De izquierda a derecha, Lidia San José, Belén Cuesta, Brays Efe, Javier Ambrossi y Javier Calvo. (Fuente: Netflix)
La Gran Vía de Madrid experimentó ayer una perturbación en la Fuerza; el cine Callao acogía la premiere de la segunda temporada de Paquita Salas y en el photocall instalado en el exterior se agolpaban los fans que intentaban ver a algunos de sus protagonistas o a sus creadores, Javier Calvo y Javier Ambrossi. El baño de multitudes, y la entusiasta respuesta que recibió la proyección posterior de los tres primeros episodios, daba una medida de cómo ha crecido el fenómeno alrededor de la serie desde que se estrenó su primer episodio a finales del verano de 2016, en Flooxer.
Todavía va a crecer más con el estreno de sus nuevos episodios en Netflix, unos capítulos sobre los que Calvo y Ambrossi y tres de sus protagonistas (Brays Efe, Belén Cuesta y Lidia San José) estuvieron hablando por la mañana con los periodistas, comentando si la serie ha cambiado algo al dar el salto a una plataforma de streaming que la pone a disposición de 192 países simultáneamente y, sobre todo, si han notado que la temporada es más melancólica y emocional que la primera.
“Todo el mundo nos dice eso”, apunta Javier Calvo, que añade que “para mí, no es más dramática. La primera temporada también era bastante emocional. Creo que esta temporada es más épica y que Paquita va a un lugar más oscuro, pero creo que sigue siendo divertida”.
Magüi y Paquita intentan sacar adelante PS Management. (Fuente: Tamara Arranz/Netflix)
También Belén Cuesta, que interpreta a Magüi, afirma que, cuando ha podido ver la temporada, ha apreciado un mayor poso emocional: “yo sí he visto un punto más maduro o que sí se está tocando la emoción o estos momentos bajos, esas realidades que me parece fenomenal que estén”, y la propia Paquita, el actor Brays Efe, añade que estos nuevos capítulos han podido ganar esa madurez porque ya no tenían que prepararlos y rodarlos a la carrera. “La temporada tiene como más peso y tiene una cosa un poco más dramática en la parte de Paquita”, explica Efe: “Creo que ese peso no viene sólo por los guiones, sino porque también la hemos hecho con más tiempo. Nos ha dado más tiempo a que todo se haya podido hablar más y se haya podido hacer con más tranquilidad”.
Lo que representa el cambio a Netflix
Si esta segunda temporada se rodó en tres semanas, para la primera sólo dispusieron de ocho días, pero disponer de más dinero no ha cambiado el modo de trabajar de Calvo y Ambrossi. En palabras de Belén Cuesta, “la forma de rodar ha sido igual, que era lo que a mí me daba un poco de miedo, perder esa cosa gamberra de hacerlo con amigos, y sin nadie que estuviera detrás controlando. Afortunadamente, y esto no es peloteo, Netflix ha estado, pero la libertad ha sido igual”. En esa forma de rodar resulta importante la improvisación, entendida como la capacidad de adaptarse a escenas que no acaban de funcionar o a circunstancias imprevistas.
Cuesta y Lidia San José explican que los Javis les dan mucho margen para que exploren cosas, para que reaccionen de una manera no tan marcada por lo que dice el guión o por la necesidad de que estén colocadas en unas determinadas marcas. La cámara rueda y no siempre saben qué es lo que ha captado de su interpretación hasta que no lo ven ya montado. Javier Ambrossi que, quizás, su experiencia pasada como actores tiene algo que ver con ello: “Hay una cosa que hacemos, que es improvisar a la vez que los actores. Aunque tenemos cerrado y planificado el guión, como somos actores, nos gusta meternos en la escena y, si veo que algo no va, nos ponemos a gritar desde el combo: “¡dile que no sé qué, dile lo otro! Pero esto no está (en el guión). ¡Dile lo que sea!”
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Uno de los mejores ejemplos de esa creencia llega en el tercer episodio, El secreto, que los dos creadores reconocieron en la premiere que era un regalo que querían hacerle a Lidia San José. El capítulo tira tanto de la carrera de la actriz como de experiencias pasadas de Javier Ambrossi (“quería contar una cosa que me pasó, literalmente”), y para ella “fue muy bonito”: “creo que es un capítulo en el que el 100% de los actores se van a sentir identificados porque, en algún momento, todos hemos pasado por ahí, por la frustración, por que no te tengan en cuenta. Estoy muy agradecida del regalo que me han hecho con ese capítulo”.
Algo que también destaca de la segunda temporada de Paquita Salas es que los elementos autobiográficos de sus responsables aún están más presentes, empezando porque San José esté interpretando una versión de sí misma que también pasó por A las once en casa, pero que ella misma reconoce que “yo no me siento más identificada que con otros personajes. El nombre es común, y hay muchas cosas comunes, pero otras, no. Yo no reacciono ante los problemas y las situaciones como reacciona esta Lidia”. “Hay muchas anécdotas personales y basadas en actores y actrices reales que nos cuentan cosas. Con mi hermana, tengo la fuente inagotable de las anécdotas”, apunta, por su parte, Javier Ambrossi.
El futuro de Paquita
La inspiración en sus vidas, o en lo que les ha pasado a personas cercanas a ellos, y esa mayor madurez son puntos muy destacables de una temporada que sus creadores han escrito con la mirada puesta en un plan a largo plazo, o todo lo largo que la serie vaya a durar. “Nosotros pensamos un montón en la serie a largo plazo, no son cinco capítulos y chao”, explica Ambrossi: “Es parte de una construcción que se va a ir viendo a lo largo de las temporadas. Para nosotros era muy importante, en un cambio de plataforma, anclar el personaje, explicar a la gente qué es, qué le pasa, cuál es su universo. Sí nos ha pasado que hay mucha presencia de la nostalgia y es un cierre con el pasado, eso tiene un poco más de dolor”.
Fuente: Tamara Arranz/Netflix
Brays Efe señala que su personaje está en una encrucijada y en un momento sumamente difícil, pero que siempre se ha esforzado por darle una dignidad, afirmando que “me he dado que la gran diferencia entre Paquita yo no es que ella sea una mujer y yo sea un hombre, sino que ella tiene 50 años y ya le han pasado muchas cosas. Entonces, las cosas que te pasan no las vives con la misma intensidad con las que yo las viviría”. Se ha fijado en los trabajos de Frances McDormand en Tres anuncios en las afueras, y de Isabelle Huppert en Elle, a la hora de trazar el viaje de Paquita, algo en lo que también apunta que le ha servido la evolución de Alicia Florrick en The Good Wife.
Y esa dignidad, y que no se humille nunca a ningún personaje, por muchas situaciones humillantes en las que estén, es otro aspecto en el que todos han tenido especial cuidado. Efe añade que “creo que, en todo el proceso, hay un amor absoluto al personaje. Jamás me he creído por encima de él, ni que le estaba haciendo algo, ni que sabía qué le estaba pasando y ella no. Aunque haya estado en lo más hondo, se ha hecho con muchísimo respeto y con muchísimo amor. Eso está en el punto de vista. Puedes narrar lo mismo pero, dependiendo de dónde te pongas, desde dónde lo cuentes, te ríes de él o te ríes con él, o le acompañas o le observas. Creo que eso está muy bien medido en la serie”.
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“Me pregunté, “vale, vas a escribirte un capítulo de una serie que va a emitir Netflix, ¿qué es lo que quieres hacer?” Pasarlo entero con Ana Obregón. Ella, además, representa la tele que yo veía de adolescente, veía siempre Ana y los siete antes de irme a dormir”, apunta Brays Efe, que añade que, para convencerla de que participara, “le mandé una cartita al principio del guión, lo leyó y me contestó con un mail precioso, y luego llegó allí y superó ampliamente mis expectativas. Es una tipa super trabajadora, muy divertida, y creo que está muy divertida en el capítulo”.
Un momento del rodaje de la segunda temporada. (Fuente: Tamara Arranz/Netflix)
¿Y ahora, qué? Tal y como se cierra la temporada, con un episodio que será comentadísimo en redes sociales, ¿qué le depara el futuro a Paquita? “Todos hemos sentido en algún momento que el mundo va más deprisa que nosotros. Paquita es una mujer de mediana edad que lleva el carro de una empresa y que ve todo se desmorona a su alrededor, y se pregunta qué hago ahora”, apunta Javier Calvo, a lo que Ambrossi señala que, para Paquita, reconocer su fracaso no es algo malo: “no es peor cerrar una etapa, no es fracasar. Por lo menos, mandas tú”.
“Creemos que el éxito es la mirada de los demás hacia nosotros, cuando es tu propia mirada hacia ti y no depende de lo que le gustes a la gente. Depende de que estés contento con lo que haces. Se puede tener muchísimo éxito y estar completamente deprimida”, afirma Calvo sobre el mensaje que cierra una de las últimas escenas de la segunda temporada, una que parece apuntar a una nueva dirección para la tercera entrega. ¿Saben los Javis cómo va a terminar Paquita Salas? “Tenemos varias opciones, todo dependerá del número de temporadas que tenga, pero sí que sabemos claramente hacia dónde va y cuál es la construcción de los personajes”, responde Ambrossi.
La segunda temporada de ‘Paquita Salas’ está ya disponible en Netflix.