Crítica: ‘El cuento de la criada’ 3×06— ‘Familia’

por Valentina Morillo27 de junio de 2019

(Fuente: Hulu)

Los niños son el bien más preciado de Gilead. No por su inocencia o porque representan el futuro, son un símbolo de estatus en la sociedad que presenta El cuento de la criada. El Comandante Winslow es poderoso y ese poder se demuestra con una casa llena de niños. Seis, para ser exactos, todos de orígenes diversos, y no porque sea una casa de acogida, esos niños son la prueba de los crímenes de Gilead.

Quizá no todos hayan sido engendrados por violación bajo ese techo, pero que los separen forzosamente de su seno familiar también es criminal; que se lo pregunten a las familias víctimas de la crisis en la frontera del sur de Estados Unidos. “Un milagro”, así llama Fred a los atroces actos criminales de opresión y tortura que hace Gilead en nombre de la fertilidad. “Un milagro…”, repite incrédula la creyente Serena. Rita tiene una explicación más acertada: “son las ventajas del privilegio”, porque aunque ya tiene seis niños en casa, sigue teniendo derecho a los servicios de una Criada.

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Sabemos que las Criadas han perdido todos los privilegios, pero las que residen en Washington ni siquiera pueden hablar. Esos anillas que las fuerzan a mantener la boca cerrada son espeluznantes, da igual que las lleven una, dos o todas ellas. Este episodio nos hace cuestionarnos si nos habíamos “acostumbrado” a ver los terrores de Boston, con su Centro Rojo y las casas de Comandantes conocidos, como terrores cotidianos. Como decía Tía Lydia en el primer episodio: “Lo ordinario es aquello a lo que te acostumbras”.

El golpe en el estómago nos lo llevamos nosotros, pero también June, que comprueba que por mal que esté todo, siempre irá peor si no intenta hacer algo. También Tía Lydia; hasta a ella, con lo cruel que puede llegar a ser aquello le pareció un acto inhumano. Ese momento de conexión y honestidad que tuvo con June quizá sea un primer paso para que algún día se pase al lado de los buenos.

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“Serena, construiste este mundo solo para poder tener a alguien y no funcionó. Eres insignificante. Eres cruel. Y estás vacía. Siempre lo estarás”.

Con Serena hemos perdido definitivamente la esperanza, más aun después de que recibiera la aprobación de una mujer como Olivia, que tiene todo y más de lo que aspira, porque ahora siente validadas las propuestas de su engendro de libro. Quería estar equivocada al dudar de ella, quería pensar que tenía un gran plan, pero ha demostrado ser solo una mujer egoísta e insensible, obsesionada con tener un bebé que llene las horas de su miserable vida.

June ha perdido esa batalla y también la de negociar que Holly se quede en Canadá. Verla entrar sola a hablar con los diplomáticos suizos, y que se dirigieran a ella por su nombre, pareció un pequeño triunfo; parecía que iba imperar la lógica, pero la emoción duró poco. Qué frustrante fue escucharlos decir que no podían hacer nada cuando bien saben lo que está pasando allí. Y fastidia porque se siente realista, situaciones similares están ocurriendo en nuestro presente; hay muchas Gilead en la vida real.

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Es necesario que todo se empiece a desestabilizar y puede que Chicago también juegue un papel importante, porque desde inicios de esta temporada se está anunciando un conflicto. Si ese puede ser un gran golpe, al menos sabemos que allí está Nick y en posición de mando. Serena lo dibujó como un villano, y para June es información nueva, pero nosotros ya sabíamos que había formado parte de la organización terrorista Hijos de Jacob. Y también que ha cambiado desde entonces.

En el octavo episodio de la primera temporada, del que recordamos más las escenas de Jezebel, la serie nos cuenta con flashbacks parte de la historia de Nick, en los que vemos cómo lo recluta Pryce y cómo termina trabajando como Ojo. A Nick lo hemos conocido años después, a través de la mirada de June, y sabemos que mientras respondía a Pryce también tenía contactos en la Resistencia, pero Serena no miente, porque como miembro de Hijos de Jacob sus acciones fueron decisivas en la formación de Gilead. Hasta qué punto quizá nos lo cuente la serie.

Mientras ese llega el momento de conocer más detalles, queremos ver a las cinco Marthas elegidas por June, que se unan a la red, que “Breaking Bad Martha” diseñe bombas y que Eleanor se revele como la aliada que apunta a ser. Y si Serena, finalmente, no es capaz de encontrar el camino de vuelta y convencer a Fred de que abandone la búsqueda de Holly, “que los mate un camión”. Como a June, nos vale cualquiera de las dos opciones.

Notas al margen:

Sé que a veces podemos perder un poco la paciencia porque queremos que avance más la trama. Si os sentís frustrados, imaginad lo frustrante que debe ser estar en Gilead, en donde das un paso adelante con mucho esfuerzo y la vida te empuja diez pasos detrás.
Lo primero que June ve desde el autobús es el Monumento a Washington reemplazado por un símbolo religioso gigantesco. A partir de ese momento, asiste a un espectáculo grotesco, con escaleras segregadas por género en la estación de tren, Criadas con la boca tapada o cubierta con anillas y la visión de la escultura de Abraham Lincoln destruida, como símbolo de que la esclavitud ha regresado para quedarse. Una ostentación constante del poder de Gilead.

(Fuente: Hulu)

En esa escena del Monumento a Lincoln puede verse la ironía de un acto en el que se pide a la multitud de Criadas que levanten sus plegarias cuando no tienen voz. Les va a quedar un vídeo divino. Verlas con sus bocas tapadas produce desasosiego, pero también nos recuerda la frase que dijo June al final de la primera temporada: “Nunca debieron darnos uniformes si no querían que fuéramos un ejército”. Algún día.

Me repito, pero los detalles visuales de esta serie son impresionantes. Dearbhla Walsh se estrena como directora en El cuento de la criada con un trabajo excepcional en el que destacan la belleza de los planos cenitales y detalles de encuadre. Como la escena de Fred y Serena en la habitación, en la que ella aparece reflejada en el espejo, como un fantasma que tiene la idea ilusa de que lo que dice o piensa le importa a alguien. Toda esta parafernalia la está haciendo Fred por beneficio propio, para tener protagonismo y volver a ascender en la escalera de poder.

(Fuente: Hulu)

Ese reconocimiento le llega a Fred en la escena de billar, que finaliza con las insinuaciones de Winslow, con las que le demuestra constantemente que tiene poder sobre él. Un momento en el que vemos al opresor en situación de oprimido, que vuelve a poner sobre la mesa la hipocresía de un sistema de leyes morales que se aplican a conveniencia. Un momento que nos coloca ante un dilema moral, porque nadie debería ser nunca víctima de abuso, acoso o agresión sexual, pero es Fred.

(Fuente: Hulu)

A Tía Lydia la vimos realmente impresionada por el despliegue del poder de Gilead contra las Criadas en Washington. Cuando le entrega a June su nuevo accesorio, demuestra su conflicto interior cuando inmediatamente mira su broche. Tía Lydia empieza a tener contradicciones reales. Queremos flashback de Tía Lydia.
Sobre la boca sellada de las Criadas además de haber sentido indignación y repulsión tengo tantas preguntas de logística.

(Fuente: Hulu)

En Reddit se han preguntado cómo es posible que Serena y June hubiesen discutido tan abierta y pasionalmente frente a la escultura de Lincoln si a pocos metros había decenas de Guardias y centenares de Criadas. Un usuario respondió que a la altura a la que están es imposible que las escuchen desde abajo. No he tenido la suerte de visitar el lugar y, de haber estado, no sé si la experiencia me permitiría afirmar la validez de una cosa u otra, pero la escena es potente. “Ojalá te hubiera dejado arder cuando tuve la oportunidad”.
El plano de June con las alas nos recuerda al de Daenerys con alas de dragón de Juego de tronos, pero también a este plano del tercer episodio de esta temporada.

(Fuente: Hulu)