Imagen promocional de la segunda temporada de ‘Orphan Black’. (Fuente: BBC America)
En el verano de 2013, los premios Critics’ Choice celebraban su tercera edición de galardones referidos a la televisión. En el apartado de actriz de drama, Julianna Margulies y Claire Danes habían sido las dos primeras ganadoras, y para el tercer año, ambas volvían a ser candidatas (por The Good Wife y Homeland) junto a nombres importantes de la televisión estadounidense como Vera Farmiga (Bates Motel), Elisabeth Moss (Mad Men) y Keri Russell (The Americans).
La estatuilla, sin embargo, se la llevó una joven actriz canadiense virtualmente desconocida, Tatiana Maslany, protagonista de un título de BBC America del que muy pocos habían oído hablar, Orphan Black. No era raro ver a algunos de los asistentes a aquella ceremonia preguntarse quién era aquella chica, a la que la crítica premiaba por interpretar a un mínimo de cuatro personajes diferentes.
Tres años más tarde, Maslany daba otra vez la sorpresa al ganar el Emmy a mejor actriz en drama, sólo que esta vez, su nombre y su serie ya eran mucho más conocidos. Ya no sonaba tan raro que Orphan Black girara en torno a un grupo de clones que intenta averiguar quiénes los crearon y cómo pueden librarse de sus intentos por controlarlos y, en esencia, poseerlos.
Cosima y Sarah, dos de los clones de ‘Orphan Black’ (Fuente: BBC America)
La serie acaba de empezar en BBC America su quinta y última temporada (que llegará a Netflix España en cuanto finalice su emisión allí) convertida en un título de culto, con unos fans muy entregados (el Clone Club) y con una mayor visibilidad de la que tenía inicialmente, aunque no haya adquirido un seguimiento masivo.
Sin embargo, la echaremos mucho de menos cuando emita su último episodio porque ha sido una de las series más estimulantes y entretenidas de la televisión reciente, sobre todo en su construcción de todos esos clones. Todos ellos son personajes independientes, con sus propias identidades y fácilmente distinguibles unos de otros; tanto, que también es muy habitual que nos olvidemos de que, detrás de todos ellos, está la misma persona.
Y, además, cada clon es el protagonista de su propia serie dentro de Orphan Black: Alison, la madre de barrio residencial, vive casi en Mujeres desesperadas; Cosima, la científica del grupo, se mueve más en una historia de ciencia ficción como Sarah, la primera a la que conocemos, metida en un thriller en el que su vida siempre está en peligro. Pero Sarah también tiene un lado de drama familiar con su madre adoptiva, la Señora S., y su hermano adoptivo, Felix, y su hija Kira. Y luego está Helena, completamente inclasificable.
Todas ellas, más los nuevos clones que han ido apareciendo (como la impagable Krystal o la malvada Rachel), intentan ganar su independencia de la corporación que las reclama como su propiedad, y de la inquietante rama científica victoriana que describió inicialmente los principios de clonación, y que va a adoptar gran relevancia en la última temporada.
Orphan Black siempre ha tenido de fondo cuestiones éticas, filosóficas y morales concernientes no sólo a la posibilidad de crear seres humanos en un laboratorio, sino también al sentido de individualidad y de control sobre sus propios cuerpos que tienen (o no) todas las sestras, cuestiones que la convierten en un título con muchas capas que desvelar.
Pero todo su principal impulso es el de hacer justicia a sus personajes y presentar al espectador una trama entretenida y unos protagonistas con los que es fácil engancharse. Incluso en las temporadas en las que la historia de fondo estaba a punto de desmadrarse por completo, siempre había algún punto de enlace con el espectador (que muchas veces era la comedia negra que se desarrollaba en casa de Alison y Donnie Hendrix), y el modo en el que tratan su lado de ciencia ficción todavía es de lo más refrescante.
La imprevisibilidad de Helena, el dúo cómico de Alison y Felix, la complicada relación entre la Señora S. y Sarah, la pelea de Cosima por saber más sobre quiénes son, cualquier escena en la que interactúen varios clones… Orphan Black tiene muchos momentos por lo que se la echará mucho de menos.
Las cuatro primeras temporadas de ‘Orphan Black’ están disponibles en Netflix España. La quinta lo estará cuando termine la emisión en BBC America.