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‘Virtuality’, la historia de la ambiciosa tv movie que tendría que haber sido serie

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Algunos de los tripulantes de la nave Phaeton. (Fuente: Syfy España)

En la televisión estadounidense, los episodios piloto de series que no salían adelante no siempre se guardaban en un cajón. Si el capítulo había costado mucho dinero, o en la cadena había algún ejecutivo que no quería que se perdiera, o se habían firmado contratos que impedían que el piloto se tirara a la basura sin más, o si en verano había huecos de programación que no podían rellenarse con otras cosas, los canales emitían en formato de tv movie algunos de aquellos episodios.

La práctica cayó en desuso del mismo modo que lo hicieron las repeticiones estivales de las temporadas de determinadas series (que permitían, a veces, ganar nuevos espectadores para el otoño), pero en ocasiones, todavía hay algunos pilotos que encuentran una segunda vida como tv movies. A veces, esa segunda vida hasta les lleva a emitirse en España años más tarde.

Es lo que ha ocurrido con Virtuality, un ambicioso proyecto de serie de ciencia ficción de Fox que debía contar una misión espacial a través de tres formatos diferentes (de tres realidades diferentes, en esencia) y que en su momento generó mucha atención porque era el primer proyecto que Ronald D. Moore ponía en pie tras el final de Battlestar Galactica. Fox la desarrolló en Estados Unidos con la idea de emitirla en la temporada 2008/09, pero terminó descartándola. ¿La razón? Precisamente, que era demasiado ambiciosa y no conseguían encontrar el camino para contar la historia de la mejor manera en los siguientes episodios.

La premisa de la serie era la siguiente: la nave Phaeton se embarca en una misión fuera del Sistema Solar cuyos gastos son demasiado elevados para que pueda soportarlos la compañía propietaria de la nave, así que decide emitir el día a día de los astronautas en forma de reality show. Éstos tienen a su disposición, además, unos mundos virtuales en los que pueden pasar sus ratos de ocio. Sin embargo, las cosas se tuercen en uno de esos mundos virtuales y, por supuesto, también en la misión real.

Los creadores de Virtuality eran Moore y otro guionista de Battlestar Galactica, Michael Taylor, que explicaba en su momento que el piloto tenía muchas capas diferentes y que “es un poco más exigente que las típicas series en abierto. Pero es un piloto… Está presentando la situación. Teníamos planeado que fuera una serie más directa, que te hiciera pensar, pero entretenida y de aventuras, algo más parecido a un thriller”. El episodio era doble, por lo que era más sencillo que pudiera emitirse como una tv movie. Es lo que Fox hizo en el verano de 2008, confiando en que si su audiencia era buena, hubiera una mínima posibilidad de resucitarlo como serie. Esa posibilidad acabó siendo nula.

Lo interesante de todo esto es que Virtuality haya acabado viéndose de esta manera en Syfy España. Y lo es porque merece la pena echarle un vistazo. Como película, puede resultar frustrante porque, en realidad, no deja de ser un piloto de televisión; presenta a los personajes, la situación en la que se encuentran y abre la trama que va a desarrollarse en las siguientes semanas. Sólo que Virtuality se quedó ahí.

Nikolaj Coster-Waldau, a la derecha, era uno de los protagonistas de la serie. (Fuente: Syfy España)

Pero sus personajes, precisamente, están bien dibujados desde el principio. Son un grupo heterogéneo de científicos e ingenieros que no sólo tienen que convivir durante meses en un espacio cerrado como es una nave espacial, sino que tienen el estrés añadido de que hay cámaras que los siguen a todas partes y de que sus actividades cotidianas se graban por completo. Enseguida empezamos a ver pequeños roces y a personajes que bien guardan algún secreto (como el comandante de la nave) o que se ven más afectados por los mundos de escapismo virtual. El potencial que había en la profundización en sus relaciones era lo más destacado de Virtuality.

Eso y que tenía una apuesta estilística muy clara, influida en parte por películas como Sunshine, con esa misión al Sol que se había estrenado en 2007. Peter Berg dirige la tv movie/episodio diferenciando las tres “realidades” que se entrelazan: por un lado, está la narrativa omnisciente de la propia serie; por el otro, las grabaciones para el reality show, con confesiones de los tripulantes a cámara; la tercera son las realidades virtuales que cada astronauta utiliza para evadirse del día a día de la misión. Es el aspecto más llamativo del piloto, sobre todo para hace diez años, y todavía llamó más la atención en su momento que la serie quisiera explorar la manera en la que interactuamos en entornos virtuales, algo que se ha vuelto mucho más común actualmente.

Pero lo más curioso de Virtuality, vista ahora, es el reparto que consiguió reunir de actores a los que faltaban un par de años para conseguir los proyectos por los que se harían famosos. Nikolaj Coster-Waldau, por ejemplo, venía de una serie policiaca cancelada en su primera temporada también en Fox, New Amsterdam, y a su lado estaban Kerry Bishé (Halt and catch fire), Clea DuVall, James D’Arcy o Jimmi Simpson.

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La cadena no se quedó con Virtuality porque, probablemente, pensó que ya tenía suficiente con una serie de ciencia ficción con cierta ambición temática en la parrilla, como Dollhouse (que acababa de ser renovada por una segunda temporada que sería la última), y había dado luz verde a la que sería su gran fenómeno en los años siguientes, Glee.

El próximo pase de ‘Virtuality’ en SyFy es el 22 de este mes, a las 15:08 h.

marina

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