Esta crítica está escrita tras haber visto The Staircase y contiene spoilers.
The Staircase, el true crime acerca del autor Michael Peterson que se volvió una auténtica sensación cuando llegó a Netflix en 2018 y previamente ya lo había sido en su estreno original años atrás, vuelve a estar de moda porque llega una nueva adaptación con una miniserie cuyo protagonista, tras haberse anunciado que lo seria Harrison Ford, finalmente será Colin Firth. Pero hoy toca hablar del documental original.
De todas las series de este género que han pasado por mis ojos (os puedo asegurar que no han sido pocas) The Staircase es la que más descolocada me ha dejado. ¿Cómo se lo pueden pasar tan bien cuando puedes entrar en la cárcel de por vida y tu mujer, madre, madre adoptiva,… está muerta? ¡Celebrémoslo todos y hagamos chin-chin por Kathleen! DE LOCOS.
Todo comienza en 2001, el novelista Michael Peterson hace una llamada al 911 para decir que su mujer se había caído por las escaleras en su mansión de Forest Hills y que estaba muerta. Nadie creyó la historia que contó Peterson en la que afirmaba que ella iba bebida y se había caído, por el contrario, creen que la ha matado a golpes con el atizador de la chimenea de la casa. Este true crime lo viviremos desde el punto de vista de la defensa que tiene como abogado a otro chisposo: David Rudolf.
Michael Peterson estudió Ciencias Políticas y Derecho en la Universidad de Carolina del Norte donde empezó con su pasión. la escritura. Tras graduarse, en 1968, se alistó en la Marina de EEUU, sirvió en Vietnam y se casó con Patricia Sue, profesora de la escuela primaria de una base militar en Alemania Occidental. Con ella tuvo dos hijos, Clayton y Todd, mientras vivían en Europa y es allí donde se hicieron muy amigos de Elizabeth y George Ratliff, quienes tenían dos hijas, Margaret y Martha. Al fallecer estos, los Peterson adoptan a sus hijos, pero posteriomente se separan.
Ya en Estados Unidos, Michael se convirtió en un escritor de éxito con tres novelas basadas en sus experiencias en la Guerra de Vietnam y conoció a Kathleen Atwater, una exitosa empresaria en el sector de las telecomunicaciones que tenía una hija pequeña de su matrimonio anterior, Caitlin Atwater. Se casaron en 1997 y se convirtieron en una gran familia como los Brady con todos los niños.
Atizando más leña al fuego (yo también puedo ser graciosita), durante el juicio se descubre que cuando Peterson vivía en Alemania, Elizabeth Ratliff había muerto cayéndose por las escaleras ¡Oh sorpresa! y fue entonces cuando Peterson deciden adoptar a sus hijos. Las heridas eran muy similares a las de Kathleen pero las autoridades alemanas lo declararon un accidente aunque, obviamente, la acusación lo saca en el juicio para ver las similitudes y encerrar a Peterson al que le gustan las escaleras más que a mí un Coca-Cola con azúcar en vaso grande y con mucho hielo (el que me conozca sabe que esto es nivel avanzado).
Otro de los argumentos de la acusación fue el descubrimiento de la bisexualidad de Michael Peterson y afirman que, cuando Kathleen se entera, discuten y acaba con la muerte de ella. Peterson, por su parte, dijo que ella no lo sabía pero que no le habría importado. Eso no lo sabes querido Michael, pero sólo sacaré una lanza a tu favor diciendo que, aunque me das muy mala espina, ser bisexual y que te descubran no te convierte en asesino, ser asesino te convierte en asesino.
El jurado, finalmente, condena a Michael Peterson al que toda la familia le apoyaba excepto sus cuñadas y una de sus hijas: Caitlin Atwater. La hija de Kathleen, durante el juicio, deja bien claro que considera a Michael el responsable de la muerte de su madre.
Pero en un giro de guion todo cambia y nos dejan atónitos. Os aseguro que, durante las declaraciones del «experto analista de salpicaduras de sangre», estamos pensando constantemente dónde estará Dexter Morgan para poder explicar el tema como se merece. La pieza principal de la fiscalía contra Peterson fueron las declaraciones de Duane Deaver y, posteriormente, se descubrió que falseaba los resultados de sus experimentos. ¡Grandeza pura! ya que esto fue determinante para el juicio de 2004 en el que condenaron a Peterson.
Michael en 2011 salió de la cárcel con una fianza de 300 mil dólares, bajo arresto domiciliario. Rudolf renunció al caso ya que no podía permitirse trabajar sin remuneración, lo que llevaba haciendo desde ese año, y en 2017, la nueva defensa de Michael y el fiscal, llegaron a una resolución: Michael Peterson aceptó la declaración de Alford, declarándose culpable por homicidio involuntario y aunque se le declarase culpable por lo penal, él podía reafirmar su inocencia y el tiempo pasado en la cárcel le servía como condena cumplida.
Viendo este True Crime, que fue dirigido por el ganador del Oscar a mejor documental, Jean-Xavier de Lestrade, a mí lo que me parece es que Michael Peterson es un actorazo. Las caras de drama durante el juicio son totalmente opuestas a las celebraciones familiares en el transcurso del mismo o las reuniones con su abogado e, incluso, en momentos durante el juicio.
The Staircase es una absoluta locura con la que me he reído más que con alguna sitcom, menos la víctima y su hija, todos me parecen una familia desternillante. Lo que no sé es si la nueva adaptación que llega ahora, plasmará hasta ese punto cómo se lleva una muerte con tanta felicidad. Los actores son de primera categoría así que esperemos que sí.
Aquí os dejamos con imágenes de la adaptación que cuenta en el elenco con: Colin Firth, Tony Colette, Michael Stuhlbarg, Juliette Binoche, Dane DeHaan, Olivia DeJonge, Rosemarie DeWitt, Tim Guinee, Patrick Schwarzenegger, Sophie Turner, Vincent Vermignon, Odessa Young y Parker Posey. Llegará en primavera con HBO Max y yo la estoy esperando como agua de Mayo.
The Staircase la tienes disponible en Netflix. Su versión de ficción llegará próximamente a HBO Max