Islandia y el blanco de la nieve son los protagonistas Más allá del Muro. (Fuente: HBO)
No es sencillo escoger los lugares preferidos en donde han rodado Juego de Tronos. Es una de esas series que apuesta por los exteriores y por viajar por multitud destinos buscando localizaciones nuevas. Tiene sentido; a lo largo de estos años hemos podido presenciar distintos periplos desde múltiples puntos diferentes. A su vez, cualquiera que haya leído las novelas originales sabe que la personalidad de cada uno de los reinos es suficientemente marcada como para justificar desperdigar los sets de rodaje por medio mundo.
Juego de Tronos ha puesto sobre la mesa uno de esos temas que los últimos años acuden a la discusión constantemente, y que no es otro que el recibimiento y las facilidades de ciertos lugares para hospedar grabaciones de películas, anuncios y, cómo no, series. Por su espectacularidad se ha justificado viajar a lugares de lo más variopinto, pese a que en las imágenes finales hasta pudiera costar reconocer el emplazamiento en algunos casos.
No ocurría precisamente eso con la Catedral de Girona, en cuyo espléndido acceso, una larga escalera encajada en el entramado del casco antiguo de la ciudad, aparecía representando el Gran Septo de Baelor. Durante la sexta temporada, la ciudad catalana fue protagonista silenciosa en la mayoría de sus capítulos de una u otra forma. El ruido que se formó ese año por allí fue enorme. Si bien en la quinta temporada abrieron el melón de rodar en España con las escenas grabadas en Andalucía para localizar el reino de Dorne, donde se veían unas impresionantes escenas de los Alcázares de Sevilla.
Daenerys de paseo por Itzurun, Zumaia. (Fuente: HBO)
Algo parecido sucedió por en la famosa escalinata que conecta San Juan de Gaztelugatxe que, junto con la playa de Zumaia, fueron escogidos para ubicar Rocadragón. En el segundo caso, tuvieron que esperar a las horas de bajamar en una de las semanas de mareas vivas para poder ver en todo su esplendor la playa de Itzurun. En aquella ocasión, tuve la suerte de poder ver cómo transforma el día a día de un pequeño pueblo una grabación de semejante tamaño.
Los comentarios fueron constantes, los muros de Facebook hervían con imágenes de todo tipo. Pese al blindaje que una serie como esta hace del lugar de rodaje, trascendieron fotografías de parte de los decorados, de las transformaciones que se hicieron del lugar para poder filmar y del bullicio general que se organizó. Las imágenes de las lascas de piedra que rodean la arena, y que forman parte del biotopo protegido de Deba-Zumaia, quedaron espectaculares y dieron juego para unas imágenes a la altura de las circunstancias.
Hablar de los lugares de Juego de Tronos y obviar a Irlanda del Norte sería un error. Muchos de los interiores que hemos visto estos años han sido grabados en Belfast, en los Titanic Studios. Estos antiguos astilleros han sido reconvertidos en estudios de cine, aprovechando las naves de gran luz y altura libres. Entre ellos destaca el Paint Hall, allí es donde se enclava el salón del trono de Desembarco del Rey.
Irlanda no es sólo protagonista por sus interiores; el castillo de Invernalia no es otro que Castle Ward, en el condado de Down, que, pese a sufrir las razonables ediciones posteriores, mantiene los grandes torreones de acceso a las murallas, así como vistas del patio interior. De entre los diferentes lugares destaca la belleza del puerto de Ballintoy, rodeado de múltiples islotes y una costa escarpada que dio vida a las Islas del Hierro.
Pero, sin duda, el lugar que más me cautiva es cuando graban en Islandia. Este ha sido el país escogido para rodar muchas de las escenas que suceden más allá del muro. Juego de Tronos tiene el don de jugar con las escalas cromáticas. Ya sea con las ropas que, según acabados y tonos, transmiten puntos distintos de la historia, bien sea con los paisajes, el color es algo que define a la narración. Si los inicios de Daenerys transcurren entre los amarillos del desierto de arena, con unas ropas a juego tanto para ella como para sus acompañantes, los blancos y azules del entorno son los protagonistas islandeses. Como contrapunto, las ropas oscuras, fruto de los pelajes de animales y que contrastan fuertemente con el paisaje. El resultado no es otro que unas imágenes de lo más expresivas donde se transmite lo insignificante de una sola persona envuelta en el infinito helado y peligroso del que protege el Muro.
Éstos son todos los lugares donde ‘Juego de Tronos’ ha rodado sus siete temporadas
Desde Islandia hasta Croacia, un recorrido por más de 50 localizacionesfueradeseries.com