Está crítica se ha escrito tras ver dos episodios y no contiene spoilers.
No es que haya estado brazo sobre brazo desde que The Leftovers echase el cierre en 2017 (su papel en Maniac fue un agradable shock), pero había ganas de recuperar a Justin Theroux interpretando al protagonista de una serie. Lo hace ahora con La costa de los mosquitos, un proyecto muy personal para Apple TV+ de siete episodios con un resultado desigual que se estrena hoy. La trama y su desarrollo piden al espectador paciencia ante una historia que se toma su tiempo para todo, cuenta con escenas de una factura impecable y unos personajes a los que cuesta entender.
La novela en la que se basa, y de la que ha partido Neil Cross (creador de la ficción), fue escrita por Paul Theroux (tío del actor). Se publicó en 1981. Seis años después de ver la luz contó con una adaptación en cine de la mano de Peter Weir y con Harrison Ford en el papel de Allie Fox, un personaje al que ahora recupera Justin Theroux en una versión que no se parece demasiado al material original. Pero más allá de si novela y serie comparten mucho o poco en común, lo importante es saber si la segunda funciona como tal. Y ahí es donde puede radicar el problema, en los altibajos mostrados en sus dos primeros episodios.
El primero de ellos juega a presentar a cada uno de los protagonistas de la familia Fox: padre, madre (Margot/Melissa George), hija (Dina/Logan Polish) e hijo (Charlie/Gabriel Bateman). Distintos entre sí, funcionan como una máquina bien engrasada hasta el momento en el que les recoge la acción. Justo ahí comienzan a chirriar sus engranajes por culpa de su situación personal, pero también de la dinámica establecida entre ellos. Justin Theroux carga con gran parte del peso de La costa de los mosquitos y lo hace de manera sobresaliente como ese padre, genio inventor de fuertes convicciones e idealista, que obliga a su familia a huir.
Todos le siguen como parte de ese vínculo que presumen tener entre ellos, aunque su hija está harta y empieza a verle las costuras a una situación en la que sus padres no le cuentan toda la verdad. Se ha cansado de vivir casi en la clandestinidad manteniendo un perfil bajo para pasar desapercibidos hasta que les localizan y deben salir corriendo casi con lo puesto. De eso va, al menos en su arranque, La costa de los mosquitos, de una familia a la carrera que debe sortear toda suerte de peligros para llegar hasta su nueva meta: México.
En el camino, el hijo que idolatra a su padre no se cuestiona el porqué. La hija, que sí lo hace, acaba transigiendo. Y la esposa no pasa de ser el ‘apoyo de’ que rema a favor y le sigue a todas partes. No importa, ni siquiera a ella misma, que una llamada a sus adinerados padres pueda aliviar su penosa situación. Y no importa porque pesa más ese vínculo entre los cuatro que existe también entre Theroux y el público y que Cross intenta explotar.
El misterio, para otro momento
¿Por qué huyen es el gran misterio? De su discurso sobre el consumismo y cómo la sociedad tira a la basura a quienes no compran sin control se entiende por dónde pueden ir los tiros. Todo suposiciones. El problema es que guardarse el cartucho de la revelación del porqué juega en contra de la propia serie, pues así no es fácil entender las motivaciones de los personajes. Lo que lleva a huir a Allie y lo que impulsa a su mujer a seguirle casi sin rechistar. Tardar demasiado en contarlo puede ser un ejercicio de paciencia que no todos los espectadores estén dispuestos a hacer.
En el capítulo de ‘a favor’, además de las actuaciones de la pareja protagonista, cabe destacar que para hacer la espera más amena hay persecuciones, tiroteos, capturas y liberaciones y algún que otro momento MacGyver en el que el fugitivo demuestra su ingenio abriendo unas esposas con la chapa de una lata de refresco. La costa de los mosquitos no tiene prisa por llegar a ningún lado y se recrea en un nivel de producción altísimo. Destaca una fotografía cuidada y con claras intenciones que puede recordar a otros dramas familiares con protagonistas en los márgenes de la ley y el sistema. Esas secuencias de inicio con la cámara recorriendo el invento de Allie por dentro en el primer capítulo y la de la mariposa en el segundo son visualmente gratificantes.
También resulta llamativo el empeño por incidir a través de la imagen en su discurso de la pobreza moral del sistema y la sociedad a los que tanto critica su protagonista y a los márgenes de los que vive. Y lo hace mostrando en pantalla mucha basura, desorden, vagabundos abandonados por todos, contenedores en los que rebuscar deshechos para combustible, un vertedero, un desguace, el polvo del desierto… Y eso solo en dos episodios. Por delante quedan cinco más.
‘La costa de los mosquitos’ está disponible en Apple TV+.