(Fuente: Movistar)
Esta crítica se ha escrito después de ver el episodio 10×01 de ‘Shameless’. No contiene spoilers.
Cuando Showtime anunció que la temporada 9 de Shameless sería la última de Emmy Rossum, lo primero pensé fue que la serie no volvería por una décima. Confieso que mi reacción en aquel momento se debió a una cuestión de preferencias personales, porque Fiona siempre fue mi personaje favorito, pero esta es una serie muy coral y en el último año nos habían ido acostumbrando a que su presencia no fuera necesaria cada semana. Después de ver este episodio de regreso, es cierto que no se nota su ausencia; al menos por ahora.
En la vida de los Gallagher han pasado varios meses desde el final de la novena temporada y podemos calcular cuántos han sido por el tamaño de la barriga de Tami y del afro de Liam. Aparentemente hay algunos cambios, sobre todo en lo relacionado a la organización de los quehaceres de la casa, porque Debbie no está dispuesta a ocupar el rol de Fiona solo por ser la única mujer entre sus hermanos varones, y ese desastre que tienen por padre, pero pronto veremos que, aunque incluso haya cambiado la cabecera de la serie (por primera vez en diez años), en el fondo todo sigue igual.
(Fuente: Movistar)
Esto es algo bueno para los fans incondicionales de Shameless (entre los que creo que ya no me encuentro): Frank sigue produciendo repulsión, Carl aún no sabe por dónde le da el aire y Debbie es la misma impulsiva de siempre. El mejor personaje desde la octava temporada (contando a Fiona) es Lip, y reconozco que es por el único que seguiría viendo esta décima entrega (si finalmente lo hago), aunque siempre esté temiendo por su recaída, porque sé que su crecimiento personal y su estabilidad emocional son atípicos en el universo de la serie.
En cuanto a Liam, parece que tendrá más relevancia en esta temporada por los conflictos que puedan surgir con su renovado interés por la cultura negra, de la que no tenía referentes en la casa en la que creció, y en cuyo descubrimiento lo está acompañando V. Ya que hablamos de ella, aprovechamos para mencionar de pasada a Kevin, de quien podemos confiar que siempre funcione como alivio cómico, y nada más.
Una de las cosas más interesantes de Shameless es que representa a un grupo de personas atrapadas en un círculo vicioso de pobreza y pocas oportunidades, pero esa crítica al sistema juega a su favor y en su contra, porque implica que están atrapados y no pueden avanzar, lo que hace que después de muchos años la serie pueda sentirse repetitiva; habrá que esperar para descubrir con qué nos sorprenden este año.
Mientras tanto, el episodio de regreso deja ver que habrá nuevas dinámicas, especialmente por la incorporación de un nuevo miembro a la familia, y el regreso de la pareja que conforman Ian y Mickey, cuyo reencuentro en el final de la novena temporada fue muy bien recibido, porque son muy queridos por los fans, y ayudarán a llenar el vacío que pueda haber dejado Fiona, porque puede que no se note, pero se siente. Por lo demás, Shameless sigue tan irreverente como siempre, y la casa de los Gallagher tan asquerosa como la primera vez que la vimos.
Los nuevos episodios de ‘Shameless’ están disponibles los lunes en Movistar.