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‘Scandal’ era la destilación pura de Shondalandia

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Kerry Washington y Tony Goldwyn, en la sexta temporada de ‘Scandal’ (Fuente: ABC)

Entre los anuncios de renovaciones y cancelaciones que se están haciendo estos días en la televisión estadounidense, ha destacado uno por parte de la cadena ABC: Scandal ha sido renovada por una séptima temporada, pero esa entrega será la última. Y así se cierra una etapa para su productora, Shonda Rhimes, no sólo de gran éxito de público, sino de un notable paso adelante en cuanto a relevancia social.

En Estados Unidos, de hecho, no son pocos los críticos que afirman que Scandal es una mejor representación del funcionamiento de Washington que House of Cards y que, de hecho, es más inteligente en sus tratamientos de búsquedas de poder y prejuicios raciales y de género que la serie de Netflix. En España, esto casi suena a herejía. En Estados Unidos se convirtió en una opinión bastante extendida cuando Scandal alcanzó su pico de popularidad, entre la segunda y la cuarta temporada.

Scandal tiene como protagonista a Olivia Pope (Kerry Washington), una fixer de Washington que se dedica a solucionar cualquier crisis de relaciones públicas que surja entre sus clientes. Es la versión en femenino de Eli Gold, el personaje que Alan Cumming interpretaba en The Good Wife; en femenino, y en afroamericano, que es un aspecto muy importante de la construcción de la serie.

Olivia tiene unos estándares muy elevados para las personas que trabajan para ella, que en el piloto se presentan a la audiencia como “gladiadores con traje” y que hablan tan rápido como si estuvieran en una serie de Aaron Sorkin. O, más bien, en la versión Shondaland de El ala oeste de la Casa Blanca.

Scandal se mueve desde el principio bajo la consigna de Rhimes de que nunca hay que aburrir al espectador, así que todo se sucede sin descanso: las revelaciones, las sorpresas, los giros inesperados y los coqueteos de los personajes con el reverso tenebroso de su trabajo, repleto de oscuras sombras morales. A veces puede parecer que Scandal se toma a sí misma demasiado en serio, pero al mismo tiempo, el entretenimiento es lo que impulsa constantemente su trama.

La consigna de Shonda Rhimes en sus series es que no hay que aburrir al espectador

Y, además, da la sensación de que es una serie aspiracional para Shonda Rhimes; a ella le gustaría ser Olivia Pope, y a un número importante de espectadores también. Sobre todo, si son mujeres negras, que no suelen tener a menudo protagonistas que se muevan entre los círculos de poder del país con tanta seguridad como si fueran el mismísimo presidente.

Mellie Grant (a la derecha) se ha convertido en una de las favoritas de los fans (Fuente: ABC)

Tal vez, porque tienen un romance clandestino con el presidente. Entre las vueltas y revueltas que ha dado Scandal, los pucherazos por asegurarse elecciones, las conspiraciones y las tendencias asesinas de algunos personajes para impedir que sus secretos salgan a la luz, se ha mantenido en su centro la historia de amor entre Olivia y Fitz. Es una relación sumamente curiosa; Fitz está casado, pero aunque él engaña a su esposa, y Olivia es claramente la otra, la serie posiciona a la mujer engañada como la villana. Hasta que empieza a rehabilitarla en las últimas temporadas y convierte a Mellie Grant en uno de los personajes más apreciados por los fans.

Scandal es la serie que mejor encapsula todo el estilo y los temas habituales de las series de Shondalandia. Sus mujeres protagonistas pueden tener defectos, pero controlan su propio destino y nunca piden perdón por ir a por las cosas que quieren. También suelen llevar a cuestas una historia familiar complicada, tienen relaciones amorosas poco convencionales y acaban metidas en complicadas tramas, ya sean emocionales o que parezcan descartes de 24.

Cómo defender a un asesino y The Catch se construyeron con Scandal como gran referente, pero ninguna de las dos ha conseguido atrapar la atención del público estadounidense como la primera. Olivia Pope es, para bien y para mal, uno de los personajes definitorios de la ficción reciente estadounidense y, cuando Scandal termine el año que viene, se sucederán los artículos que analicen su contribución a la televisión contemporánea, en especial en temas de visibilidad.

‘Scandal’ se emite en España en FOX Life.

marina

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