Michelle Calvó y Elvira Mínguez en ‘Desaparecidos’. (Fuente: Amazon)
Uno de los cambios en el campo de la series que hemos ido observando con esto del auge de las plataformas de streaming era que las series de casos parecían quedarse sin sitio en ese nuevo escenario. Los procedimentales policiacos como CSI, Mentes criminales o Bones que han sido un valor seguro en la televisión en abierto durante décadas se quedaban en ese entorno, mientras que ni Netflix ni Amazon buscaban replicar esa fórmula de éxito.
Como el consumo de contenido bajo demanda cambia el hábito, podría parecer que los casos semanales han quedado obsoletos: ¿quién va a seguir historias autoconclusivas como en un eterno día de la marmota si las series ya no son una cita semanal? La apuesta por la trama horizontal y por las temporadas de menos episodios ha sido clara y el tropiezo de The Good Cop, un discreto acercamiento al procedimental por parte de Netflix, parecía confirmar esta tesis. Sin embargo, Desaparecidos, es un buen ejemplo de que no hay verdades absolutas en esto del entretenimiento.
No es una ficción original de Amazon Prime Video (aunque la ha estrenado en primicia en España) sino de Telecinco que estaba pensada para su prime time y, probablemente, de otra forma nunca habría recibido luz verde en una plataforma porque responde a esa fórmula que parece pasada de moda. Es una serie policial clásica en la que en cada episodio se resuelve un caso del que no volveremos a saber nada (aquí son dos casos, para rellenar el metraje de 70 minutos), pero manteniendo siempre al mismo equipo al frente del procedimiento. Y aunque cambie el modo de consumo, Desaparecidos: La serie funciona como entretenimiento ligero.
Es cierto que no es una serie que vaya a inventar la sopa de ajo y que sus casos a veces pecan de predecibles, pero las dinámicas de los protagonistas se asientan a medida que avanza la temporada, las interpretaciones son notables (cualquier serie con Elvira Mínguez gana puntos, pero ojo con Maxi Iglesias que está muy infravalorado) y el resultado general es suficientemente sólido para que no nos aburramos si no esperamos sentarnos frente a la serie de nuestras vidas. Las series procedimentales suelen ser eso, una máquina bien engrasada que nos distrae sin exigirnos demasiado.
Además, aunque los casos se abran y cierren en cada episodio, Desaparecidos: La serie sí tira de algunas tramas y misterios horizontales relacionadas con casos que les han afectado a ellos mismos (la desaparición de la protagonista, el hijo del personaje de Elvira…) y que ayudan a que se mantenga cierta tensión dramática a lo largo de la temporada, si bien los episodios pueden verse sin prestar mucha atención al desarrollo general. No es algo nuevo, El mentalista tenía a su John el Rojo, Castle bebía de los dimes y diretes de la relación romántica de sus protagonistas y prácticamente cualquier otro procedimental siempre ha tenido una trama horizontal de fondo, con más o menos peso, que tensaba cuando se acercaba el final de temporada.
En este sentido pasa lo mismo con las comedias de situación. La tendencia ha sido ir hacia productos de autor y conceptos más cerrados (como por ejemplo Muñeca Rusa) o sitcoms clásicas que introducían elementos de serialidad (el caso de Día a día), pero a fin de cuentas lo que hace que la gente vea un episodio de Madres forzosas tras otro o que Friends sea la reina del streaming no es el mecanismo del cliffhanger sino ese lugar feliz que ofrecen, aunque la cita ya no la pongan ellos sino nosotros. Los tiempos cambian, pero a veces no tanto.
La primera temporada de ‘Desaparecidos’ está disponible en Amazon Prime Video.
Crítica: ‘Desaparecidos’ es un clásico policiaco que busca la empatía
La serie de Mediaset se estrena hoy en Amazon Prime Videofueradeseries.com