Irene Ferreiro y Tamara Ronchese son Cris y Joana en ‘SKAM España’. (Fuente: Movistar)
Esta columna se ha escrito después de ver nueve episodios de la segunda temporada de ‘SKAM España’ y puede contener spoilers.
Llevaba tiempo leyendo en Twitter comentarios aislados sobre la segunda temporada de SKAM España y, aprovechando que tenía por delante un viaje de avión de varias horas, decidí descargar los ocho episodios que había disponibles en Movistar+, solo como opción B, y por pasar el rato. Me puse el primero, encadené otros tantos y después solo pensaba en poder llegar al hotel para ver los dos que me quedaban.
Nunca vi la SKAM noruega, ninguno de sus spin-offs y tampoco la primera temporada de la adaptación española, por lo que no estoy capacitada para comparar el enfoque de sus tramas, el desarrollo de sus personajes o sus valores de producción, pero la historia de este grupo de amigas y, especialmente, la relación entre Cris y Joana me conquistó desde el principio.
En términos de representación, esta temporada de SKAM España tiene mucho valor. Aunque muchos de los seguidores de la serie tengamos muchos años más, este es un producto dirigido específicamente a los jóvenes, y lo que aquí se encuentran es un retrato que presenta desde la primera escena la atracción de Cris por Joana con total naturalidad. La primera charla entre ellas le transmite inmediatamente al espectador la conexión que sienten y demuestra sensibilidad por parte del guion y la dirección, que la reacción de Cris no sea de negación, confusión o rechazo al sentimiento, aunque anteriormente solo hubiera tenido interés por personas del otro sexo.
En una escena posterior, no podemos evitar sentir ternura cuando la vemos haciendo lo que hacemos todos cuando tenemos dudas: buscar en Google. Es comprensible tenga preguntas, pero lo importante es que en ningún momento manifieste miedo; simplemente está descolocada porque le ha ocurrido algo que no se esperaba, porque le gusta mucho una persona, que resulta ser una chica, y nunca le había pasado.
A pesar de todos los conflictos que se encuentran Cris y Joana, porque esto es una serie y la estructura narrativa los exige, lo más importante es que la evolución de su relación está tratada con sensibilidad, de la misma forma que hemos visto y vemos a miles de parejas heteronormativas en la pantalla. Las vemos con los nervios previos antes de los encuentros, las miradas, el primer beso, el enamoramiento, pasar el día sin hacer nada más que disfrutar la una de la otra. Verlas juntas me enamora.
Como espectadores, vivimos todas esas emociones con ellas y solo podemos rendirnos ante la sensibilidad con la que están rodadas las escenas en las que están juntas. A nivel personal, solo puedo sonreír y pensar en lo hermoso que es que una nueva generación esté creciendo con un referente de una relación romántica entre dos chicas y les hable de la bisexualidad de forma tan natural. Con esta trama, SKAM España normaliza el amor como amor.
El papel de las amigas, que me recuerdan un poco a The Bold Type, es también muy positivo. Cris tiene reservas para contarles lo que le está pasando en un inicio, pero en cuanto lo hace, todas lo aceptan con naturalidad y con una sana curiosidad. Como debería ser sobre el papel, pero ya sabemos que no siempre es así.
La serie también nos muestra la cara miserable de la sociedad con el personaje Lucas, quien sufre una agresión homófoba, una situación con la que la serie da un paso muy positivo cuando él decide poner una denuncia en la Policía, y ese es un buen mensaje para los jóvenes, y para cualquiera, porque estas agresiones no deben caer en saco roto.
Lo que pasa con Lucas y unos comentarios homófobos, aparentemente inofensivos, en el seno familiar se producen cuando Cris aún está intentando negociar con su identidad sexual y nos dejan como aprendizaje dos cosas. La primera, nos recuerda que los heterosexuales disfrutamos de un privilegio por el solo hecho de tener preferencia sexual por las personas de otro sexo, un privilegio que no merecemos, que debemos usar para crear conciencia y no quedarnos callados nunca.
La segunda es que siempre, siempre, debemos pensar antes de hablar, porque tenemos interiorizados el machismo y los estereotipos de género, por muy feministas que seamos, y una simple palabra que, seguramente habremos dicho sin mala intención, puede hacer mucho daño. No dejéis que os engañen con la narrativa de que la corrección política es el enemigo.
La mera existencia de estas ficciones nos da cierta esperanza en que las generaciones que vienen detrás están creciendo con buenos referentes, y es bonito imaginar que un mundo mejor es posible, ¿no?. Por ahora, yo me voy a mi rincón, a esperar el último episodio, porque #Croana me tiene con el peso del alma colgando de un hilo.
La temporada 2 de ‘SKAM España’ está disponible en su web oficial. Los episodios completos se suben al VOD de Movistar+ los sábados por la noche.
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