Irene Arcos y Álvaro Morte en ‘El embarcadero’. (Fuente: Movistar+)
El papel que juega el sexo en El embarcadero es, cuando menos, una de las cosas que más llama la atención en esta serie de Movistar+. Su trío protagonista se relaciona, y no solo entre ellos, física y emocionalmente de una manera no tan común en la ficción. “El sexo es algo presente en la serie y con un tratamiento que nos rompió la cabeza”, explica su coatura Esther Martínez Lobato, “Es muy complicado no caer en muchos estereotipos, no banalizarlo y tratarlo de manera estética”.
Ese era el quid de la cuestión, encontrar un equilibrio y ofrecérselo al público. “En mi opinión, está ejecutando de una forma muy elegante y muy bonita, sin caer en la oscuridad o el bizarrismo, pero suficientemente emocionante y de piel para que no sea solo una estética banal, que no solo fuese una fotografía bonita que muestra el cuerpo”, comenta la guionista, “Es uno de los pilares de la serie porque es el núcleo que arrastra las emociones”.
De cara a la segunda temporada, esta seña de identidad de El embarcadero no se podía perder, como apunta la actriz Verónica Sánchez: “Es verdad que es una serie muy sensual. El polvo del arrozal es precioso por la manera en que está rodado, y en la segunda temporada seguimos fieles a eso, a esa manera de contar relaciones entre personajes que o bien son libres desde el principio, como Verónica, o se van liberando, como Alejandra, y obviamente el sexo va unido a la vida”.
Su compañero de reparto y compañero de cama en la ficción, Álvaro Morte, cuenta que “Sube un escalón y, además, se abre el espectro y aparece más gente involucrada”. Uno de esos involucrados es Conrado, interpretado por Roberto Enríquez que avanza: “Aquí hay polvos en baños, en motos, escopetas apuntando a cabezas, pero también otros más convencionales en camas. La verdad es que la de la del arroz era un marco para el sexo increíble. La segunda temporada no pierde en sensualidad, pero gana en thriller”.
Los hombres de ‘El embarcadero’. (Fuente: Movistar+)
Rodaje cuidado, sin necesidad de coordinador de intimidad
Pero, ¿cómo fue rodar las escenas de sexo en El embarcadero? En un momento en el que, tras el #MeToo, Hollywood se ha concienciado para dar un trato especial en este tipo de rodajes, preguntamos si tuvieron coordinador de intimidad. No es así, ya que es una figura incipiente y que, de momento, no tiene mucho hueco en la industria Española. Sin embargo, Irene Arcos asegura que se hace de una forma muy cuidada: “Siempre cuando ruedas escenas de sexo o desnudos hay equipo reducido, la gente es muy profesional y respetuosa”.
“Yo creo que te pone más nervioso a ti pensarlo”, dice Arcos, cuyo personaje Verónica, abre la segunda temporada de El embarcadero con un desnudo frontal en una bañera. “Cuando llegas allí y ves que todo el mundo está tan favor y es tan cuidadoso, y tienes compañeros con los que te sientes cómoda y segura, se hace y ya. Luego encima te ríes, no hay ninguna tensión”, zanja.
Verónica Sánchez también le quita hierro al asunto del sexo y la desnudez en las series: “Desde fuera se magnifican esas secuencias y parece que son muy difíciles. Pueden serlo porque uno tiene que luchar contra la inseguridad y sus pudores, pero a veces hay más desnudez en otras secuencias en las que emocionalmente te tienes que romper que en esas que implican una desnudez física. Hay otras que te pueden llegar a dar más pudor por lo que tienes que sacar de ti, por eses material emocional que tienes que tocar”.
‘El embarcadero’ está disponible completa en Movistar+.
Mostrar y que juzgue el espectador: la narrativa que busca ‘El embarcadero’
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