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Crítica: La temporada 3 de ‘True Detective’ ha sido muy sólida

Mahershala Ali, como Wayne Hays en 2015. (Fuente: HBO)

Esta crítica se ha escrito tras haber visto la temporada completa de ‘True Detective’.

Esos caprichos del destino, y de la programación televisiva, han hecho que Mahershala Ali recibiera su Oscar (el segundo) a mejor actor secundario por Green Book en la misma noche en la que HBO emitía el final de la temporada de True Detective en la que ha sido el gran protagonista, el eje alrededor del que giraba todo. Su Wayne Hays perdido en su propia mente, en sus recuerdos falibles, ha sido el tema que Nic Pizzolatto quería explorar realmente en estos ocho capítulos, no tanto la investigación del caso Purcell, como los hombres encargados de ella.

Más concretamente, ese detective incapaz de expresar en palabras lo que siente y demasiado honesto para tener cierto éxito profesional en un lugar acostumbrado a mirar para otro lado cuando hay gente influyente involucrada. Y el enfermo de Alzheimer que busca una resolución a un caso que ha marcado su vida, sólo para olvidarla en el momento en el que la tiene delante de sus narices.

Es un final que podíamos esperar viendo los últimos capítulos de la temporada, y sabiendo cómo se habían terminado las anteriores. Los policías conseguían algunas respuestas, pero la principal de todas siempre los eludía. Aquí, Hays y West logran un punto y final que, en realidad, es un punto y aparte, si queremos creer que realmente esa mujer de Greenland es Julie Purcell. Ciertamente, la manera en la que se nos enseña anteriormente al jardinero del convento con la niña apunta a pensar en ello, pero que tengamos la confirmación es irrelevante porque Hays nunca llega a tenerla.

Stephen Dorff y Mahershala Ali, en una imagen del último capítulo. (Fuente: HBO)

La escena que cierra la temporada, con Hays en Vietnam, perdido en la selva, es la clave de todo lo que hemos visto hasta ahora. De algún modo, nunca salió de allí, de las misiones de reconocimiento sin nadie que lo apoyara. Se comporta así en 1980 y 1990 y, en 2015, la soledad proviene de ese Alzheimer que lo encierra en su cabeza. Se acostumbra a estar solo en todo y, sobre todo, en la persecución de la verdad en el caso Purcell, un caso que descansa en la creencia de una familia rica de que los que no tienen su mismo estatus son objetos de su propiedad.

True Detective liquida, de todos modos, la explicación de qué ocurrió con Julie y Will con rapidez. Un par de personajes lo explican sucintamente, y a otra cosa. Es importante para Hays, pero sólo es un macguffin. El quid del último capítulo está en las conversaciones entre su esposa y él, en sus dificultades para conciliar trabajo y vida personal, ya sea compartiendo todo lo que saben o separando uno y otra. La única solución que ambos encuentran es alejarse del caso Purcell, y así es cómo los vemos al principio del episodio: ella, dando clase de literatura en una universidad y él, como jefe de seguridad del campus.

La sensación que queda al final es la de haber visto una temporada tan sólida como su personaje central. Ha encontrado su personalidad en la disección de Hays y en cómo ha mostrado la fragilidad de su memoria. De las pocas florituras estilísticas que se permite la entrega es ese viaje en coche de Hays y West en el que se dirigen a la resolución de todo y se funden las tres líneas temporales; el resto de capítulos han optado ponerse siempre al servicio de la historia.

Carmen Ejogo, como Amelia Hays. (Fuente: HBO)

Tener una idea muy clara de lo que se quería contar, y cómo, ha ayudado a que True Detective superara el bache de aquella segunda temporada tan vilipendiada. El centro en Hays ha determinado la manera en la que se contaba todo lo demás, incluso que Pizzolatto resolviera para los espectadores el misterio en el séptimo episodio, mientras sus dos policías seguían a oscuras. Le ha ayudado que Mahershala Ali estuviera fantástico en su papel, y que Stephen Dorff lo secundara a la perfección, y que la temporada no se perdiera en digresiones más apropiadas para un Negan al que le encanta escucharse hablar.

No va a pasar a la historia como una temporada rompedora o innovadora, pero ha sido un buen ejemplo de noir con un protagonista muy clásico del género. El acento en la memoria, en el paso del tiempo (marcado por ese poema de Delmore Schwartz que Amelia lee en la universidad) la ha diferenciado de las anteriores entregas de True Detective y le ha conferido un tono más reflexivo. Aunque esa música ominosa de T Bone Burnett no haya sido de las mejores decisiones tomadas en la serie.

‘True Detective’ está disponible completa en HBO España.

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