Ylenia Baglietto y Aria Bedmar son Maite y Camino. (Fuente: Pedro Valdezate/TVE)
Un lazo rojo. Es todo lo que los seguidores de Acacias 38 necesitan para identificar una trama muy concreta de esta quinta temporada de la serie diaria de La 1: la historia de amor entre Maite y Camino. #Maitino, como las conocen las fans, han traído a la ficción el mismo fenómeno que Amar es para siempre vivió la pasada temporada con Luisita y Amelia, un fandom internacional y apasionado que alcanza incluso lugares que parecían tan improbables como China.
De hecho, según los datos que maneja TVE, en marzo, el 30% de los tuits que hablaban de la serie provenían de Latinoamérica y el 25%, de Estados Unidos. Y luego, está lo de Japón y China, pero hablar de eso hay que remontarse primero a los inicios de una trama que empezó más como una broma, como un comentario de pasada que Aria Bedmar, que interpreta a Camino, hizo a los guionistas sugiriendo que su personaje fuera lesbiana.
“Cuando dije eso en una reunión de guion, también porque en mi vida personal yo estoy casada con una mujer y fundí un poco mi vida personal con el pasado del personaje, dije que sería curioso que con ese trauma que tiene, y ese rechazo a los hombres y que no sea vea capaz de compartir su vida con un hombre (…), que hubiera una mujer con la que sí se viera capaz”, explica la actriz. Camino había llegado a Acacias 38 con su familia escapando del trauma de una violación que la llevó a encerrarse en sí misma y dejar de hablar. No podía soportar el contacto de ningún hombre y eso, en una época en la que las mujeres solteras estaban mal vistas, era complicado. “Fue de esas cosas que dices de boquilla y te contestan “sí, sí, claro”, pero luego lo tienes delante y dices ‘ostras, que esto es serio’”.
Aquí entra en escena Maite (Ylenia Baglietto), pintora que viene de París y que ya había tenido anteriormente un romance con una mujer. No quiere volver a pasar por todo lo que sufrió entonces, pero Camino va a romperle los esquemas. “Estamos contentos porque hemos tenido suerte no solo con las actrices que lo han protagonizado, sino también todo el entorno lo ha sabido llevar muy bien, lo ha vivido con mucha intensidad y ha sabido transmitir lo que nosotros queríamos transmitir”, señala Miquel Peidró, coordinador de guion de la serie para Boomerang.
(Fuente: Pedro Valdezate/TVE)
Como en cualquier serie diaria que se precie, la historia va fraguándose poco a poco hasta que alcanza el clímax de su primer beso y, a partir de ahí, #Maitino se va desarrollando con el cariño y el respeto de todos los implicados, pero, en palabras de Peidró, “teniendo en cuenta que lo que tiene que predominar es que sea una historia de sentimientos sobre todas las cosas. Tenemos que respetar las convenciones de lo que suponemos, con la documentación que tenemos, que era la época con respecto a ese tipo de relaciones tal y como las veía la gente, pero sobre todo queríamos hacer una historia de amor muy bonita, al margen de que fueran dos personas del mismo sexo”.
“A pesar de ser dos mujeres de principios del siglo XX, en el amor no hay diferencias entre siglos, aunque nos lo parezca”, apostilla Ylenia Baglietto: “Por supuesto, habrá cosas que son muy diferentes, pero a la hora de abrazar a una persona, y de amar a una persona, la medida es igual hace cien años que ahora”.
Sin embargo, la distancia temporal entre lo que se muestra en la serie y el tiempo del espectador puede acarrear, en ocasiones, disgustos ante algunos giros. A Aria Bedmar sí que le han llegado algunas de esas protestas: “Normalmente, (los fans) sí que tienen muy en cuenta el tipo de serie que es, con lo que ya cuentan con que va a haber esas restricciones, esos cambios de pensamiento… Pero sí que ha habido veces que han dicho ‘no me parece bien que pregonen con el ejemplo de tal’ en el caso de Felicia, la madre de Camino, que está muy en contra de esa relación. A ver, la serie está ambientada en el año que está ambientada, y si quieres que tenga cierta veracidad histórica, tiene que atenerse a los pensamientos de la época, por muy injustos que ahora nos puedan parecer (…)”. “Eso significa que les importa y que algo les ha removido, ¿no?, y para eso hacemos nuestro trabajo”, añade Ylenia Baglietto.
Incluso así, Peidró señala que han suavizado y adaptado algunas conductas para aproximarlas más a la manera de pensar del siglo XXI: “Los personajes en esta historia que son, digamos negativos, no son absolutamente negativos, porque deberían serlo todos. Hay cierta relajación e incluso cierta comprensión que seguramente sería ajena a la época, pero que a nosotros nos conviene para poder contar la historia bien”.
En el centro, Felicia, la madre de Camino. (Fuente: TVE)
Ahora sí, hablemos de China. Según cuenta Baglietto, de allí es el primer club de fans de #Maitino del que Bedmar y ella tuvieron constancia, y que se enteraran es notable porque, como explica la intérprete de Camino, no es sencillo saber qué se está moviendo en ese país: “Los occidentales utilizamos redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter, cosas de estas, pero en China, normalmente, no utilizan esas redes sociales. Todo ese contenido de #Maitino que se comparte en estas redes, ellos no tienen acceso a eso, es gente que es muy, muy fan y consigue ese material, y en su casa emplean su tiempo en subtitularlo. Hacen unos vídeos y unos montajes preciosos. (…). Por lo que me cuentan, no es una cosa que sea super nacional, pero supongo que es como aquí, la gente que pertenece al colectivo LGTBI la tiene en auge. Y no se ve todo el efecto que tiene ese fandom en China porque no compartimos las mismas redes sociales”.
Las razones por las que esta pareja ha calado pueden estar en ese esfuerzo de todos los implicados por, como indica Miquel Peidró, ser honestos con las emociones de los personajes y “en estas cosas ayuda la verdad que se le da a la historia, la verdad que le dan las actrices, y sobre todo que no quiere ser maniquea con los sentimientos, sino querer contar historias sinceras”. Todos eran muy conscientes del público mayoritario que ve Acacias 38, “porque es una serie de época y el público al que está dirigida tiene que tener mucho tiempo para seguirla porque es una serie diaria y esa gente, normalmente, tiene un pensamiento más cerrado que el que puede tener una persona de 40 años hacia abajo”, comenta Aria Bedmar: “Entonces, nos daba mucho pudor, mucho vértigo, tratar esa trama, pero desde el inicio quisimos darle una cosa muy sutil, muy amorosa, nada escandalosa (…). Simplemente, es una trama más y ya está”.
Y, por supuesto, no se puede obviar que parejas como #Maitino ayudan a que el colectivo LGTBI se vea representado, incluso aunque, como apunta Baglietto, “al margen de ser una trama entre dos mujeres, que es lo que de primeras atrae al público porque, como decimos, las mujeres homosexuales necesitan sentirse identificadas y tener a alguien que las represente, es verdad que creo que tanto Aria como yo hemos tratado a los personajes desde el respeto y no hemos ido a jugar al estereotipo. Eso ha gustado incluso más”.
“Me sorprendió lo bien que funcionaba que Camino, una chica tan tímida en un inicio, tan retraída, que fuera capaz de abrir la mente y de enamorarse de una mujer. A mí, me parecía maravilloso ese arco de personaje porque me parecía muy difícil hacerlo natural y hacerlo creíble”, en palabras de Bedmar.
Esa labor de visibilidad y representación se ha ido volviendo algo más común en las series en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, otra producción de Boomerang, La otra mirada, incluyó un romance entre una pintora y una mujer casada en la Sevilla de 1920, y en la competencia de Acacias 38 en Antena 3 hasta se ha dado un spin-off a su pareja de mujeres, #Luimelia. “Es algo que creo que todos necesitamos ver y normalizar”, apunta Baglietto, mientras su compañera explica que, hasta ahora, no se había fijado tanto en ese aspecto.
“A veces tienes que pasar por encima de ciertas cosas porque, si no, pueden hacerte mucho daño”, apunta. “Nunca había prestado atención al hecho de que no había demasiada representación y ahora que, precisamente, estoy trabajando en el sector de representación LGTBI en series, me doy cuenta de la falta de representación que había. No sé si (es) por el hecho de trabajar e informarme de otras series, que si no estuviera trabajando no las vería y me daría la sensación de que no existen, pero sí tengo ese pensamiento de que se le está dando más importancia y que se está dando más visibilidad”.
La visibilidad llega, como también indica la propia actriz, porque “estamos hablando de que son personajes protagónicos, o coprotagónicos, con la misma importancia y con un texto y una trama maravillosos”. Los personajes LGTBI no se esconden al fondo, sino que dan un paso al frente de las tramas y, aun así, queda todavía camino por recorrer, según Miquel Peidró: “Lo que pasa es que siempre son historias que, dentro del desarrollo de una telenovela, se acotan a un número de capítulos determinado. No conozco ninguna telenovela en la que la historia principal sea una historia de amor homosexual destinada a perdurar infinitamente, sino que hay una tendencia, no sé por qué, a que empiecen y acaben dentro del contexto de la telenovela”.
De momento, en Acacias 38, Maite ha regresado al lado de Camino tras haberse visto obligada a marcharse. El lazo rojo no ha perdido su simbolismo.
‘Acacias 38’ se emite de lunes a viernes, a las 17:20 h., en La 1.
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Por suerte cada vez más tenemos más personajes del colectivo donde elegir y por eso celebramos el orgullo eligiendo a…fueradeseries.com