De izquierda a derecha, ‘The Deuce’, ‘El fin de la comedia’ y ‘The Bold Type’.
En esta vorágine de estrenos de series y temporadas nuevas prácticamente todas las semanas, es muy fácil que haya algunas que no consigan hacer el ruido necesario para que un público más amplio les dé una oportunidad. Son esas series que acaban pasando desapercibidas, injustamente, ésas que luego terminan en listados de “la mejor serie que no estás viendo”.
Para reivindicar tres de ellas, algunos miembros de la redacción de Fuera de Series han decidido reunirlas aquí. Quizás así lleguen a más espectadores que podrían disfrutarlas.
Marina Such: ‘The Deuce’
Fuente: HBO España
Las series de David Simon nunca han sido de las más populares. Él mismo se autodescribe como “la PBS de HBO”, y cuando alguna acaba encontrando un público fiel y más o menos ruidoso, suele ser tiempo después de su emisión, como ocurrió con The Wire. Es una lástima que esa vitola de creador minoritario pese sobre The Deuce, el drama sobre el ascenso del porno como industria en los 70 en Nueva York, porque es una de las series con más cosas que decir, y más relevantes, de las que están en emisión.
Los hermanos Martino interpretados por James Franco son falsos protagonistas; el centro de la historia está en Eileen y en el resto de chicas que trabajan en el negocio del sexo, en cómo intentan hacerse escuchar y cambiar la perspectiva desde la que siempre se cuenta el porno. Esos esfuerzos por aportar una mirada femenina, por sacar a las mujeres de sus roles impuestos como meros objetos y convertirlas en sujetos, es en realidad de lo que trata The Deuce. También es lo que la convierte en una de las mejores series actuales.
Randy Meeks: ‘El fin de la comedia’
All right! (Fuente: Comedy Central)
Aunque Ignatius Farray es uno de los cómicos actuales más en boga (tanto por su commedia como por sus escándalos en Twitter), esa fama no termina de representarse en fans de El fin de la comedia, la serie de la que ha realizado, junto a Miguel Esteban y Raúl Navarro, dos temporadas para Comedy Central. Y es que El fin de la comedia no muestra al cómico estridente y loco al que estamos acostumbrados por sus apariciones en La vida moderna o sus monólogos, sino a la persona detrás del cómico: Juan Ignacio, una persona divorciada, amable y tímida que trabaja en el mundo del humor, muchas veces en contra de su propia voluntad.
Aunque normalmente es comparada con Louie, lo cierto es que la serie de Ignatius tiene un tono diferente: no busca el patetismo, pero lo encuentra. No busca el gag, pero lo consigue. Busca que el personaje te caiga bien, y funciona. Sin ir más lejos, el episodio en el que Juan Ignacio hace todo lo posible por conocer a una chica sorda (el mejor de la serie) es bello, poético y, al mismo tiempo, algo patético, definiendo al personaje mejor que muchas temporadas completas de otras series. En la línea de ¿Qué fue de Jorge Sanz?, Ignatius ha creado una (cuestionablemente) falsa autobiografía en la que no siempre sale bien parado, pero que refuerza su imagen de persona detrás del personaje. Sin duda, una de las mejores series españolas de la historia reciente, una pequeña obra underground rodada entre Malasaña y el Picnic: el último refugio del cómico hipster al que la comedia salvó la vida.
Que no se os escape ‘The Bold Type’, vale mucho la pena
Os contamos por qué esta serie juvenil fue una de las revelaciones de 2017 en Estados Unidosfueradeseries.com
Alberto Rey: ‘The Bold Type’
Fuente: Freeform
La premisa filosófica de muchas series es “si no hubiese tanto hijo de puta, el mundo sería un lugar maravilloso”. La de The Bold Type es la contraria: menos mal que hay buena gente en este planeta de mierda para hacerlo vivible. No es ninguna tontería lo que subyace bajo las tramas, algunas ciertamente blanditas, de la serie de Sarah Watson que en España distribuye Amazon Prime Video.
Las tres amigas veinteañeras (¿por poco?) que, desde la redacción de la (¿ficticia?) revista Scarlett, empiezan a experimentar el mundo realmente adulto son la versión más joven y menos cínica de Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha. Lo que en Sexo en Nueva York era desinhibición de los treintaytantos con dinero, en The Bold Type es miedo a no estar a la altura de una ciudad, una profesión y una vida que sólo es un sueño vista desde lejos. Pese a su tendencia a la simplificación infantiloide de los conflictos, The Bold Type es la serie que me gustaría viese la hija adolescente que no tengo. También me gustaría que ella tuviese alguna vez una jefa como Jacqueline Carlyle (Melora Hardin). Igual que Julianna Margulies en Dietland, Carlyle dirige con autoridad una revista femenina. Pero al contrario que ella no es una pajarraca intrigante hierática, sino una mentora justa. Menuda mierda de mundo el que nos hace creer que lo de Dietland es realismo y lo de The Bold Type, una fantasía salida de la carpeta de Aless Gibaja.