Un fotograma del episodio piloto de ‘Twin Peaks’
El próximo 21 de mayo (el 22 en Movistar+), Showtime estrenará el regreso de Twin Peaks 26 años después de que se viera su último episodio en ABC. Es un revival del que apenas se sabe nada; se anunció la kilométrica lista de su reparto y que casi todos los principales protagonistas de la serie original volverían para los nuevos 18 episodios, y poco más.
David Lynch y Mark Frost han jugado a mantener el misterio, algo bastante complicado en la actualidad, con teasers crípticos y, en ocasiones, humorísticos, y aunque no han desvelado casi nada de lo que veremos en esa nueva Twin Peaks, sí han generado cierto interés por las dos temporadas que ABC emitió entre 1990 y 1991.
Es, desde luego, una experiencia curiosa asomarse de nuevo al episodio piloto de la serie, un episodio de una hora y media que tenía un final diferente para el mercado europeo; si fracasaba en televisión, se editaría como una película, que es el camino que siguió, años más tarde, Mulholland Drive.
Primeras fotos del regreso de ‘Twin Peaks’
Comienza la cuenta atrás para la vuelta de David Lynch a la televisiónfueradeseries.com
¿Cómo es el piloto de ‘Twin Peaks’?
Ese episodio inicial de Twin Peaks es un visionado muy interesante si tenemos curiosidad por ver el regreso pero nunca hemos visto la serie original. Es diferente y particular incluso para la ficción que se hace en 2017, cuando incontables series han bebido de las enseñanzas de Twin Peaks, desde títulos de los 90 como Doctor en Alaska y Expediente X hasta estrenos más recientes, como Riverdale.
Y lo es porque el ritmo que lleva la historia es, intencionadamente, lento. Lynch y Frost no tienen ninguna prisa en desplegar al arranque de la historia ante nuestros ojos. Sí, el cadáver de Laura aparece en los primeros dos minutos, pero a partir de ese momento, no hay una concatenación trepidante de hechos. Tardamos un rato en ver en acción al sheriff Truman, en conocer a los amigos de Laura en el instituto, en ver la desgarrada reacción de su madre. El agente del FBI Dale Cooper tarda lo suyo en llegar a Twin Peaks a investigar la muerte.
‘Twin Peaks’ es lenta y está más preocupada por construir una atmósfera de misterio que por dar respuestas
La serie quiere construir la atmósfera del pueblo, presentar a los personajes y las diferentes relaciones entre ellos, y ese trabajo está hecho a la perfección. El triángulo entre Laura, Donna y James, más el lado disruptivo de Bobby y su amigo Mike, se muestra y queda muy claro enseguida, del mismo modo que rápidamente nos damos cuenta de lo que Audrey Horne hará para no aburrirse y nos damos cuenta de que el lugar está lleno de amantes que acabaron, sin embargo, con las personas equivocadas.
Lynch y Frost siempre reconocieron que Twin Peaks, para ellos, era una telenovela de los 50, un melodrama (en la primera temporada, de hecho, hasta hay un culebrón ficticio que refuerza la influencia), y eso se nota en la caracterización de los adolescentes, especialmente de Bobby, Donna y James. Esos tres podrían haber salido directamente de Rebelde sin causa sin ningún problema, pero al mismo tiempo, hay un lado peligroso en Bobby que ayuda a vender la idea de que, bajo la apariencia idílica de Twin Peaks, late algo malvado.
Pero el piloto sólo presenta esa idea. Lo hace con las primeras revelaciones que Cooper y el sheriff Truman descubren al investigar la muerte de Laura y con algunas imágenes inquietantes, como la señora Palmer sola en su casa o el estudio de la escena del crimen. Porque el episodio mezcla también algunos hallazgos muy divertidos y peculiares.
Cooper, por ejemplo, es un tipo que se resiste a ser categorizado. Es concienzudo en su investigación, pero también tiene ideas excéntricas y un genuino entusiasmo por todo lo que ve (más allá del café y las tartas del Doble R) que lo convierten enseguida en un personaje memorable. Y Lynch se las apaña para conseguir escenas extrañas, un poco surrealistas, sin conexión con nada de lo que hemos visto antes y con sentido del humor, escenas ante las que nuestra reacción va a ser clave: si nos divierten, es que Twin Peaks nos ha atrapado.
Lo que sería la serie está encapsulado a la perfección en esta hora y media inicial, desde los diversos triángulos entre los adolescentes, hasta la doble vida de Laura Palmer (que se extiende a todo el resto del pueblo) o los toques excéntricos (el parche en el ojo de la mujer de Big Ed). El equilibrio entre el misterio, lo inquietante, y lo simplemente divertido está bien logrado, y mantiene el mismo aura de ser diferente y de tener su propia personalidad visto en 2017 que en 1990.
Notas al margen
- En las próximas semanas hasta el estreno de la nueva temporada, en Fuera de Series repasaremos también la primera y la segunda temporadas de Twin Peaks.
- Visto ahora, resulta muy curioso encontrarse con actores cuyos hijos se han convertido, dos décadas más tarde, también en intérpretes conocidos: Russ Tamblyn (famoso por Siete novias para siete hermanos) es el padre de Amber Tamblyn; Peggy Lipton (de The Mod Squad) es la madre de Rashida Jones y las dos hijas de Mary Jo Deschanel, Zooey y Emily, siguieron sus pasos y se convirtieron en actrices.
- Ya que hemos mencionado a Russ Tamblyn, estuvo también en su momento en West Side Story como Richard Beymer, que en Twin Peaks interpreta a Benjamin Horne y que se dedicó a sacar fotos del rodaje de los últimos capítulos de la serie. La otra actriz de renombre que fichó Lynch era Piper Laurie.
- Es una sensación bastante peculiar ver a Mädchen Amick aquí, como la camarera Shelly, al mismo tiempo que en Riverdale, que está claramente influida por Twin Peaks.
- La cantante que aparece habitualmente en las escenas en el Roadhouse es Julee Cruise, que colaboró a menudo con Lynch y el compositor Angelo Badalamenti durante los 80 y los 90. De algún modo, se puede decir que sentó el precedente para que luego aparecieran artistas como Lana Del Rey.
‘Twin Peaks’ está disponible al completo en el servicio de VOD de Movistar+.