‘Little Voice’. (Fuente: Apple TV+)
Ser fan de The Boys está muy bien. Su irreverencia y su crítica hacia el corporativismo salvaje que lo mueve todo (incluidos a los superhéroes) es perfectamente acorde a la época en la que se emite, y siempre queda mucho más cool decir que tu serie favorita es una que contrasta todo el rato la imagen épica, edulcorada y prefabricada de esos héroes con la mezquina realidad. Sin quitarle méritos a la ficción de Amazon Prime Video, a veces hay mucho postureo en todo esto. ¿Quieres ser el más guay de todos tus colegas? Busca la serie más cínica posible y di que te parece la mejor en emisión. Boom. Logro desbloqueado.
En los últimos tiempos, sin embargo, cada vez aparecen más ficciones que, precisamente, lanzan el cinismo por la ventana y optan por lucir su corazón en la solapa, por tratar honestamente las emociones de sus personajes y apostar por protagonistas que intentan ser buenas personas y, como mínimo, moverse por el mundo sin hacer daño a los demás. Vamos, personajes como Leslie Knope.
Ese es un estándar muy elevado que seguir, es cierto, pero por ahí va la cosa. The Good Place se pasó cuatro temporadas, de hecho, debatiendo en cada episodio qué quería decir ser una buena persona y si merecía la pena, y el éxito de The Good Doctor se basa en gran parte en que Shaun Murphy no puede mentir sobre lo que siente ni lo que piensa. Quien se acerque a él con las gafas del cinismo, probablemente implosionará.
Pero no creo que esa sea la mejor manera de dar una oportunidad a nada. Si te pones a ver Little Voice predispuesto desde antes de que empiece a juzgar a todos los personajes como ingenuos e ilusos, ¿para qué te molestas? El postureo no sirve para esa serie (que, por otro lado, a veces puede pecar de ser demasiado sentimental). Tampoco vale para Ted Lasso, que nunca va a humillar a su protagonista, un clarísimo pez fuera del agua, porque ese no es su rollo. Los cínicos, que vean Home Ground.
Es curiosa esta tendencia y, al mismo tiempo, bastante comprensible. Mucha gente siente que el mundo se vuelve más hostil, más sinsentido y más incierto a cada minuto que pasa y necesita lugares en los que refugiarse. Una serie que crea en la amabilidad, que haga suyo el lema de despedida del Décimo Doctor (“ríe mucho, corre rápido, sé amable”), puede ser justo lo que busca.
No más ‘Breaking Bad’, ahora la moda es ser buenas personas
Una tendencia que hace una década habríamos catalogado como ñoña ha demostrado tener valor en la ficción actualfueradeseries.com