Los guionistas de ‘The Big Bang Theory’. (Fuente: Michael Yarish/Warner Bros. Entertainment Inc.)
Cuando acabo la temporada de una serie que me ha gustado mucho, sigo como un rastro de migas de pan todas las entrevistas que haya hecho el equipo; eso hice cuando acabé Barry. Y escuchando a Bill Hader y a Sarah Goldberg, me acordé de una charla con Tina Fey en My Next Guest Needs No Introduction en la que, hablando con David Letterman, Fey explicó de forma sencilla cuál es la importancia de que haya voces diversas en las salas de guionistas. Y que esa diversidad no se dé por sentada con solo una persona.
Fey explicó que Paula Pell había propuesto un anuncio parodia sobre la moda de las marcas de apelar a la nostalgia: Coca Cola Classic, Nike Classics… su idea era hacer un anuncio con mujeres diciendo que las compresas de antes molan. Os dejo aquí el resultado, porque el casting es pura fantasía.
No era la primera vez que Pell proponía este sketch, pero la diferencia era que ahora tenía a Tina Fey, la primera jefa de guionistas de SNL, para defenderlo: tuvo una aliada, una voz cómplice. Para ello, Fey tuvo que explicarle a sus compañeros varones cuál era el chiste. Nunca lo habían pillado. Y tampoco se molestaron en preguntar. Al final, el anuncio fue un éxito.
“Este ejemplo no es algo institucional, pero si en la sala no hay nadie que lo pille, las ideas que ella presenta no ven la luz. Es un circulo vicioso. Creo, que cuanta más diversidad haya, en todos los sentidos, mucho mejor”.
-Tina Fey.
Ya que el medio televisivo es tan colaborativo, rodearse de personas con otras experiencias vitales y culturales solo puede enriquecer el producto final, porque esos puntos de vista distintos permiten ver las situaciones desde lugares nuevos; no siempre funciona la lógica o la intuición.
Sobre esto habló Bill Hader en una entrevista en las oficinas de Google. Refiriéndose a un episodio de la primera temporada de Barry, en el que su personaje le regala un portátil de Apple nuevo a una chica con la que lleva saliendo dos días. Cuenta que él y Alec Berg (cocreador) lo vendieron como regalazo en en la sala de guionistas, pero sus compañeras dijeron: “Hacer eso es creepy”. No se les habría ocurrido nunca, pero lo entendieron. Parece una tontería, pero la escena y el desarrollo de esa relación cambiaron por completo.
Después escuché a Sarah Goldberg, la actriz que interpreta a Sally, hablando sobre una escena de acoso laboral a la que le dediqué una columna hace unas semanas. A mí me pareció muy acertada la forma en la que estaba planteada, pero Goldberg explica que en el primer borrador su reacción era desafiante desde el segundo uno. Querían mostrarla como una mujer segura, pero después de charlar con ella entendieron que lo más habitual en una situación tan inesperada e incómoda, seguramente no sería eso.
No quiere decir esto que un varón blanco no pueda escribir personajes de género, orientación sexual o etnias diferente a los suyos, pero sí que, si decide escuchar voces que hayan vivido otras experiencias, los diálogos, reacciones y situaciones que escriba en sus guiones, seguramente surgirán de lugares que no había imaginado. Porque una persona, quiera o no, ve el mundo según el camino que haya recorrido en su vida. Y es estrecho.
Bravo por Bill Hader y Alec Berg, que tienen la disposición de escuchar, y la humildad que hace falta para elegir la mejor idea, aunque no sean las suyas. No están limitados por el ego de creadores, como Matthew Weiner, a quien definen como un “terrorista emocional”; o los de Benioff y Weiss que, si hubieran tenido a una mujer como guionista o directora la última temporada de Juego de tronos, les habría hecho ser conscientes de las implicaciones de la frase de Sansa. No olvido. Ni perdono.
El momento en el que Sally nos representó a todas en ‘Barry’
Rompiendo el mito del personaje femenino fuertefueradeseries.com