Asia Rampel interpreta a June de niña (Fuente: HBO España)
Cuando acabó la primera temporada de The Handmaid’s Tale, y tal como acabó, con la última escena del libro antes de esas notas históricas en el siglo XXII, pensé que todo lo que íbamos a ver en los nuevos episodios ya no tendría el libro de Margaret Atwood como guía, pero en cada episodio de esta segunda temporada la serie me sorprende recordando frases y detalles que aún no habían sido explorados.
Como adaptación, The Handmaid’s Tale continúa siendo impecable, amplía la visión limitada que nos ofrecía la narración en primera persona y construye pieza a pieza el universo de Gilead que se perfilaba en la novela El cuento de la criada. Rescata situaciones, detalles y monólogos interiores de June (siempre Offred en el libro) y los reorganiza para construir la narrativa de sus episodios.
En Baggage, el tercero de la temporada, la serie explora la relación de June con su madre ahora que ella se encuentra ante el dilema imposible de decidir qué sacrificar, entre huir para sobrevivir y la culpa por dejar atrás a su hija.
“Desearía que mi madre estuviera aquí para decirle que al final lo he entendido. Para decirle que la perdono y pedirle a Hannah que me perdone a mí”.
-June.
Después de muchos años, y por el camino difícil, June ha entendido a su madre, ha comprendido que luchaba porque sentía que había algo que les estaban quitando, porque quería lo mejor para ella. June veía sus críticas a su relación con Luke como una actitud radical, pero su madre estaba hablando de otra cosa.
Cheryl Jones interpreta a la madre de June.
La puesta en escena cuando están solas en casa muestra la distancia que había entre ellas; nunca comparten plano, se dan la espalda, se miran desde lejos, en sus posturas inamovibles, incapaces de comunicarse. No era tanto una crítica a su relación con Luke en concreto como a su pasividad, pero la crítica se sentía personal, como si cada decisión en su vida decepcionara a su madre.
Una de las cosas que más admiro de The Handmaid’s Tale es que no es condescendiente con su protagonista, el relato nunca la ha dibujado como una heroína perfecta. June está llena de contradicciones y se va haciendo fuerte durante el proceso. Desde el sofá sufrimos y nos rasgamos las vestiduras viendo cómo la serie establece paralelismos con la sociedad actual, y celebramos cuando escuchamos sus monólogos reflexivos, agudos o sus frases empoderantes, pero quien se parece a nosotros es la June de los flashbacks.
Fuente: HBO España.
Los dos meses que ha estado escondida esperando el rescate de Mayday le han dado tiempo para reflexionar, echar la vista atrás y entender que la dictadura teocrática de Gilead no empezó el día en que tomaron el poder por la fuerza. Ahora, ojeando los periódicos, leyendo las noticias que no aparecían en portada, June ve cómo iban instalándose poco a poco, creando una narrativa, robando las libertades una a una, y entiende a qué se refería su madre cuando le decía que la sociedad se estaba yendo por las alcantarillas.
¡Devolvednos la noche!
“Me encantaba ver a mi madre así”.
-June.
El recuerdo de June de aquella noche en la que su madre le dijo que iban a darle comida a los patos y la llevó a una manifestación lo atesora ahora con cariño y admiración. En el libro, las mujeres quemaban revistas pornográficas, la actualización de la serie no puede ser más realista y dolorosa, mujeres quemando los nombres de sus violadores: “eran tantos papeles, parecían copos de nieve”. #MeToo, #Cuéntalo, nuestro hoy está una vez más calcado en la pantalla.
Fuente: HBO España.
La escena entre June y Heather, la Econoesposa, también duele, nos muestra lo manipulables que somos, con qué facilidad nos creemos la narrativa que construyen los que quieren controlarnos, lo fácil que es culpabilizar a las víctimas y la superioridad moral que ostentamos creyendo que nosotros haríamos algo diferente estando en la situación de otros.
-“Antes me moriría”.
-“Yo también solía pensar eso”.
Esa conversación nos ofrece una pincelada de cuál puede ser el discurso fuera de los Centros rojos. Está claro que a cada grupo lo mantienen controlado con la propaganda diseñada para su perfil demográfico. Mejor nunca significa que sea mejor para todos.
En Gilead, las Criadas son el centro de la discordia, no en vano van de rojo, para que no pasen desapercibidas. Las Esposas envidian su capacidad reproductiva y odian necesitarlas. El resto, simplemente las desprecia. Les han hecho creer que entregan sus hijos por voluntad propia, como si a cambio disfrutaran de algún privilegio, como si tuvieran alguna opción.
Y también las usan como advertencia, si no te comportas como debes te convertiremos en una de ellas y te quitaremos a tu bebé; aun así no son capaces de ver la contradicción. Por eso las vigilan y les prohiben hablar entre ellas, la narrativa de Gilead divide a las mujeres para mantenerlas controladas en sus propios sistemas de opresión.
Fuente: HBO España.
El episodio empieza con June corriendo dentro de lo que era el Boston Globe, han pasado dos meses y teme acostumbrarse: “las mujeres son muy adaptables, es realmente sorprendente las cosas a las que somos capaces de acostumbrarnos”. La música sigue y pasamos a Moira, corriendo en la Little America de Canadá, quien también se cruza con un sitio para honrar a los que ya no están, como el que ha instalado June. “Gilead está dentro de ti”. Esa es una de las frases promocionales de la temporada y este episodio lo demuestra, no sólo a través de estos dos personajes, también en lo interiorizado que tienen todos su discurso.
Los que consiguen escapar arrastran sus traumas y la impotencia porque no cambien las cosas para los que siguen atrapados. Fuera, cada uno intenta seguir como mejor puede, Luke se obsesiona con las noticias y vive tirado en el sofá. Moira sigue rota, necesita conectar pero sabe cómo hacerlo. En lo referente a su sexualidad, prefiere mantener el control de la situación porque aún no ha recuperado el poder, no quiere sentir placer y prefiere esconderse detrás de Ruby.
June se había cansado de esperar, ya lo había hecho antes y se prometió no volver a hacerlo; el final del episodio nos deja rotísimos. El anticlímax nos hizo creer por un momento, después de unas escenas de mucha tensión que tal vez, es posible, puede que, June iba a conseguir salir del infierno.
Es difícil escapar de Gilead, pero la revolución ya ha empezado. Que sigan fuertes la resiliencia y los valientes a los les parezca que el riesgo que corren no es estúpido.
Nolite te bastardes carborundorum.
Fuente: HBO España.
Notas al margen:
- El episodio hace un buen trabajo en seguir poniendo las piezas que nos permitan ir comprendiendo cómo se construyó y cómo funciona Gilead. Con el refugiado al que recibe Moira nos cuentan cómo el ejército pasó a estar al servicio de la dictadura, una dictadura en la que no sólo sufren las mujeres.
- Las econoesposas son nombradas brevemente en el libro El cuento de la criada. Su aparición en este episodio nos muestra un poco más cómo se divide a las mujeres en clases. No todas las mujeres fértiles son destinadas como Criadas, al menos no en principio. Las que fueron reclutadas en los Centros rojos eran las “pecadoras”: las que llaman traidoras del género, las prostitutas y las adúlteras. En el episodio pasado vimos cómo La Ley anuló y prohibió los matrimonios homosexuales, lo mismo ocurrió con los segundos matrimonios, los divorciados y quizá los que no estuvieran casados. En el grupo de las adúlteras entra June.
- No sé si viendo el episodio queda claro, las Econofamilias son la clase baja de Gilead. No pueden permitirse una Martha, así que, las Econoesposas cumplen los tres papeles que vemos divididos en las casas de los Comandantes. De ahí que puedan moverse para ir a la compra, por ejemplo, que es lo que podemos asumir que van a hacer cuando June se une a ellas, pero siguen siendo controladas y viven bajo las órdenes de los varones y de la Ley de conducta de Gilead.
- Cuando Luke dice que es como 1775 otra vez, se refiere al asedio de Boston, un episodio de la guerra de Independencia de los Estados Unidos, entre Gran Bretaña y las Trece Colonias de la costa este de América del Norte por el otro.
- Una vez más destaca la fotografía del episodio, desde el punto de vista estético y como herramienta narrativa. Los planos aéreos del bosque y el campo de maíz son especialmente bellos. También el montaje en esas escenas con los flashbacks como representación del flujo de conciencia de June.
- Este episodio tiene pleno de mujeres detrás de cámaras. Kari Skogland dirige, Dorothy Fortenberry escribe y Zoe White es la encargada de la fotografía.
- Después de empezar la temporada reclamando su nombre, en este episodio June es definida nuevamente como la Criada. Primero por Heather y luego en la escena final, en la que tiene que demostrar que es una de ellas para conseguir subir a la avioneta.
- El cementerio de los carteles y las señales. Produce una sensación extraña ver lo fácil que es transformar el mundo tal como lo conocemos.
- Parece que las Colonias en las que está la madre de June son diferentes a aquella en la que están Emily y Janine. Quizá hay varios tipos y no todas implican la sentencia de muerte en los residuos tóxicos. Al fin y al cabo, para Gilead es mano de obra esclava que estaría desaprovechada y alguien tiene que hacer el trabajo. Si es así, quizá volvamos a verla.
- La madre de June es la representación de las activistas de la segunda ola del feminismo y la June de los flashbacks la de las mujeres que creían que ya tenían todos los derechos garantizados y que cualquier reivindicación era innecesaria. Muchas estuvimos ahí, afortunadamente, desde hace unos años hemos empezado a despertar.
- Bendita sea Erin. Solté una carcajada cuando escuchamos sus primeras palabras: “Blessed be the Froot Loops!”, un respiro entre tanta tensión. Aunque duró muy poco.
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