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Matthew Weiner nos habla de su ‘The Romanoffs’, un viaje cultural y emocional

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Kerry Bishé siendo perfecta en ‘The Royal We’. (Fuente: Amazon)

En una época en la que quienes hacen series reniegan del medio televisivo, y a la mínima oportunidad insisten que lo que han hecho es cine, resultó refrescante que durante la presentación de The Romanoffs en Londres organizada por Amazon, Matthew Weiner no quisiera vendernos su nueva serie como una colección de películas.

Y en teoría podría hacerlo, los ocho episodios de esta nueva serie duran entre 70 y 90 minutos, se rodaron en ocho países, en siete idiomas, y es una antología de historias independientes. Pero no le hace falta jugar esa cuestionable carta, Weiner dice que no considera el cine un medio superior, ama la televisión porque siempre ha formado parte de su vida, creció con ella y explica que sigue viéndola siempre que puede.

Ver series fue precisamente una de las cosas que hizo al acabar Mad Men, y se puso al día con las que tenía atrasadas haciendo maratones. De ahí surgió, en parte, la idea de The Romanoffs, de la posibilidad de entrar a una serie y tener una resolución, sin necesidad de maratonear para alcanzar el ritmo de los demás; de eso, y de la fascinación que siente por la historia en general, y la de esta dinastía en particular. Y no solo porque su familia por parte de madre emigró de Rusia después de la revolución, aunque nos advierte que no son de la realeza.

Matthew Weiner en la presentación de ‘The Romanoffs’. (Fuente: Amazon)

Durante la entrevista con los medios antes de la premiere mundial de su nueva serie, Weiner explicó sin complejos que abordó la producción de The Romanoffs como una serie de televisión, con un tiempo de rodaje por episodio de unas tres semanas. Reconoce que tuvo más tiempo para planificar la narración visual, aspecto que en ocasiones se sacrifica en la televisión, pero en lo único que compara su serie con el cine es en la duracion de los episodios. Ni siquiera en que sean historias independientes porque, con la moda de las secuelas y las sagas, el cine ya no nos garantiza una resolución.

Climax y resolución, además de entretenimiento, es lo que nos promete Weiner que encontraremos en The Romanoffs. Historias de conexiones por todo el mundo que, según sus palabras, podemos ver en cualquier orden porque carecen de continuidad, aunque algunos personajes estén relacionados. Sí dejó caer que hay algunos huevos de pascua y que conforme vayamos viendo episodios iremos comprendiendo qué es lo que realmente une a estos supuestos descendientes.

Una libertad de visionado como la que nos ofrece Black Mirror, serie a cuya existencia Weiner le agradece haber podido vender más fácilmente la idea de antología que tenía en la cabeza. Y con episodios semanales, con los que espera que los espectadores tengan tiempo de ver la serie sin presión y que puedan entrar en la conversación del momento, aunque se hayan perdido alguno de los episodios anteriores. Estrategia en la que Amazon ha tenido la cortesía de satisfacerlo, porque no es como suele estrenar sus series originales.

Weiner ha dejado atrás el secretismo extremo con el que se recibía cada temporada de Mad Men, con el que a la crítica se le prohibía mencionar fechas, personajes y hasta el nombre de las empresas antes del estreno de los episodios. Durante el panel de Londres animaba a Ines Mèlab, Marthe Keller y Hugh Skinner, los actores de la serie que lo acompañaron, a hablar de sus personajes. Sigue, naturalmente, reservando información porque quiere respetar el derecho de sorpresa de los espectadores, pero está dispuesto a compartir las premisas, actores y algunos detalles de todos los episodios de The Romanoffs, porque no quiere que la gente decida pasar de la serie porque no sabe de qué va.

Esa libertad que se permite al hablar de su serie, queda reflejada cuando se animó a hablar del último episodio, del que nos adelantó que está rodado parcialmente en Hong Kong, que veremos al personaje central en varios momentos de su vida, pero que esta será contada en desorden y a partir de una conversación entre dos personas en un tren. Un episodio que tiene una estructura muy original, tal como lo describió Hugh Skinner, el protagonista del episodio.

Imagen del rodaje del episodio ‘A Violet Hour’ en París. (Fuente: Amazon)

Qué podemos esperar de ‘The Romanoffs’

Hemos visto los dos primeros episodios que Amazon Prime Video estrenará el 12 de octubre, A Violet Hour (protagonizado por Marthe Keller, Ines Mèlab y Aaron Eckart) y The Royal We (con Kerry Bishé y Corey Stoll). Lo primero que os llamará la atención es que se nota el dinero invertido en los exteriores y en el uso de localizaciones naturales, y un diseño de producción ambicioso, sin las limitaciones presupuestarias de Mad Men. Lo que sí mantiene de su anterior serie es el tono y el sentido del humor que estaba presente en sus escenas, sus diálogos divertidos y la capacidad de crear personajes con entidad desde el primer minuto.

(Fuente: Amazon)

El primero lo protagonizan Anushka (Keller), descendiente de los Romanov que vive en París, y Hajar (Mèlab), una joven francesa de raíces musulmanas que empieza a trabajar como su cuidadora. Un choque de culturas, que surge de una actitud racista de Anushka, pero que deviene en una relación que nos deja los mejores momentos de los dos episodios que hemos visto y con ganas de seguir viéndolas juntas en pantalla.

Aunque el episodio tiene buenos momentos, y algunos planos de gran belleza, la resolución se siente apresurada, y la historia se resiente con algunas decisiones que no parecen surgir orgánicamente de los personajes que habíamos conocido hasta el momento; situaciones que se contradicen con la extensión del episodio, al que por un momento parece que le sobra un trozo intermedio en el que se pierde el ritmo, y que por otro lado parece necesitar más tiempo para desarrollar algunos conflictos.

Corey Stoll y Janet Montgomery en ‘The Royal We’. (Fuente: Amazon)

The Royal We es aun más irregular. En este caso, la relación central es la de una pareja que atraviesa una crisis y cuyos miembros viven experiencias por separado que los llevan a descubrir qué es realmente lo que quieren, o lo que no. El Romanov en este episodio es el personaje de Corey Stoll, y es también lo menos interesante; termina siendo un estereotipo visto mil veces, incluso en Mad Men, y su trama coquetea peligrosamente con el cliché de la fantasía masculina. Aunque la resolución de su trama, por separado y, sobre todo, la del episodio, sorprende y toma giros inesperados, será una cuestión personal decidir si esto compensa los 86 minutos de duración del episodio. Lo que sí los compensa es ver a Kerry Bishé en pantalla y su aventura en un crucero.

Marthe Keller, Ines Mèlab y Aaron Eckart protagonizan el primer episodio de ‘The Romanoffs’. (Fuente: Amazon)

Ambos episodios hablan de identidad, de legados, de soledad y de la necesidad de conectar y, a simple vista, poco más tienen en común aparte del apellido ruso de sus personajes centrales y el estilo de tono y diálogos de Matthew Weiner. Como toda antología de este tipo, encontraremos algunos episodios que nos gusten más que otros, pero, en cualquier caso, tenemos que esperar a ver la serie completa para poder apreciar el gran mural y comprender qué nos quiere contar Weiner a través de la herencia cultural y emocional de sus personajes, y por qué unos supuestos descendientes de los Romanov son el mejor vehículo para hacerlo. Mientras tanto, con dos episodios vistos, con lo que sí parece que podemos contar es con su habilidad para crear personajes femeninos que enamoran.

‘The Romanoffs’ se estrena el 12 de octubre en Amazon Prime Video con dos episodios, los seis restantes se estrenarán semanalmente.

valentina

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