Por Iñigo de Prada
Redactor jefe de Marvel Age en Panini Cómics
La retícula perfecta de Manhattan es engañosa: Harlem o la Cocina del Infierno están en mucho más lejos de La Torre de Los Vengadores de lo que parece en los mapas. La expansión Cinemática de Netflix nos lo ha enseñado en la tele, y sus contrapartidas de papel también se están montando su propio barrio a imagen suya. O más bien, reconstruyéndolo, marcando en la pequeña pantalla, bajo su aparente modernidad, un auténtico retorno a los orígenes.
Comenzaron Charles Soule y Ron Garney, al devolver Daredevil a Nueva York, y a las sombras, el año pasado. Pero aunque el Diablo Guardián sea el gran reclamo “Cinemático”de la Iniciativa Defensores, el nexo de unión entre sus distintas series individuales no están siendo, aún, la moderna familia Cage–Jones del Ciclo Heroico de Brian Michael Bendis en los 2000, ni siquiera los Marvel Knights de finales de los noventa, sino que se están moviendo alrededor de Los Héroes de Alquiler de los setenta. La derivada de vuelta al cómic está clara: Luke Cage y Danny Rand vuelven a formar equipo.
Panini Cómics ha comenzado este pasado febrero la publicación en España de Power Man y Puño de Hierro, a caballo entre los estrenos de sus respectivas las series en Netflix y en su nueva línea 100% Marvel HC. Un formato que, en su vertiente de novedades, destaca en palabras del Editor Marvel, Julián Clemente, “a aquellas series abiertas de una excepcional calidad, que se merecen llegar a un mayor público y mantenerse más tiempo vivas en las estanterías de novedades”.
Pero que, en este caso, responde también a su reclamo televisivo, por lo que es especialmente relevante verificar si su contenido está a la altura que le presupone el continente. La respuesta es un rotundo sí, aunque quizá más en términos de calidad que de cantidad, porque contrariamente a las apariencias, no estamos ante un título de vocación generalista, sino de culto.
Y eso que el periodista, ensayista, crítico y director de cine, David F. Walker, parece abonado en su meteórica carrera como guionista de cómics a los personajes con proyección mediática, tras Shaft en Dynamite, Cyborg en DC, o su debut marvelita con el especial de Nick Furia del 50 aniversario de SHIELD. Pero tiene muy claro que sus adaptaciones no le limitan: “si me dijeras que no puedo hacer algo porque va a salir una película, te respondería que entonces me necesitas a mí en ella”.
Luke Cage y Danny Rand empezaron siendo los Héroes de Alquiler en los 70, y ahora se reúnen en nuevas aventuras
El verdadero hilo conector es que todos ellos son afroamericanos, así como el propio Walker y el dibujante, Sanford Greene, que ya se ocupara de las portadas de Shaft. Walker ha escrito, no en vano, varios libros sobre la blaxpoitation y la identificación racial y el racismo en la cultura popular, o en el fanzine especializado BadAzz MoFo, siendo históricamente Luke Cage el gran exponente del género en Marvel. No considera que el desembarco de autores de raza negra se trate de una cuota racial, sino de un verdadero cambio de visión, distinguiendo entre la diversidad, como márketing, y la verdadera representación: “Luke es un personaje que ha vivido en varios mundos, desde el barrio a la Mansión de Los Vengadores. Pero posiblemente, los gángsteres de Harlem le tengan más miedo a él que a Thor, porque él sabe comunicarse con ellos. La comunidad afroamericana no sólo hablamos inglés, sino también múltiples dialectos del inglés, y él sabe de dónde vienen.”
Imagen de la serie ‘Luke Cage’. Foto: Netflix.
Un perfil similar a los fichajes, prácticamente simultáneos, del prestigioso escritor Ta-Nehisi Coates para guionizar Pantera Negra, o el del propio showrunner de Luke Cage, Cheo Hodari Coker. Pero difícilmente encontrarás tres enfoques creativos más distintos, costando imaginar, dados los antecedentes del Universo Cinemático, que T’Challa se tome tan en serio su próxima película como su cómic, mientras que la sobriedad de la serie de Netflix da paso en el cómic que nos ocupa a una extravagancia que roza la parodia.
Hay que tener en cuenta que tanto Walker (1969) como Greene (1972), leyeron de niños la insólita mezcla de géneros de la etapa clásica de los Héroes de Alquiler de Mary Jo Duffy (1979–1981), que también recuperará Panini en abril (Marvel Gold. Power Man y Puño de Hierro num. 1), o la comedia abierta con que los representó Frank Miller en su paso por Daredevil. El grupo ha pasado desde entonces por multitud de encarnaciones, y Luke y Danny, asimismo, por importantes etapas en solitario u otros equipos, pero Walker confiesa la ilusión que les hacía volver a reunirlos. Un dúo icónico que define como la pareja bromántica definitiva.
Finn Jones es Danny Rand en ‘Iron Fist’. Foto: Netflix
Claro que, al menos en este primer arco de la serie, Luke no estaría en absoluto de acuerdo. Gran parte del chiste es que sólo Danny cree que siguen siendo socios. Irónicamente, su salto a televisión ha permitido culminar, tras una década en desarrollo, el ¡Cage! retro de Genndy Tartakovsky, que nos llegará también en 100% Marvel HC en mayo. Pero la tiara y las cadenas son sólo un recuerdo en la nueva Power Man y Puño de Hierro. Luke, de hecho, ya transmitió en 2010 el legado de Power Man al adolescente afro-dominicano Víctor Álvarez, y tras el cierre del último volumen de los Poderosos Vengadores (es lo que tiene el fin del mundo), ejerce de padre de familia.
Walker no tiene intención de hacerlo retroceder, reivindicando que es uno de los personajes Marvel que más ha madurado en estos últimos cuarenta años. ¡Quién habría dicho que un prófugo carcelario llegaría a liderar Los Vengadores! ¡Y que su mayor enemigo, ahora que es padre, sean las palabrotas! La hija de Luke y Jessica, Dannielle, es al mismo tiempo el testimonio desde su mismo nombre de la profunda amistad que le une con su antiguo compañero, y la materialización de que se encuentran en momentos vitales opuestos.
Viñeta de la edición estadounidense de ‘Power Man y Puño de Hierro’.
El exagerado contraste con su hiperactiva versión de Puño de Hierro, forzado por el estilo cartoonesco de Greene y la dinámica a lo Calvin & Hobbes entre ambos, unido a una ambientación en apariencia moderna, pero con un agradecido retrogusto clásico, desde el icono del chándal de Puño de Hierro a la ácida paleta del colorista Lee Loughridge, y los guiños, pasados por el filtro Netflix, a las encarnaciones clásicas del cómic, todo viene a subrayar aún más el paso del tiempo.
Sólo está prohibida la nostalgia, porque sobre todo es un cómic divertido. Con el Universo Marvel como patio de juegos, en especial con el ecosistema mafioso de Spiderman, el personaje favorito de Walker, mantiene siempre el foco en su particular buddy movie, logrando un equilibrio perfecto entre la accesibilidad de los nuevos lectores y premiar a los veteranos.
Y sólo es el primer paso, con Brian Michael Bendis a punto de regresar junto a Michael Gaydos a Jessica Jones, y ésta, de reunirse con Luke Cage, Puño de Hierro y Daredevil en Los Defensores. Los héroes no se alquilan.