Richard Schiff, Freddie Highmore y Antonia Thomas. (Fuente: AXN / Ilustración: FDS)
Entre los dramas de estreno de esta temporada en Estados Unidos, The Good Doctor ha sido, un poco por sorpresa, el gran éxito. La serie de ABC, que llega esta noche en AXN a su final de temporada, ha sido renovada para una segunda entrega gracias a sus diez millones de espectadores de media y a que es la mejor novedad para su cadena desde los tiempos, ya lejanos, de Perdidos y Mujeres desesperadas.
Pero las cifras no son la única razón que indica el éxito de la serie. The Good Doctor ha tocado la fibra sensible de unos espectadores que parecían querer protagonistas en televisión que no fueran cínicos ni que siguieran encuadrándose en el arquetipo de los antihéroes que, hasta no hace mucho, ha dominado las ficciones; buscaban personas decentes que simplemente quieren hacer algo bueno en su día a día.
Ahí, probablemente, reside parte del mérito de su éxito. Ante una situación social convulsa e incierta, las peripecias del doctor Shaun Murphy proporcionan un oasis de esperanza y de buenos sentimientos. Ésa es sólo una de las razones de que haya encontrado un público tan fiel y numeroso, pero repasemos todos los motivos por los que se ha convertido en el gran fenómeno televisivo de la temporada.
Una serie sin cinismo
(Fuente: AXN)
The Good Doctor está basada en una serie coreana cuyo protagonista también es un joven médico con síndrome de Savant, que le permite dominar hasta la perfección una disciplina concreta. Sin embargo, Shaun Murphy (su nombre en la ficción estadounidense) es autista y carece de las herramientas socializadoras que nos permiten, por ejemplo, detectar cuando alguien está siendo sarcástico o que nos llevan a no soltar de forma directa verdades que pueden resultar dolorosas para otras personas.
En su día a día en el hospital, en el que trabaja como cirujano pediátrico, Shaun tiene que ir aprendiendo esa sutilezas del comportamiento humano en sociedad, sobre todo en su trato con los pacientes. Y todo ello se muestra en la serie con honestidad y sin cinismo. De la misma manera que Shaun no tiene ninguna agenda oculta en sus interacciones, la serie tampoco la tiene al mostrar las emociones que pueden suscitar los casos médicos.
Shaun Murphy, el anti-antihéroe
(Fuente: AXN)
“Siempre intenta ver lo mejor en la gente. No es cínico y no juzga. En los tiempos en los que vivimos, tener a alguien con esta mirada tan positiva del mundo es refrescante y alegre”. Así describe Freddie Highmore a su personaje, Shaun, alguien a quien los críticos estadounidenses han bautizado también como el anti-antihéroe porque no tiene ningún lado oscuro ni está atravesando ninguna crisis personal que lo lleva a hacer cosas malas.
David Shore, responsable de la serie, ya había creado a un personaje así en House y aquí quería separarse de ese arquetipo. Shaun sólo quiere aprender y ayudar a los pacientes, es una buena persona que, además, es diferente y tiene que trabajar para superar las reticencias que esa diferencia provoca en los demás. Y Shore reconoce que el retrato que Freddie Highmore hace de él es crucial en que The Good Doctor haya triunfado: “esto habría sido terrible en las manos equivocadas o en peores manos. Aporta una humanidad al personaje que no está necesariamente en el guión”.
Que Shaun parta con desventaja con respecto al resto de sus compañeros en el hospital, y que muchos lo subestimen, facilita también que los espectadores se identifiquen con él y quieran que las cosas le vayan bien.
El retrato del autismo
(Fuente: AXN)
Tener un protagonista en el espectro del autismo conlleva una serie de retos que los responsables de The Good Doctor querían asegurarse de que podían resolver de una manera respetuosa y, al mismo tiempo, que ayudara a visibilizar a estas personas. Por eso, en todo momento se procura especificar que Shaun es un joven autista concreto, que sus circunstancias no son las de todo de un colectivo, y se busca que el espectador lo comprenda mejor mostrando sus procesos mentales con gráficos en pantalla que, por ejemplo, nos enseñan la técnica quirúrgica que tiene que utilizar en un paciente determinado.
El pasado mes de octubre, The Good Doctor recibió el premio a la concienciación (The Awareness Award) de la asociación Autism Speaks, y los responsables de la serie cuentan que la respuesta de esa comunidad ha sido inspiradora. Lauren Stein, ejecutiva de Sony involucrada en el desarrollo de la ficción desde el principio, cuenta que “nos están llegando cartas constantemente. Recibimos tuits y posts en Facebook. La gente siente por fin que están siendo representados o que lo está siendo su hijo o un miembro de su familia o un amigo. Les está dando una voz”.
La respuesta de la audiencia
(Fuente: AXN)
La apuesta por la honestidad emocional de Shaun consiguió interesar al público estadounidense desde el principio. Su tercer episodio, por ejemplo, superó a The Big Bang Theory como la serie más vista de la semana y se ha mantenido entre los dramas más seguidos durante toda su primera temporada.
El éxito de The Good Doctor ha representado, además, una reivindicación para otro de sus productores, el actor Daniel Dae Kim, que ha estado trabajando en el proyecto desde que vio por primera vez el original coreano, hace cinco años, y que confiaba en que la serie y, sobre todo, su protagonista podían hacerse un hueco en los corazones de los espectadores