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Crítica: ‘Mira lo que has hecho’ se marca un ‘Paquita Salas’ en su segunda temporada

Berto y Sandra afrontan otro embarazo en la temporada 2 de ‘Mira lo que has hecho’. (Fuente: Movistar+)

Cuando se estrenó la segunda temporada de Paquita Salas, una de las cosas más comentadas fue que la comedia había cedido terreno al drama en las nuevas entregas. Para algunos fue un acierto, para otros un error. Y a Mira lo que has hecho le pasa parecido en la temporada 2, con la que pretende distanciarse de la primera y se deja por el camino algunas cosas que nos enamoraron, aunque mantiene otras.

La fórmula de “risa y patada en los dientes”, como la definía muy atinadamente Berto Romero, sigue ahí, aunque esta vez con menos margen para la comedia (y eso que los golpes de humor siguen siendo lo mejor de la serie). Parece que, en la pretensión de elevar la comedia al peldaño de “de autor” (el de Master of None, Catastrophe, Better things…), hubiese que sacrificar los chistes, los gags y, en definitiva, la risa del espectador para llevar la obra a otro nivel.

La gran apuesta de este año es jugar con la metaficción (Berto haciendo de Berto, haciendo una serie dentro de su serie), lo cual no aporta tanto a nivel de trama pero sí para mover el conflicto principal de la temporada: la distancia que surge entre una Sandra sobrepasada por los quehaceres cotidianos y un Berto absorbido por el trabajo y cegado por esa vida ficticia ideal. El planteamiento se sostiene -aunque la “patada en los dientes” es menos efectiva que la del año pasado-, pero mueve uno de los pilares en los que se sustentaba la serie y la hace tambalear.

Lo que me enamoró de la primera temporada de Mira lo que has hecho fue la relación de Berto y Sandra; en parte por la maravillosa química entre Berto y Eva Ugarte, pero sobre todo porque en vez de centrarse en los trillados conflictos maritales, proponía una historia con dos personas que se aman pero se ven desbordadas por las circunstancias. Ellos eran una piña contra el mundo, no enemigos entre sí. Y al mover el conflicto hacia el uno contra el otro, se pierde esa magia.

Por supuesto, la temporada no es ni mucho menos un error absoluto. Resulta disfrutable y tiene muy buenas ideas y momentos. El personaje de Nuria Gago, por ejemplo, es un gran contrapeso para esa Sandra que siempre parece tener la razón frente a Berto pero que en el trato con su amiga está muy equivocada. La reunión de padres vetando nombres para la clase de sus hijos, la noche de la iguana o el cameo de Andreu Buenafuente son otros de las muchas pinceladas destacables.

Mi queja no es que Mira lo que has hecho me haya dejado de gustar (ojo, que la coroné como mi serie española favorita de 2018) si no que no veo necesario dar un volantazo así después de solo seis episodios. En la televisión siempre ha habido una máxima: si algo funciona, no lo toques. Pero parece que lo valiente sea precisamente tocarlo. Reinventarse a cada rato, cambiar, molar más. No siempre. A veces hacer lo mismo, pero mejor, es el verdadero reto. Cumplir tu promesa con el espectador de darle eso que ya le ha conquistado. Una tacita más.

La segunda temporada de ‘Mira lo que has hecho’ está disponible en Movistar+.

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