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Crítica: ‘Warrior’ luce orgullosa su inspiración en Bruce Lee

Andrew Koji es el protagonista de ‘Warrior’. (Fuente: HBO España)

Esta crítica se ha escrito tras ver los tres primeros episodios de ‘Warrior’ y no contiene spoilers.

Cuando Netflix adaptó a televisión las historias de Puño de Hierro, los fans esperaban ver unas peleas a la altura de la fama de aquel personaje de Marvel, un experto en artes marciales que podía congregar un inmenso poder en su puño. Iron Fist nunca terminó de estar a la altura de lo que se esperaba de ella, aunque algunas de sus peleas justificaban que viéramos en acción a Danny Rand. Eran muy acrobáticas y espectaculares y estaban bastante influidas por el cine de acción asiático de los últimos años.

Sin embargo, la gran influencia en muchos de esos títulos de artes marciales es Bruce Lee. Nacido en Estados Unidos, pero criado en Hong Kong, Lee revolucionó en los 70 la manera en la que se coreografiaban las peleas en Hollywood con su maestría en el kung-fu y en otras artes marciales. Tuvo tanto éxito, que durante mucho tiempo quiso utilizarlo para poner en pie una historia de su propia creación: la de un matón de las mafias Tong del San Francisco del siglo XIX que viajaba por todo el Salvaje Oeste ayudando a la gente.

Curiosamente, y sin que Lee estuviera involucrado, un concepto muy parecido terminaría en televisión como la serie Kung-Fu, con David Carradine, y la idea original se quedó en el limbo, más todavía tras la muerte de Lee. Ha hecho falta que Cinemax repescara al equipo creativo de uno de sus grandes éxitos de los últimos años, Banshee, para que se hiciera realidad.

Y eso es Warrior, la serie que se estrena mañana en HBO España. Su protagonista es Ah Sahm, un chino con un abuelo estadounidense que viaja a San Francisco en busca de una mujer. Allí cae en las redes de una de las mafias Tong que dominaban Chinatown, y también descubre que la ciudad es un polvorín entre las rivalidades entre dichas mafias, la corrupción policial y política y los inmigrantes irlandeses que sienten que los chinos les han dejado sin trabajo. El racismo, los prejuicios sociales y el oportunismo pueden ser peores enemigos para Ah Sahm que cualquier miembro de una banda rival.

El protagonista es, claramente, un trasunto de los personajes que interpretaba el propio Bruce Lee. Es un tipo honesto y de una pieza, alguien que no piensa en que puede meterse en un lío a la hora de dar una paliza a dos irlandeses borrachos que acosan a una mujer blanca y a su criado chino. Él pretende cumplir la promesa que le llevó a Norteamérica y regresar a China, su visión del mundo es así de fácil y, por supuesto, la realidad no lo es. Menos todavía en una Chinatown que vive de espaldas al resto de San Francisco, y viceversa.

Warrior quiere vestir su cuento del caballero al rescate de una princesa con toques sociales que, realmente, emborronan el arranque de su temporada. Hay muchas piezas en movimiento, desde los tejemanejes del acalde a ese irlandés reclutando a otros como él unidos por su odio a los chinos (y al policía del sur del que todos recelan porque la Guerra de Secesión aún está demasiado fresca para muchos de ellos, que lucharon con el ejército de la Unión). Los prejuicios están muy presentes en todos los personajes, y los que los dejan a un lado acaban sufriendo las consecuencias.

Los otros aspectos menos conseguidos de la serie son su protagonista central, un Andrew Koji que resulta muy efectivo en las peleas, pero al que le falta el carisma necesario para ser el héroe taciturno, y que sus personajes femeninos apenas salgan de los clichés esperados en una serie así (y de los desnudos cada dos por tres). Hay uno, la dueña de un burdel, que tiene gran potencial, pero sólo tenemos vistazos en el principio de la temporada.

Hoon Lee repite con los creadores de ‘Banshee’. (Fuente: Cinemax)

Lo que sí destaca es el aire setentero de sus peleas, hasta en su banda sonora (y en sus fantásticos títulos de crédito). Ah Sahm es comprado por la mafia en base a su talento para las patadas giratorias y los puñetazos, y Warrior deja bien claro que es un verdadero maestro del kung-fu, y uno bastante letal si quiere. Tendrá que adaptarse a un lugar donde los gangsters pelean con hachas y todos los blancos asumen automáticamente que ningún chino habla inglés, y donde el dinero puede comprar a cualquiera.

La acción es todo lo sangrienta y explícita que se podía esperar de Cinemax (y el sexo, igual), y lo que falta por comprobar es si la serie va integrando mejor todas sus piezas conforme se acerque al final de sus diez episodios. En su arranque es entretenida, con buenas peleas, y un aroma muy a historia de toda la vida, con un héroe rodeado de personas corruptas que pretende salvar a una mujer que, en realidad, no lo necesita.

La primera temporada de ‘Warrior’ estará disponible todos los sábados en HBO España.

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