar en el estadio Fenway Park. También cuenta que para incluir Friends, consiguieron el permiso de NBC y de los actores que aparecen en pantalla.
  • Alexis Bledel ya tiene episodio para los Emmy. Si entre los que faltan tiene alguno mejor, que le den el premio ya.

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