Los protagonistas de ‘Néboa’ en una de las localizaciones en Galicia. (Fuente: TVE)
La serie Néboa llega esta noche a su fin en Televisión Española, con la teniente Ortiz tratando de dar caza al Urco y vengar la muerte de su hija Vega. Los espectadores se despedirán no solo del misterio de la trama y de los personajes, sino también de una isla ficticia que se creó, como si fuera un puzle, a partir de diferentes localizaciones situadas en su mayoría en la comarca de Ortegal, en A Coruña.
“En Néboa hay una especie de vocación de realismo mágico, así que nos venía muy bien que la isla no existiese desde el punto de vista formal, aunque todo el territorio de la isla existe en la realidad”, expone Fernanda Tabares, productora de la serie, “Lo que hemos hecho ha sido corromper el territorio gallego, coger de aquí y de allí, retorcer la realidad y hacer una isla a partir de la costa real gallega”.
“Los elementos imprescindibles de la isla de Néboa giraban alrededor de la puesta en escena de los asesinatos. Cada muerte requería su espacio y su ritual, así que buscando esa función necesitábamos sitios como el Burato do Demo. Y luego había zonas como el faro, la conservera, el cementerio que es muy particular, y necesitábamos algo fundamental que era un bosque cerrado, oscuro y opresor”, explica el guionista Alberto Guntín.
Ese Burato do Demo que menciona, donde se encontraba al cadáver del primer episodio, está ubicado en el término municipal de A Laracha. No muy lejos encontramos otras localizaciones: el pueblo de Néboa y su puertito es, en realidad, O Barqueiro, en Mañón, el Bosque Peñalba está en Cambre, la Praia Areamorta está en Mañón y la fábrica se encuentra en Oza-Cesuras, por poner algunos ejemplos.
Una isla imaginaria, pero hecha con rigor
Mapa de la isla de ‘Néboa’. (Fuente: TVE)
Aunque la isla de Néboa no exista físicamente, en la productora Voz Audiovisual diseñaron un mapa al detalle donde todo tenía que ser coherente y riguroso. “Nos planteábamos ‘si quiero ir de aquí hasta aquí, cuánto tardo’. En eso no queríamos engañar al espectador, sino hacer un relato en el que casi se pudiese seguir con GPS a los personajes. Todo estaba medido, las distancias entre las casas, entre el pueblo y la conservera…”, aclara Tabares.
En una fase inicial del proyecto, se valoró la opción de, en lugar de crear una isla ad hoc, utilizar otra existente, como por ejemplo Ons. Pero esta, más allá de las dificultades logísticas que presentaba de cara al rodaje, no encajaba con el escenario que necesitaban por su tamaño y su reducida población: “Necesitábamos una masa crítica suficiente para que las cosas sucediesen, un cuartel de la guardia civil y una conservera, y para eso la isla tiene que tener un mínimo de población para que sea creíble. Por eso, Ons no nos servía como isla”.
Dicha isla tiene apenas medio centenar de habitantes, mientras que la isla de Néboa tiene bastantes más. En concreto, 6.673 habitantes fue la cifra elegida por los guionistas. Hay más datos: Néboa tiene una extensión de 62 Km2, se situúa entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico, a 11 kilómetros de la costa de A Coruña y solo se llega en ferry, que hace la travesía dos veces al día.
(Fuente: TVE)
La importancia del acento
“Cuando empezamos a hablar sobre el proyecto con TVE, decidimos que prácticamente todo el elenco, salvo el personaje de Mónica [Emma Suárez], fuese gallego, y en la forma de hablar se ha buscado la verdad”, dice Fernanda Tabares, “Teníamos una lingüista en la serie y procurábamos que hubiese una cierta coherencia en la forma de hablar. Por ejemplo, en Galicia no hablamos con tiempos compuestos. No está rebajado, pero tampoco queríamos caricaturizarlo”.
Así, el acento de los personajes, al igual que los espacios elegidos, busca crear la ilusión de que Néboa es un lugar real perdido en la costa de Galicia. “Siendo una productora gallega, no queríamos entrar en esa forma caricaturesca con la que a veces se retrata Galicia. Queríamos huir del estereotipo de Xan das Bolas, por entendernos, esa forma que a veces la gente desde fuera entiende que es Galicia y que a los gallegos nos chirría mucho”, concluye la productora.
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