(Fuente: Apple TV+)
Esta crítica se ha escrito después de ver tres episodios de ‘The Morning Show’. No contiene spoilers.
Después de leer las valoraciones de los críticos extranjeros que habían visto los primeros episodios de The Morning Show, las expectativas eran mínimas e inversamente proporcionales a la pereza que daba una serie con aires de solemnidad sorkinianos anclados en la época de Studio 60.
Al final, que las críticas hayan sido crueles y desalentadoras puede haber jugado a su favor, porque esa reacción, tan humana y tan de este siglo, del “no era para tanto”, es igualmente efectiva si la obra llega con alabanzas o con malas críticas. En este caso, después de ver los tres episodios que ha estrenado Apple TV+, nos queda la sensación de que la serie no está tan mal como decían y que tiene potencial de mejora. Si The Morning Show se hubiese estrenado con un solo episodio, la sensación sería otra muy distinta, porque a esa primera hora de la serie realmente le falta pulir detalles de estructura, de tono, de diálogos y de dirección de actores, que se habrían solucionado fácilmente eliminando algunas escenas.
Para que no parezca que digo cosas por decir, os propongo un ejercicio sencillo. Imaginad que el episodio abre directamente con el personaje de Alex en el camerino y su paseo por el pasillo hasta que da la noticia de las acusaciones contra Mitch. Si cortamos todo el bloque del inicio (que realmente no aporta nada y que parece un anuncio de iPhone) y la escena del enfrentamiento de Bradley en las protestas (no funciona porque es muy larga y la reacción del hombre al que interpela es floja), y solo vemos el vídeo que se viraliza y sus consecuencias, el impacto inicial tiene más fuerza y se establece un paralelo más orgánico entre las dos protagonistas, que de la noche a la mañana ven cómo pierden “el control de sus narrativas”; expresión que es a The Morning Show lo que eran las referencias al Quijote en The Newsroom.
Este es solo un ejemplo que demuestra que con un par de ajustes el episodio cambiaría radicalmente y se disimularían mejor algunos de sus problemas, porque tiene varios (diálogos poco sutiles, la terrible música instrumental, escenas como la de Mitch con la cafetera…), y es inútil negar que están ahí, por mucho que la balanza luego se equilibre un poco; y lo hace más por lo que la serie puede ser, que por lo que es, si solo tenemos en cuenta sus tres primeras horas.
(Fuente: Apple TV+)
Seguramente iremos comprobando que ha sido necesario que pasaran las semanas de rodaje para ir puliendo las dinámicas entre los personajes y el tono general de la serie. En el caso de esto último, se nota que se han ido haciendo (y se harán más) ajustes, porque la mayoría de sus actores y actrices tienen experiencia en papeles cómicos y es fácil ver que cambiando el énfasis de una sola palabra en sus diálogos, se podrían haber transformado algunas escenas, pero entiendo que lo han evitado conscientemente y han optado por la solemnidad, porque no quieren ser irrespetuosos con los temas de los que están hablando.
Aunque todos los actores que aparecen en escena nos suenan de algo, y la mayoría podrían ser protagonistas de sus propias series, si alguien les diera la oportunidad, las estrellas de The Morning Show son Jennifer Aniston y Reese Witherspoon, y ellas están a la altura. Ambas tienen el talento y el carisma suficiente para elevar el producto y, con un poco de suerte, no estarán obligadas a levantarlo constantemente del suelo en próximos episodios.
Ambas están bien, pero cuando están juntas es cuando la serie se convierte en lo que queremos ver. Porque aquí hemos venido a verlas a hacer monólogos, a reconocer que tienen dudas, pero están dispuestas a reclamar el lugar que se merecen, y a navegar las revueltas aguas de una relación profesional de la que saldrán más fuertes si se convierten en aliadas, en lugar de rivales, que es lo que el mundo espera de ellas.
Por ahora, el principal reto al que se enfrenta la serie es el desarrollo del personaje que interpreta Steve Carell. En sus primeras intervenciones ha sido un cliché andante, pero la escena que comparte con cierto personaje que también protagonizó un escándalo sexual, abre las puertas a una exploración más crítica de su propia conducta y a una conversación con muchos matices que puede resultar muy interesante.
The Morning Show tiene todos los ingredientes para convertirse en una serie adictiva sobre los entresijos de la televisión, la política de género y los juegos de poder, y la producción, que cuenta con un equipo muy talentoso delante y detrás de cámaras, no escatima en gastos; el potencial de esta serie es enorme. Para cuando salen los créditos finales del tercer episodio, los que hemos llegado hasta allí sabemos que vamos a asistir a esta cita todos los viernes en las próximas semanas.
Los nuevos episodios de ‘The Morning Show’ están disponible los viernes en Apple TV+.