(Fuente: HBO España)
Esta crítica se ha escrito después de ver el primer episodio de la temporada 3 de ‘Killing Eve’. No contiene spoilers.
El final de la temporada 2 de ‘Killing Eve’ no estaba diseñado como un cliffhanger. No había reservado en ese corte a los créditos finales ningún misterio por resolver para el espectador en el regreso de la serie que, por supuesto, sabía que Eve no había muerto.
Eso es, sin embargo, lo que decidió pensar Villanelle, cuando le disparó y la abandonó a su suerte en las ruinas romanas que representaban ese amor que nunca existió, pero la pregunta que esperábamos resolver en el primer episodio de esta tercera temporada, es qué ha sido de los personajes principales de la serie después de que separaran sus destinos en aquella desastrosa misión en la que quedaron al descubierto todas las traiciones. Y esa respuesta la recibimos.
Eve, Villanelle, Carolyn y Konstantin han seguido con sus vidas, cada uno por su lado. Villanelle encontró un romance por despecho, Eve un nuevo trabajo en el cual esconderse (literalmente), Carolyn tiene un nuevo supervisor (y Kenny ya no trabaja con ella), y Konstantin intenta mantener como puede sus débiles vínculos familiares.
Ninguno de los cuatro está en su mejor momento, les falta la chispa que les proporciona la dependencia tóxica que los une. Y así debe ser, porque la premisa de la serie es que sus vidas están destinadas a cruzarse, porque son peones en el tablero de una fuerza superior y, aunque desde el punto de vista narrativo, tenemos que hacer suspensión de la incredulidad para aceptar que esto ocurra una y otra vez, estamos dispuestos a hacerlo porque la energía que emiten cuando están trabajando juntos, en contra, y de ambas formas al mismo tiempo, es lo que hace que Killing Eve sea tan excitante.
(Fuente: HBO España)
Esta tercera entrega está a cargo de una nueva showrunner, Suzanne Heathcote (Fear The Walking Dead), que ha tomado el relevo de Emerald Fennell (que a su vez hizo lo propio con Phoebe Waller-Bridge). Estos cambios de manos no son notorios a simple vista, porque Killing Eve mantiene su esencia gracias a unos personajes que conoce al dedillo, pero siempre será un reto encontrar la forma de reinventarse para mantenerse fresca. Habrá que esperar para comprobar si lo consigue.
Por ahora, para este regreso, Heathcote ya ha presentado dos nuevos personajes, Dasha, que promete regalarnos momentos demenciales, y Paul, que lo que promete es enervarnos (en el próximo episodio conoceremos a Madeleine, interpretada por Gemma Whelan, otro de los siete personajes que se incorporan a las nuevas tramas). Y también nos da un poquito de todo lo que más nos gusta de la serie: acción, tensión, mucho humor, escenas que se resuelven de forma inesperada y una banda sonora perfecta en la que escuchareis a Marisol y a Concha Velasco, porque tenemos a Villanelle de paso por España y hablando catalán. Una fantasía.
Pero el centro de Killing Eve es y sigue siendo la obsesión insana entre Eve y Villanelle. Se tienen tan presentes la una a la otra, que no pueden evitar que la presencia de la persona ausente monopolice sus discursos cuando no viene a cuento (ese brindis, esa respuesta de Eve cuando alguien le pregunta por Hugo). Para el final de este primer episodio todos tendrán otros asuntos más importantes en los que centrarse, porque la serie ha vuelto con el pie en el acelerador y ya nos ha dejado la primera sorpresa de su tercera temporada, de la que me está costando no hablar, y con la que he tenido cuidado de no dejar ni una sola pista para que os deje con la boca abierta igual que a mí. Killing Eve nos sigue dando el escapismo que necesitamos.
Los nuevos episodios de ‘Killing Eve’ están disponibles los lunes en HBO España.