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‘Schitt’s Creek’ es digna merecedora del título de mejor comedia del año

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(Fuente: IMDb)

La gran triunfadora de los Emmy 2020 fue Schitt’s Creek. La comedia canadiense de CBC (que compite en los premios del prime time de Estados Unidos porque la emite Pop TV, y que consiguió popularidad en su quinta temporada cuando Netflix la incorporó en su catálogo), fue la serie más premiada en la ceremonia del 20 de septiembre. Se llevó siete Emmy, es decir, todos los de su categoría, un récord que hace inevitable que muchos se pregunten: ¿es esta realmente la mejor comedia del año?

La pregunta, especialmente para aquellos que no han visto la serie, es si Schitt’s Creek es tan rotundamente superior a las otras nominadas. La respuesta sencilla en este caso es no. En los formatos de media hora es donde se vienen haciendo las cosas más interesantes en la televisión en los últimos años, algo que se hace patente cuando vemos las candidatas a los premios en comedia, y las otras tantas series de igual calidad que se quedan fuera. Si para elegir los ganadores los votantes hicieran un grupo de WhatsApp, podrían intentar repartir los premios de forma justa para que todas se llevaran un reconocimiento, pero estas cosas no funcionan con debates previos.

Aunque bien podrían haber ganado Issa Rae, Linda Cardellini, Ted Danson o Betty Gilpin, Schitt’s Creek se merece todos los premios interpretación que consiguió. En los apartados de guion y dirección quizá habría sido más justo premiar a Lo que hacemos en las sombras y The Marvelous Mrs. Maisel, y aquí sí pudo haber funcionado el efecto arrastre, pero con los resultados se demuestra que los votantes han optado por reconocer la serie que les proporcionó confort en tiempos difíciles. En el momento de incertidumbre y soledad que hemos vivido en los últimos meses, un mundo como el que ofrece la familia Rose es muy valioso.

(Fuente: IMDb)

El suyo es un universo en el que todos aprenden a ser mejores personas y a quererse sin reparos ni vergüenza; en donde no hay villanos ni discriminación de ningún tipo. Schitt’s Creek es una utopía donde la aceptación del otro nunca se cuestiona y es tan natural como el acto de respirar; es aspiracional. No hay que desmerecer la importancia de la televisión como compañera y cobijo en el cual resguardarse cuando la vida real nos hace sentir inestables.

En su última entrega, la serie mostró el crecimiento de todos sus personajes y les regaló finales felices, fue un cierre precioso. La temporada premiada por los Emmy tuvo muy buenos momentos de comedia (creedme, es realmente divertida) y otros que nos conmovieron con ternura. Schitt’s Creek fue un lugar feliz en el que los espectadores pudieron refugiarse, ver historias inspiradoras, celebrar historias de amor que no protagonizan las series más populares y soñar con que las cosas se pueden hacer mejor.

Las series, especialmente las comedias, necesitan recorrido para pulir sus dinámicas. Hay muchas que tienen la suerte de encontrar la clave de su engranaje en el primer intento, pero para otras hace falta tiempo, y tanto espectadores como las cadenas nos hemos dejado avasallar por la oferta perdiendo por el camino la capacidad de ser pacientes. Tal como expresó Dan Levy (creador y protagonista) en Twitter, Schitt’s Creek se benefició de que les dieran espacio para crecer. Es irónico, porque encontró su popularidad al llegar a Netflix, pero si hubiera sido un original de la plataforma, todos sabemos que es más que probable que no pasara de una temporada.

Esta historia de peces en el agua puede parecer por su premisa una copia barata de Arrested Development, y sus personajes pueden dar idea de estar caricaturizados, pero creedme que llega un momento en el que hace clic, os enamora y a partir de ahí no deja de crecer. Algunos se convencen en la segunda temporada y otros en la tercera, pero tampoco penséis que es un martirio llegar hasta ahí; no es tiempo perdido, es bonito ver cómo evoluciona todo. Hace falta paciencia, pero ahora que ha acabado tenéis la certeza de que hay recompensa, dadle una oportunidad.

Las triunfadoras de las categorías de drama y miniserie, Succession y Watchmen, representan otro tipo de historias que nos proporcionan tipos de placeres diferentes, pero esta otra televisión, a la que podemos despreciar por parecer menos ambiciosa en lo formal, también merece ser premiada. Schitt’s Creek es una digna merecedora al título de mejor comedia del año y junto a las otras dos ganadoras de los Emmy representa lo mejor que pueden darnos las series. Disfrutemos que estamos viviendo una época en la que podemos ver historias tan distintas y todas tan buenas.

‘Schitt’s Creek’ está disponible en Movistar.

Salir del armario en ‘Schitt’s Creek’
El episodio 5×11 de la serie es uno de los más bonitos del año y me odio por no haberlo incluido en la lista de los…fueradeseries.com

valentina

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