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Los remakes son la receta de las series turcas para dominar el mundo

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Póster de ‘Madre’. (Fuente: Atresmedia)

En España hemos tardado en subirnos al carro de las telenovelas turcas, pero lo hemos hecho con fuerza. El año pasado, Nova se encontró con el gran éxito entre el público de Fatmagül, una serie cuya protagonista peleaba por conseguir justicia contra los dos hombres que la habían violado. Fue el título que abrió la puerta a que entraran Amor de contrabando, Ezel o Sila, y a que Divinity se sumara también al fenómeno emitiendo Kara Sevda y Sühan: venganza y amor.

Los datos de audiencia refrendan esta apuesta. Sila, por ejemplo, se emite en el primetime de Nova y es muy habitual que acabe siendo lo más visto del día en los canales de TDT. Su media de share en este principio de 2019 es de un 3,3%, con un mayor éxito entre público femenino (4,8%) y jóvenes entre 25 y 34 años (3,6%). Es lógico que Atresmedia aumente, por tanto, su catálogo de telenovelas turcas y su última adquisición es Madre, cuya protagonista es una maestra que intercede en la vida de una alumna que está siendo maltratada en casa por su madre.

Lo curioso de esa serie es que es un remake de un original japonés y que eso no es una circunstancia aislada: las nuevas versiones de ficciones niponas, coreanas y estadounidenses son uno de los puntos fuertes de la industria televisiva turca.

‘Sahin Tepesi’, el remake turco de ‘Falcon Crest’. (Fuente: ATV)

En el pasado Mipcom de Cannes, de hecho, dos de las series turcas que más se promocionaban en busca de compradores eran, precisamente, remakes. Uno era Sahin Tepesi, nueva versión de Falcon Crest, y la otra era 1 litre of tears, cuyo original japonés tenía como protagonista a una adolescente a la que se le diagnostica una enfermedad rara llama degeneración espinocerebelosa, y que estaba basada en hechos reales. De hecho, Turquía se fija muy a menudo en las ficciones asiáticas para inspirarse, sobre todo en las comedias y dramas románticos coreanos y los dramas nipones. Y esos proyectos contribuyen a seguir aumentando sus exportaciones de series, que en 2018 superaron los 350 millones de dólares de beneficios.

La pujanza de ese país como mercado televisivo se aprecia también en las producciones que Netflix está realizando allí (con el superhéroe de The Protector como la primera que ha podido verse) y en que de sus series ya no se habla sólo para destacar la curiosidad de que haya habido remakes de Revenge, Mujeres desesperadas, Monk y The O.C., que era el más conocido hasta ahora.

El dominio de las telenovelas turcas en Nova y Divinity es el reflejo de la gran acogida que tienen en el resto del mundo, especialmente en Sudamérica y en Europa del Este. De hecho, hasta en España está planteándose la posibilidad de un remake propio de Antena 3 de Fatmagül. Mientras las tensiones políticas entre Turquía y los países árabes han enfriado un poco la penetración de sus ficciones en Oriente Medio, los espectadores occidentales parecen no tener suficiente.

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marina

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