Esta crítica se ha escrito tras ver los dos primeros episodios de ‘Un buen partido’ y no contiene spoilers.
Las series internacionales parecen ser tendencia y, por fin, nos acercamos a producciones de fuera de Estados Unidos. Quizás lo que sucede con los dramas turcos o los coreanos, más que una cuestión de moda temporal, es el descubrimiento de industrias a las que hasta la llegada de las plataformas no teníamos forma de acceder. India ya conquistó esa meta en el cine hace años y hay gente auténticamente aficionada a los títulos de Bollywood, pero los seriéfilos nos teníamos que conformar con personajes inmigrantes indios o pakistaníes en series estadounidenses (como Abed en Community o Raj en The Big Bang Theory). O, como mucho, en propuestas como la de Yo, nunca, que sigue a la hija de unos nuevos americanos que cargan con el peso de ambas culturas.
Sin embargo, la naturaleza de Un buen partido es muy distinta y resulta llamativa para las recién llegadas como yo: es una adaptación literaria que transcurre en India y está hecha sin intención de acercarnos a los de fuera, reflejando sus costumbres de una forma más natural y menos caricaturizada. Su argumento es el de muchas comedias románticas, vengan de donde vengan; una familia preocupada por la soltería de su hija pequeña insistirá para casarla con alguien de su agrado. Parte de un tema tan atemporal y tan ajeno al contexto cultural que entrar en ella no cuesta nada.
(Fuente: Netflix)
En esencia, Un buen partido es una pieza pequeña, con risas, embrollos sentimentales y un poco de drama para salpimentarlo. Seis episodios para centrarnos en la vida de Lata, una universitaria con toda la vida por delante y la perspectiva de ser la esposa de alguien escogido por su posición en la sociedad y no por la simpatía que le despierte. La serie aprovecha su punto de partida para reflexionar sobre la figura del matrimonio de conveniencia, de la necesidad de la mujer india por una vida más cosmopolita y alejada de ciertas tradiciones, así como del amor entre edades distintas, pero sin profundizar demasiado en ninguna de ellas. Todo son tropos más que explotados en la ficción que hacen que, si te gustan las comedias románticas, vayas a caer en las redes de esta miniserie, aunque no vaya a ser un título que recordar durante demasiado tiempo.
Una vez superada la distancia cultural, lo cierto es que queda muy poca sustancia que soporte una historia bastante común, aunque intente tocar otros temas. Por ejemplo, de fondo muestra partes del conflicto indio-pakistaní, de la organización política india y de las tensiones entre la sociedad hinduista y musulmana. Con todo, hay que tener en cuenta que su producción es inglesa y por lo tanto debemos poner cierta distancia. Aunque no parece estar hecha con tonos y ritmos británicos, debemos tener en cuenta que no es exactamente una serie india y que, por lo tanto, parte del reflejo social que vemos no tiene por qué ser una reproducción fiel, sino la interpretación de esta.
Si te gusta el género, si te atrae el lugar y si quieres conocer algo más de la sociedad india, es tu serie. Ligera, con ganas de entretener y de pasar el rato con historias de amor juvenil, sin pedirle nada más.
‘Un buen partido’ está disponible en Netflix.
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