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Dick Wolf, maestro de los procedimentales

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Dick Wolf, en una gira de la TCA. (Fuente: Deadline)

Si ABC tiene a Shonda Rhimes y The CW a los superhéroes de Greg Berlanti, en NBC quien domina su parrilla es Dick Wolf con sus procedimentales. La saga de policías, bomberos y médicos de Chicago es una de las partes más sólidas y exitosas de su parrilla, aunque el intento de expandirla hacia los abogados del año pasado (Chicago Justice) no funcionó.

Y luego, por otro lado, está la franquicia de Ley y orden, que ha estrenado esta temporada su propio intento de acercarse al true crime con Law & Order True Crime: The Menendez brothers. En total, Wolf tiene cinco series en antena en NBC, y lo que las conecta a todas es la importancia que el entorno laboral tiene en sus protagonistas.

Y que muchas de ellas giran alrededor de investigadores de algún tipo, que tienen que resolver casos inspirados muchas veces por hechos reales.

Los inicios de Dick Wolf

El productor empezó su carrera en publicidad en Nueva York, como un versión en masculino de Peggy Olsen, pero su aspiración fue siempre escribir guiones para Hollywood. Acabaría mudándose a Los Ángeles y hasta conseguiría que algunos de sus libretos se convirtieran en películas, como Mascarada para un crimen, en 1988, con Rob Lowe y Meg Tilly.

‘Canción triste de Hill Street’ fue la primera serie para la que escribió Dick Wolf.

Sin embargo, es en la televisión donde Wolf terminaría encontrando su hueco, y lo haría aprendiendo en algunos de los títulos más populares, y celebrados, de los 80. Su primera serie fue, de hecho, Canción triste de Hill Street, que revolucionó los títulos de policías al favorecer arcos que duraban más de un episodio y darle mucha importancia a las vidas personales de sus protagonistas.

Wolf sería nominado al Emmy por uno de los capítulos que escribió para la serie de Steven Bochco, y de allí pasaría a Corrupción en Miami, en la que llegó a ser coproductor en las temporadas tres y cuatro. Con esa experiencia inicial en televisión, no es de extrañar que, cuando dio el paso a crear sus propias series, también quisiera ofrecer algo diferente a lo que se estaba haciendo hasta ese momento.

‘Ley y orden’, la imbatible

En 1990, NBC estrenaba el primer episodio de Ley y orden, una serie policiaca que aspiraba a mostrar un panorama un poco más amplio del sistema judicial estadounidense. Así, cada episodio, que presentaba un caso autoconclusivo, arrancaba con la investigación de varios detectives de Homicidios de Nueva York de un asesinato. Los policías detenían a un sospechoso a mitad del capítulo y, a partir de ahí, veíamos a los fiscales llevar el caso a juicio.

Curiosamente, ya había habido antes un intento similar en televisión, en el Reino Unido, también con el título Ley y orden, formado por cuatro obras de teleteatro que contaban un caso desde los puntos de vista del detective, el abogado defensor, el villano y el prisionero, y que exponían el brutal funcionamiento del sistema legal británico. La idea de Dick Wolf era la contraria, ofrecer una mirada más optimista, y su Ley y orden pasó primero por FOX y CBS antes de convertirse en uno de los puntales de NBC durante veinte temporadas.

Porque la serie tuvo cuatro spin-off (de los que sobrevive el muy longevo Unidad de Víctimas Especiales), una versión en el Reino Unido y lanzó a la fama a actores como Chris Noth y Jesse L. Martin. Ganó el Emmy a mejor serie de drama en 1997, y aunque su inspiración en casos reales le ha llevado a ser objeto de parodias y también de polémicas variadas (la última, con Donald Trump), ha acabado siendo el drama más longevo en la televisión estadounidense (junto con el western Gunsmoke).

Wolf ha ampliado el legado de la franquicia este año con Law & Order True Crime, serie de antología en la línea de American Crime Story, y en cuya primera temporada se cuenta el caso de los hermanos Menéndez, que asesinaron a sus padres en 1989.

De Nueva York a Chicago

Los protagonistas de ‘Chicago Fire’. (Fuente: NBC)

Cuando Ley y orden estaba ya perdiendo la influencia que tuvo en su momento en NBC (sobre todo tras la fallida Law & order: Los Angeles), Wolf probó suerte en otra ciudad, Chicago, y se pasó de los fiscales y los policías a los bomberos. En 2012 se estrenaba Chicago Fire, recuperando parte del espíritu de otra serie que se centraba tanto en bomberos como en paramédicos y policías de Nueva York llamada Turno de guardia.

Greg Berlanti, el hombre que lo hace todo
El productor tiene una decena de series en emisión para la temporada 2017/18fueradeseries.com

De hecho, casi parece que ese drama desdoblado es en lo que se ha convertido la saga de Chicago de Dick Wolf, pues Chicago Fire dio paso a los policías de Chicago PD y estos abrieron el camino a los médicos de Chicago Med. Todas se han convertido en éxitos de audiencias bastante sólidas para NBC, y sólo el intento de centrarse en los fiscales, con Chicago Justice, fracasó el año pasado.

Todas estas series, más Ley y Orden: UVE, forman algo así como un Universo Integrado de Dick Wolf, realizando varios crossovers a tres bandas y cimentando su posición como productor de procedimentales de la vieja escuela, que consiguen atraer la atención de la audiencia buscando la empatía con sus personajes. De momento, Wolf, Greg Berlanti y Shonda Rhimes son los tres grandes productores de televisión en abierto que quedan (aunque Rhimes va a empezar a desarrollar series para Netflix).

marina

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