Elisabeth Moss en una imagen de ‘The Handmaid’s Tale’.
No me tiembla la mano al escribir que The Handmaid’s Tale es una de las series de los últimos años. Hay que verla, hay que leer su novela original de Margaret Atwood y hay que digerirla, aunque a veces cueste lo suyo.
Hasta el momento la podíamos ver únicamente en HBO España, pero desde esta noche se emitirá en abierto en Antena 3, con el título de El cuento de la criada. Y por eso estas líneas. Hay que conseguir convencer a los que queden aún por echarle un ojo a la impecable producción de Hulu.
El cuento de la criada se presenta como una distopía contemporánea en la que la sociedad se ha visto abocada a dividirse según castas como consecuencia de la degradación ecológica y de la disminución de la fertilidad. Pero sobre todo, es una cuchillada en el alma. Superada la premisa inicial de corte especulativo, The Handmaid’s Tale es una serie con demasiado realismo que te destroza lentamente. Pese a ello, vedla, disfrutadla en los momentos en que permite el gozo y escuchad en los que no sea posible sonreír. Vayamos con una lista de argumentos.
‘The Handmaid’s Tale’: Bienvenidos a la República misógina de Gilead
Comentario, sin spoilers, del primer episodio de la serie basada en la obra de Margaret Atwoodfueradeseries.com
La estética
Fuente: Hulu
La producción supervisada por Bruce Miller es exquisita. Desde la imagen conceptual, con unos trajes de líneas sencillas y colores utilizados, hasta el propio estilo de grabación. Encontrarás multitud de planos cenitales que querrás colgar en tu salón, primeros planos indiscutibles y, en general, una forma personal y maravillosa que te hace desear tener la vida llena de fotogramas impresos.
Sus actores
Está muy bien interpretada. Protagonizada por Elisabeth Moss, quien hace un papelón de lagrimones como puños dando vida a June, cuenta con la participación de Alexis Bledel, Joseph Fiennes, Yvonne Strahovski, Madeline Brewer y Samira Wiley. La trama es dramática, muy dada a gestos histéricos y gritos. Sin embargo, todo el tiempo guarda un control y una forma de medir cada mueca que ayuda a que la historia que te cuentan resulte difícil de digerir. La tristeza, la sorpresa, la quemazón, no viene inducida por llantos y gritos de sus personajes. El terror que se puede sentir al verla te deja solo con tu miseria, lo que es a la vez descorazonador, pero deja mucha más huella.
La historia
El comandante Waterford. (Fuente: Hulu)
Ante todo, The Handmaid’s Tale es una buena historia, bien narrada y que no se regodea en la dureza de sus tramas más allá de lo necesario. Parte de una novela altamente recomendable que devorarás en dos tardes, completamente enganchado a lo que te cuenta, y algo parecido sucede en la serie. No esperes grandes cliffhangers, ni tramas trepidantes. No cuenta con la adrenalina para tenerte frente a la pantalla, sino con un ritmo pausado y constante y una contundencia que te hace querer seguir inmerso en su mundo.
La construcción del mundo no es nueva, el aire nos sonará de otras distopías clásicas; sin embargo, la mirada sí lo es. Tanto en su versión original como en la versión televisiva. Gilead, el país donde sucede todo, tiene personalidad. Tiene estilo urbanístico y olor propios. Pese a partir de un imaginario conocido, lo adapta perfectamente con su propia voz, aportando una personalidad propia.
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El mensaje
Aunque que la premisa no es literalmente realista, nos habla de cosas alarmantemente conocidas. El cuento de la criada trata de la utilización de la mujer meramente como incubadora de bebés, del uso de la mano de obra de forma esclavista, de la pérdida de la personalidad propia para convertirnos en números de serie que cumplen una función, de la división social en castas y de misoginia en todo aquello que respiramos.
Obviemos la caricaturización de un supermercado vendiendo solo una única marca blanca intervenida por el gobierno; la ficción nos permite ciertos extremos y licencias para hacer del mensaje algo con sello propio. Sabemos que una situación así no se daría en esa perfecta danza de pasos coordinados, de planos artísticos y de estética trabajada. Desnudemos a la producción de todo aquello que lo hace un producto de consumo de ocio y centrémonos en los contenidos reales. Sin necesidad de ir más allá, de la Segunda Guerra Mundial a hoy hay casos múltiples, más o menos literales, para describir situaciones y premisas con las que juega la serie. Precisamente, eso es lo más alarmante y lo que más destroza por dentro. Pero también es lo que hace que sea bueno hablar de ello, enfrentarse y no resistirse a buscar similitudes en nuestro entorno reciente.
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Su huella
The Handmaid’s Tale será largamente referenciada y dejará huella. No la voy a comparar en importancia con títulos históricos porque es algo que me saca de mis casillas, pero la recordaremos mucho tiempo. No sé lo que sucederá entre los eruditos, pero te aseguro que yo voy a hablar de ella durante muchos, muchos años. Y no estoy sola. Es redonda. Es perfecta tal y como es. Y quiero decírselo a todo el mundo. Es de esas series que dejan marca tras su paso y de la que sus seguidores sentimos necesidad de contar hasta la saciedad por qué hay que verla. Para prueba, este artículo.
Es bonita, está bien hecha, tiene momentos maravillosos y te desgarra lentamente capítulo a capítulo. Y debes verla.
‘El cuento de la criada’ se estrena esta noche, a las 22:40, en Antena 3. Su segunda temporada está disponible todos los jueves en HBO España.
