(Fuente: Freeform)
Este artículo se ha escrito después de ver la tercera temporada de ‘The Bold Type’ y contiene spoilers.
The Bold Type continúa siendo tan aspiracional como siempre y por eso nos gusta. La de Freeform no es una serie realista, sabemos que gran parte de los sueldos de sus protagonistas podría irse fácilmente en ropa y en facturas de taxi, porque verlas viajando en ellos son un clásico de sus aventuras. Kat tiene dinero de sus padres, pero Jane no, y Sutton menos, ella le envía dinero a su madre de vez en cuando.
Amanda Lasher, showrunner, y su equipo abordan temas con gran consciencia social en todos los episodios y, aunque nunca llegan a hacerlo en profundidad, es estimulante que formen parte de su narrativa. Las cuestiones que plantean son complejas y no tienen un manual de instrucciones en la vida real (como la trama inspirada en Aziz Ansari), así que lo que esperamos de la serie no son respuestas definitivas, sino preguntas y el retrato de una juventud interesada por hacerlas y resolverlas.
El mundo de Scarlet está idealizado. Que los conflictos de estas tres amigas (que van del racismo con el que se encuentran Kat y Tia mientras hacen campaña, a las acusaciones de falso feminismo por el caso de Pamela Dolan) se resuelvan antes de los títulos de crédito finales, con un hashtag o una sesión de fotos innovadora, no es algo negativo. Mucho menos si es una sesión como la del último episodio, en la que el concepto de “mujer real” va más allá que cualquier campaña de Dove®. Entre tantas distopías e historias basadas en la dura realidad, este mundo utópico es a la vez escape y fuente de esperanza.
(Fuente: Freeform)
El centro sigue siendo la amistad entre Kat, Sutton y Jane, porque después de tanto tiempo leyendo y viendo en pantalla que, por naturaleza, las mujeres no podemos ser amigas entre nosotras, oye, al final caes en la trampa y casi que te lo crees. Que las que vienen detrás sepan que es una gran mentira.
Su amistad, su confianza y su sana costumbre de comunicarse nos dan varios de los mejores momentos de la serie. Otros, vienen con la compañía de sus compañeros de trabajo y sus superiores, especialmente Jacqueline, la mentora inspiradora que todos necesitamos, capaz de reconocer sus errores y arriesgarse para hacer posible los cambios, dispuesta siempre a hacer crecer a los que están a su alrededor. No nos hagas sufrir, The Bold Type, no queremos a Jacqueline fuera de nuestras vidas.
Para el final de esta temporada, Kat se eligió a sí misma y descubrió que a pesar de haber perdido las elecciones, en Scarlet tiene una tribuna que puede aprovechar para trabajar con aquellas mujeres a las que quería ayudar desde la política. Jane eligió confiar en Ryan y no romper la relación solo porque es lo que creía que debería hacer, parece una tontería pero plantea un conflicto muy interesante porque, en ese sentido, creo que soy una Jane.
(Fuente: Freeform)
Aunque me gustaría ser una Sutton. Ella, por su parte, probó con el diseño y se dio cuenta que lo que le gusta hacer es producir para Scarlet; pensaba que el diseño es lo que la iba a realizar, porque parece la parte más creativa del mundo de la moda, pero no todas podemos ser bailarinas, como diría la madre de Megan en Mad Men.
Todas pudieron elegir, porque la serie les da la oportunidad de hacerlo, por eso amamos este mundo idealizado, en el que podemos ver relaciones sanas en las que la comunicación es la base en la que se sustentan. Incluidas las románticas, en las que ambos miembros de la pareja se apoyan en la búsqueda y consecución de sus sueños, como cuando Sutton le dice a Richard: “Tú también mereces amar lo que haces”.
The Bold Type no es una serie realista y no pretende serlo. Pero cuánto disfruto pensando en que ojalá lo fuese.
‘The Bold Type’ está disponible en Amazon Prime Video.
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