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El peculiar camino de ‘The man in the High Castle’ hasta su temporada final

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Rufus Sewell, como el Reichsmarschall John Smith. (Fuente: Amazon)

Antes de que Amazon decidiera lanzarse de cabeza a buscar su propio Juego de tronos con la adaptación a televisión del universo de El Señor de los Anillos, la compañía ya tenía una gran producción que se basaba en la obra de un escritor de género muy querido, y que tenía el potencial de atraer a una nutrida y fiel masa de fans. Esa serie era The man in the High Castle, adaptación de un libro de Philip K. Dick que terminará en la cuarta temporada, de estreno previsto para este año.

Estrenada en 2015, llevaba a los espectadores a una historia alternativa en la que había sido Alemania la que había conseguido la bomba atómica antes que Estados Unidos y, por consiguiente, había ganado la Segunda Guerra Mundial. Como resultado, el Reich y Japón se dividían Norteamérica e implantaban sendos estados totalitarios, vigilándose en una suerte de guerra fría que había llegado hasta los 60, cuando arranca la serie. Al mismo tiempo, circulan unas misteriosas películas que muestran otra realidad, una en la que los aliados vencieron. ¿Pero existe ese otro tiempo?

Los personajes de The man in the High Castle han estado moviéndose alrededor de la respuesta a esa pregunta desde el principio. Y la serie ha terminado superando los más diversos problemas para llegar hasta esa cuarta temporada final, desde bailes de showrunners a una participación indirecta en la caída de Roy Price, ex responsable de Amazon Studios.

Las piedras en el camino de ‘The man in the High Castle’

La serie ya arrancó rodeada de cierta controversia, y no por los temas que tocaba su primera temporada (que fue bastante elogiada por mostrar cómo los ciudadanos encontraban ya de lo más normales las políticas de pureza racial del gobierno nazi estadounidense), sino por la campaña de publicidad que Amazon lanzó en el metro de Nueva York para su estreno.

Los vagones estaban forrados de la bandera de Estados Unidos con el águila y la cruz gamada nazi y de la bandera imperial japonesa, y eso suscitó bastantes quejas de los pasajeros y una intensa polémica en internet, hasta que Amazon retiró la campaña y el incidente quedó como una anécdota que no afectó en realidad al recibimiento de la serie, que tuvo el mejor estreno en la historia de Prime Video.

Donde estaba el drama era detrás de las cámaras. El responsable de aquella primera temporada era Frank Spotnitz, veterano guionista y productor que se había hecho conocido por su trabajo en Expediente X y que, después, se ha encargado de Los Medici: Señores de Florencia. Spotnitz había trabajado en el proyecto durante los siete años que se tardó en poner en pie y en que encontrara un hogar pero, para cuando llegó la segunda temporada, la idea que él tenía sobre hacia dónde debía moverse la historia no casaba con lo que querían los productores, entre los que figura Isa Hackett Dick, hija del novelista.

También se contaba en aquel momento que al guionista no le estaba resultando sencillo compatibilizar el rodaje de The man in the High Castle en Vancouver con el de Los Medici, en Italia hasta que, finalmente, Spotnitz abandonó la serie de Amazon. Ésta se quedó en una situación extraña, pues se optó por no nombrar a un sustituto: los guionistas y el equipo técnico se autogestionarían. Otro de los productores, David Zucker, explicaba que la serie estaba funcionando “como una república”.

Julianna Crain es una de las protagonistas de ‘The man in the High Castle’. (Fuente: Imdb)

Para la tercera entrega, sin embargo, Amazon optó por colocar a un nuevo showrunner al frente de la serie, Eric Overmyer, que había trabajado con David Simon en Treme y que es quien ha supervisado también la cuarta temporada. Los fans, no obstante, tardaron mucho más de lo habitual en poder ver aquella tercera tanda de episodios, casi dos años. Y durante esa espera, empezaron a aparecer informaciones de que el coste de la serie se había disparado de la primera a la segunda temporada.

Según informaba entonces SYFY Wire, haciéndose eco de una noticia de Reuters, la segunda entrega de The man in the High Castle había superado los 100 millones de dólares de presupuesto, mientras la primera había costado uno 72, y no había logrado atraer a tantos espectadores como para que resultara rentable. Sin embargo, todos esos datos no eran oficiales de Amazon, por lo que no había manera de confirmar si la ficción era, realmente, un pozo de dinero. Sí era una producción compleja, de época, y en la que había que construir de cero una realidad alternativa que no llegó a suceder.

En todo esta historia de cambios de showrunners, retrasos en la fecha de estreno y costes al alza, ocurrió algo que no afectaba directamente a la serie, pero que tuvo mucha importancia en el rumbo que tomaría después Amazon, y fue la acusación de Isa Hackett Dick de acoso sexual a Roy Price. Dick aseguraba que Price había estado insinuándose y haciéndole todo de sugerencias sexuales desde la Comic-Con de 2015, lo que terminó por llevar al ejecutivo de Amazon Studios a abandonar su puesto. Sería sustituido más tarde por Jennifer Salke.

De qué irá la temporada 4

Finalmente, The man in the High Castle cerrará su historia con una cuarta entrega para la que no hay, todavía, fecha de estreno, aunque sí ha lanzado un primer teaser. David Zucker se despedía de la serie afirmando que “el proyecto de High Castle ha sido sencillamente extraordinario desde el principio: los siete años que pasaron hasta aterrizar en Amazon, donde todo el trabajo detrás de las cámaras ha sido tan impresionante como esperamos que sea el resultado en pantalla, y una audiencia cuyo alto nivel de exigencia fue nuestro firme objetivo. Todo es gratitud hacia el reparto, que perseveró y se destacó de manera magistral, a Amazon por su profundo apoyo, y a Isa y su equipo, por la confianza y la valiosa colaboración en la que hemos prosperado en cada paso del camino”.

¿Qué contarán esos últimos capítulos? La lucha por el control de la(s) historia(s) va a llegar a un culmen. Las rebeliones se suceden en la Norteamérica ocupada, con un movimiento afroamericano muy activo, y Julianna Crain sigue teniendo visiones con ese otro mundo alternativo al que, por otro lado, John Smith quiere llegar a través del portal construido por los ingenieros nazis.

La historia que contaba el libro ya fue superada por la serie hace bastante tiempo, así que este cierre, muy probablemente, vaya también por un camino diferente del ideado originalmente por Philip K. Dick.

‘The man in the High Castle’ está disponible en Amazon Prime Video.

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marina

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