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Las series no son películas

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Karra Elejalde y Mariano Barroso, en el rodaje de ‘El día de mañana’. (Fuente: Movistar+)

En visitas a rodajes o en las ruedas de prensa que presentan una nueva serie se ha hecho muy común escuchar que trabajar en esa serie en concreto ha sido como trabajar en una película, que es una serie muy cinematográfica. Parte de la culpa de que se hagan esas declaraciones la tenemos los periodistas. Muchos de los responsables de esas series proceden del cine y siempre recurrimos a la socorrida pregunta de si han encontrado muy diferente trabajar en televisión.

Generalmente, lo que la respuesta de que esa serie es como una película larga quiere decir de verdad es que se ha rodado igual que un largometraje: los guiones de todos los capítulos estaban terminados antes de que empezara el rodaje y éste se hizo por localizaciones, grabando escenas de diferentes episodios al mismo tiempo, en lugar de ir rodando capítulo a capítulo. Es un tema de logística, sobre todo.

También hay un componente narrativo, claro, pero series con fuerte componente serializado las ha habido incluso antes de Perdidos, o de que el binge-watching hiciera que todas las series en streaming se planearan pensando en la temporada completa como la unidad básica. ¿Qué era El fugitivo en los 60 sino una ficción muy serializada?

A los periodistas de televisión no nos siente del todo bien que se diga aquello de “es una película de diez horas” no porque explique que el método de producción ha sido como el del cine, sino porque, a veces, incluye un deje de prepotencia, de superioridad con respecto al medio que acaba cansando. Si te empeñas en decir que estás haciendo una película larga, en lugar de una serie, igual no tienes, aún, un buen concepto de la televisión. Porque estás haciendo televisión.

Las declaraciones de Alejandro Amenábar al anunciar que su próximo proyecto es una miniserie de El tesoro del Cisne Negro en Movistar+, por muy sacadas de contexto que pudieran estar, han generado cierto resquemor precisamente por todo lo que comentábamos anteriormente. Cine y series han estado durante tanto tiempo dándose la espalda, ignorándose y, en ocasiones, despreciándose que cuando se leen cosas como “el mundo de las series largas me cuesta concebirlo, creo que a menudo hacen perder el hilo al espectador”, es inevitable no pensar que qué hace metiéndose ahí si tiene esa concepción de la ficción televisiva.

Pero, ah, que las miniseries no son series, son películas largas. Tampoco. Siguen siendo productos por capítulos para la pequeña pantalla, y Hombre rico, hombre pobre o Norte y Sur no se hicieron en 2014.

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marina

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